Por: David Alejandro Rosenthal
Apenas emigradas comunidades pequeñas de personas descendientes de Yaacov a las tierras de los descendientes de Jafeth, uno de los hijos de Noah, se encontraron con las persecuciones que cesarían cientos de años después de forma fatal en la Shoah. Desde el año mil (1000) se comenzó una persecución hacia una minoría que se encontraba esparcida en la incipiente Europa: Los hebreos que además eran acusados de la muerte del mesías cristiano. Y, es por esto que unas feroces calumnias harían que de forma despiadada se atacaran y asesinaran judíos solo por la diferencia religiosa.
En principio, desde el año 1000, en la Edad Media, arrivaron comunidades judías a Europa. En este mismo año los cristianos pensaron que sería el fin del mundo, pues habían transcurrido ya mil años desde la reencarnación de su mesías. Por esta razón, muchos fieles peregrinaron a Israel, en específico a la ciudad de David, Jerusalem a esperar la expiación final. Nada de esto ocurrió y el fin del mundo nunca llegó, pero si un “odio gratuito” se empezó a sentir por toda Europa. La historia comienza con la primera expulsión de una comunidad judía que data en el año 1290 y no de cualquier país, sino de Inglaterra. Los primeros judios habían llegado con Guillermo el conquistador, cerca del año 1066, y habían representado un apoyo muy importante en materia económica para haber podido llevar a cabo la conquista de la península británica. Los judíos estaban sujetos al Rey desde la época del primer mandatario por lo cual la situación era ambivalente y arbitraria. Finalmente, cuando los reyes no querían pagar sus deudas a los prestamistas Judíos simplemente les expulsaban.
La iglesia católica prohibió rotundamente que se otorgaran préstamos o créditos entre cristianos, por lo cual tanto los gobernantes como la iglesia designaron a los judíos a la labor de prestamistas, convirtiendo así luego al judío como un estereotipo de “usurero”. ¿Pero cómo acusaban a los judíos de ser usureros y prestamistas, si habían sido ellos mismos los que habían designado esa labor a los hebreos? Pues de forma insensata, cuando necesitaban dinero iban donde los judíos y cuando llegaba la hora de pagar desaparecían o acusaban a los judíos de ser usureros y además no siendo esto suficiente, diciendo incluso que eran asesinos de niños y de la forma más irracional justificaban por ejemplo que utilizaban la sangre de los niños para hacer la Matzá de Pesaj. Los europeos eran muy primitivos a la época y empezaron a ilustrar a los judíos como figuras demoniacas también, sin olvidar nunca la acusación sobre qué los hebreos habían asesinado a su mesías, a pesar que era claro que los Romanos fueron los autores del hecho.
Las figuras de Pogromos y actos antisemitas remonta en Europa a 1190 cuando hubo una masacre de 100 judíos en York, Inglaterra también. Este podría ser considerado uno de los primeros Libelos de Sangre, que se refiere a las calumnias en contra de los judios sobre cualquier tipo de crimen sin ningún sentido común ni racional que afectó y azoto a las primeras comunidades judías a lo largo de Europa. Y, resulta que desde el año mil, cuando no acabo el mundo como se pensaba, si hubo un cambio de devoción y percepción de la religión cristiana. Desde aquel punto se crea la “nueva devoción” que es basar toda la fe y la doctrina en la vida de Jesús y dentro de esto también cabía su muerte, donde fueron culpados los judíos de esta.
La teología cristiana, entre en un período de replanteamiento y es donde la teología de base se dirige al planteamiento sobre el cual Israel perdió su derecho como pueblo elegido y que Jesús fue enviado como una última oportunidad de arrepentimiento y sin embargo esta no fue aceptada por los hijos de Yaacov. Por lo que ahora quienes se considerarán cristianos serían el “reemplazo de Israel”. Es absurdo pensar en un argumento como este, pero sin embargo ligado a la doctrina religiosa y mezclado con la ignorancia de las gentes, fue el estandarte de argumento y lucha cristiano. Incluso heredado al protestantismo, pues Martín Lutero padre de la corriente nueva del cristianismo se basó en un argumento casi que igual a este.
El Nuevo Testamento está ligado a la idea del “nuevo pueblo elegido”. Esta premisa fue uno de los mayores argumentos antisemitas para ejecutar libelos de sangre. Sin embargo, los teólogos cristianos discernieron que el pueblo judío a diferencia de los demás pueblos antiguos continuaba existiendo no por ser pueblo elegido sino para ver la equivocación de no haber aceptado a su mesías cristiano. Y, cuando ocurra la “segunda venida” cayeran en cuenta de su equivocación. Situación que también es muy arrogante por parte del cristianismo como adversa a la fe judía y que también ha sido un pretexto en alguna medida de antisemitismo en el continente europeo. Pensamiento que Martín Lutero de nuevo heredaría de la doctrina católica.
Los sumos cleros cristianos ortodoxos y romanos invitaron a perseguir a los judíos, ratificando que los judíos eran pérfidos y usureros, entre otros adjetivos muy descalificativos. Es así que los libelos de sangre continuaron por toda Europa y luego con el nuevo protestantismo se extenderían hasta la ascensión de Hitler al poder y la solución final. Otros países que expulsaron a los judíos luego de Inglaterra fueron, Francia, Hungría, Alemania, Austria, Lituania y finalmente España y Portugal. Todas las expulsiones relacionadas a deudas con los pre-banqueros judíos.
A los judíos se les prohibió toda profesión existente en Europa. Es así, que dentro de los “consejos de letran” donde se aprobó el celibato, también se aprobó que los judíos serían prestamistas y así serían sirvientes de los cristianos. Además, consideraban esta profesión, tan apetecible hoy, como algo indigno y que además ensuciaba las manos de quien lo hacía. Y tan arma de doble filo, que luego serían acusados por usureros y cuando las deudas aumentaban no les quedaba más salida que calumniar y echar a todos los judíos de sus tierras.
En Inglaterra otro libelo de sangre muy conocido fue el de Norwich, en 1144 donde se acusó a los judíos de secuestrar a un pequeño para drenar su sangre y seguro hacer Matza, o Jala. También había teorías que decían que la sangre era necesaria para curar la pérdida de sangre sufrida por la circuncisión o también para recuperar la sangre que supuestamente los hombres judíos perdían en una “menstruación” que, si bien es propia de las mujeres, argumentaban que los hombres la padecían como castigo o hemorroides también por el tan acusado asesinato de Jesús.
Otro famoso libelo de sangre es el de Lincoln en Inglaterra del año 1255 en el cual se acusa a judíos de haber ejecutado un asesinato ritual de un niño llamado Hugo. De este cuento que cobraría vidas judías, se convirtió en historia cuando se hizo parte de las baladas inglesas de Canterbury Tales. A continuación, un extracto:
“Desde ese momento en adelante los judíos conspiraron para perseguir a aquel inocente niño por todo el planeta. En un callejón encontraron y contrataron a un asesino que poseía ese lugar secreto y, mientras el niño pasaba con su feliz caminar, este maldito judío lo agarró y lo sostuvo, cortó su garganta y lo arrojó a una fosa”.
Es increíble como mentiras sin fundamento, calumnias e injurias pueden cobrar vidas humanas, y más increíble como aún pueden seguir pasando hechos como estos. De hecho, los libelos de sangre comienzan desde mucho antes, incluso en las crónicas de Flavio Josefo se destaca la acusación del filósofo Apión, sobre qué un hombre griego estaba atado y siendo engordando en el templo de Salomón para luego ser sacrificado. De esto, Flavio Josefo escribió: Contra Apión en contestación a este Libelo de sangre. Incluso, en Berlitz toda la comunidad judía fue calcinada con el más que absurdo y ridiculo de haber robado una hostia consagrada para profanarla. Llegaron a decir incluso que un tal Abraham llegaba a una iglesia donde robaba una hostia y la acuchillaba y está sangraba y luego la repartía entre la judería para hacer quien sabe cual ritual demoniaco. Que algo tan letal y tan absurdo como los libelos de sangre no se vuelva a repetir en la historia de la humanidad, por el bien de todos es la lección final.