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“El acuerdo del siglo” de la administración Trump

Por: Victor Zajdenberg

Mucho se ha escrito y hablado sobre este nuevo proyecto propuesto por los EE.UU, cuyo Presidente es Donald Trump, quien todavía es la única Potencia mundial que puede tener algún poder de decisión en el conflicto entre el Estado Judío de Israel y la Autoridad Palestina. Sin embargo las relaciones humanas, tal como las internacionales, están colmadas de opuestos, contradicciones, contrastes, diferencias y discordias, conscientes o inconscientes. 

Contexto Internacional. El así llamado “Plan de Paz de Trump” encuentra una situación internacional completamente distinta a la de los otros planes anteriores: la Rusia de Putin está abocada a la ayuda militar brindada al Presidente Asad de Siria, ayuda que fue recompensada con el otorgamiento de Bases rusas sobre el Mar Mediterráneo, nunca conseguidas por los zares ni por los soviéticos. Por si esto fuera poco Rusia mantiene hoy más que excelentes relaciones con Israel, por lo que el “tema palestino” ocupa poco lugar en la agenda rusa. De forma similar podemos analizar al Presidente Xi de China quien está consagrado a tratar las difíciles relaciones que tiene con los EE.UU (en estas el republicano Trump y la demócrata Pelosi están de acuerdo) quien sostiene excelentes relaciones de comercio y libre mercado con el Premier Netanyahu de Israel. Un hecho inédito es el apoyo recibido por todo el Campo Árabe Sunita, desde los Emiratos hasta Arabia, Egipto y Marruecos, históricamente innovador. La nota discordante la ha dado, como siempre, la ambivalente y timorata Unión Europea (UE) donde Jose P. Borrell, Jefe de Exterior, fracasó en su intento de oposición al Plan de Paz gracias a Italia, República Checa, Hungría, Austria y otros de los 27 países que la componen. El indigno Jefe de Exterior cerró su intento con la infeliz frase: “No nos quedaremos de brazos cruzados”.

Las arenas movedizas de Abbas. El Presidente de la Autoridad Palestina (AP) se opuso de inmediato al Proyecto sin siquiera leerlo, analizarlo ni entenderlo, malogrando todos sus intentos de solidaridad. Rechazado por la UE, por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y por sus “hermanos” del Hamás, ha quedado completamente solitario en su terquedad de continuar con el estatus quo que tanto le conviene, recibiendo subsidios y  manteniendo a la población árabe que maneja dentro de una inicua corrupción estructural. Los únicos que lo apoyan en el rechazo al “Acuerdo” son, por supuesto, los terroristas del Hezbollah y la Teocrática Irán, quienes vociferan hasta el hartazgo la destrucción de Israel. Es evidente que Abbas no comprende el mundo actual dominado por un estilo de comunicación informal y políticamente incorrecto como los de Trump, Putin, Xi, Netanyahu, Erdogán, etc. 

Por el sendero de las oportunidades perdidas. Decía el muy recordado Representante de Israel en la ONU y brillante orador Abba Eban que “los árabes de Palestina no se cansan de perder oportunidades”. Comenzaron a decir NO en 1947 a la Resolución de Partición de la ONU; en 1948 se aliaron con los Ejércitos de 6 países árabes para atacar al recién nacido Estado de Israel en lugar de crear su propio Estado; de 1948 a 1967, durante casi 20 años en los cuales Cisjordania estaba ocupada por Jordania y Gaza por Egipto perdieron una nueva oportunidad de crear su propio Estado; finalizada la Guerra de los 6 días con la derrota de todos los Ejércitos árabes, se reunieron en Jartum (Sudán) y lanzaron los famosos 3 NO; luego vinieron los NO a Camp David con Clinton y Barak (2.000), Taba(2001), Sharon por Gaza (2005), la Oferta Olmert (2008), Plan Kerry (2016) y ahora “El Acuerdo del Siglo” de Trump, el único con un Plan concreto para establecer un Estado palestino con límites definidos y reconocidos.