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Birkat Hagomel

Por: Rabino Eliahu Birnbaum

Ni bien llego en Shabat a la sinagoga de mi bendita comunidad, el gabai o encargado acostumbra correr en mi dirección y preguntarme si estoy antes o después de un viaje y agrega: "¿quieres recitar Birkat Hagomel?" Lo mismo suele ocurrir en otras sinagogas que frecuento en las diásporas, me suelen subir a la Torá porque el gabai asume que recae sobre mí la obligación de bendecir Hagomel tras cada viaje, empero cuán grande es su sorpresa y a veces su decepción cuando no escuchan de mis labios la bendición en cuestión. En lo personal, no suelo recitar Birkat Hagomel tras haber volado tanto vuelos cortos como largos y paso a explicar por qué. La razón no radica solamente en no quitarle a otros la oportunidad de subir a la Torá semana tras semana - dado que esta bendición puede recitarse en presencia de minián sin necesidad de pasar a su lectura - sino que obedece a motivos halájicos un poco más complejos ya que existe una viva discusión respecto del recitado de Hagomel tras haber volado.

El Talmud describe detalladamente quiénes son las cuatro personas que deben recitar la bendición de Hagomel tras haber salido de una situación de peligro: "Cuatro son los que deben agradecer: los que viajaron en barco, los que atravesaron el desierto, quien estaba enfermo y se curó y quien estaba en prisión y fue liberado" (Berajot 57b), y así efectivamente fue sentenciado en el Shulján Aruj Oraj Jaím 219:1.  

Las autoridades halájicas se han ocupado de las similitudes existentes entre el vuelo en avión y las categorías mencionadas en el Talmud en un intento de hallar paralelismos, empero, no siempre lo lograron. ¿Acaso un avión que vuela sobre el desierto se asemeja a quienes lo atraviesan andando? ¿Acaso el tráfico aéreo se asemeja a una nave que cruza el mar rumbo al horizonte? ¿Es un vuelo peligroso como los ejemplos traídos por el Talmud? ¿El vuelo en las altitudes se define como camino o acaso no existen los caminos en el firmamento? ¿Se bendice únicamente por las cuatro situaciones antemencionadas o por toda situación de peligro tangible de la cual el hombre logró liberarse?

Hay quienes explican que cruzar el desierto no significa literalmente andar por este tipo de territorio sino por cualquier lugar que implique riesgo lo cual incluye todos los tipos de camino y todos los viajes y vuelos. De aquí surge la costumbre sefaradí de recitar Birkat Hagomel también cuando se viaja la distancia de una "parsá" de una ciudad a otra lo cual insume, por lo general, unos setenta y dos minutos. Empero, los ashkenazíes no recitan Birkat Hagomel al viajar de una ciudad a otra a menos que en el camino pasen por un sitio peligroso (ver Ramá Oraj Jaím 219:1).

Existen autoridades halájicas que escribieron que "Quien vuela en un avión bendice Hagomel ya que no es diferente a quienes atraviesan el desierto o el mar ya que el avión sobrevuela el mar y por ende se asemeja a un barco y además no es posible vivir ni un instante en las alturas fuera de la aeronave" (ver Igrot Moshé Oraj Jaím II 59, Responsa Minjat Itzjak II 47, Tzitz Eliezer XI 14, Iejavé Daat II 26).

Otros juristas halájicos escribieron que no es el mero hecho de sentarse en el avión lo que genera la necesidad de recitar Hagomel sino únicamente cuando este vuela por sobre el desierto, ya que entonces ingresa en la categoría de aquél que lo atraviesa, empero si el aeroplano no sobrevuela el desierto o el mar no se habrá de recitar Birkat Hagomel (Tzitz Eliezer XI 14).

Un tercer enfoque en el seno de los jurisprudentes de la halajá requiere bendecir Hagomel tras volar en virtud del peligro implícito en el vuelo sin similitud alguna con quienes cruzan el mar o el desierto. Estos consideran que se debe bendecir por todo vuelo aunque este no pase sobre estos paisajes puesto que el quid de la cuestión es que el ser humano sale de su orden natural de existencia y entra en una situación de peligro. Tal como escribiera el Rabino Moshé Fainstein: "Me resulta claro, en mi modesta opinión, que se debe bendecir … dado que el aeroplano es un caso más claro que navegar en el mar ya que no es posible mantenerse en el aire y cada momento que la persona está en el avión se trata de una salvación y por ello debe recitar Hagomel" (Igrot Moshé Oraj Jaím II 59 y Halijot Shelomó XXIII 5 citando al Rabino Shelomó Zalman Auerbach z"l).

Otras autoridades halájicas proponen bendecir Hagomel después del vuelo, mas sin pronunciar el Nombre Divino ya que por lo general los vuelos no implican peligro y por ello no se los puede catalogar como situación de riesgo que requiera recitar Hagomel tal como lo indica la Guemará. A su parecer un vuelo en avión se asemeja más a quien va por lo caminos y recita únicamente la plegaria del viajero y no a quien atraviesa el desierto y debe bendecir Hagomel (Responsa Betzel Hajojmá II 10, Responsa Jelkat Yaakov II 69).

Esto es lo que escribió el Rabino Betzalel Stern: "Quien llegó al sitio deseado sin haber pasado por peligros durante el camino recitará Hagomel sin pronunciar el Nombre de Dios, empero si pasó por una situación riesgosa y se salvó - que recite pronunciando el Nombre de Dios…me dijo también el Rebe de Belz que él indica a quienes lo consultan que quien viaja en avión bendiga Hagomel sin pronunciar el Nombre de Dios. Desde entonces y hasta ahora escuché y vi a más rabinos importantes que siguen esta instrucción" (Responsa Betzel Hajojmá V 88).

Otro enfoque interesante respecto del recitado de esta bendición se encuentra en la responsa "Jelkat Yaakov" del Rabino Yaakov Breish: "En efecto, cuando un avión vuela por el mar se asemeja a un marino y además una corriente fuerte de aire puede hacer descender abruptamente a la nave y asustar a los viajeros y por lo tanto, dado que se estableció una bendición para quienes navegan - qué me interesa si lo hacen en el agua o por aire ya que el peligro en ambos casos es semejante y por otra parte no corresponde que inventemos o innovemos situaciones más allá de las cuatro que según el Talmud deben agradecer y es necesario reconocer que al volar no se transita una ruta en el mar y por ende no entra la misma categoría" (Jelkat Yaakov Oraj Jaím 55). Según su opinión, los sabios establecieron la bendición para quienes transitan por la tierra o navegan en el mar pero volar en avión no entra en la categoría de "ir por el camino" tanto terrestre como marítimo y por lo tanto no resulta necesario bendecir.

Sin embargo, creo que el enfoque menos conocido a esta cuestión es el de aquellos que no solamente no obligan a recitar Hagomel sino que prohíben hacerlo tras haber volado y no ven al vuelo como una instancia de peligro.

El Rabino Jaim David Haleví escribió en su libro "Asé Lejá Rav" (6:16) que "Quienes viajan en avión no deben recitar Birkat Hagomel porque el origen de esta norma (Berajot 54) se refiere a cuatro personas que deben agradecer y uno de estos es quien atraviesa el desierto y sencillamente viajar en avión no se le asemeja… e incluso según la usanza sefaradí que de acuerdo al Shulján Aruj se debe bendecir cuando se va de ciudad en ciudad, por cuanto que todos los caminos implican peligro, pero el vuelo no encierra riesgo ya que nos resulta claro que en la actualidad los vuelos son sumamente seguros e implican menos peligro que viajar en automóvil tal como la amarga realidad nos demuestra a diario… y si bien he visto que hay quienes sentenciaron que se debe bendecir Hagomel tras haber viajado en avión yo no estoy de acuerdo, y de todas maneras, en caso de duda respecto del recitado de una bendición se opta por la opinión más flexible y no se bendice".

Este enfoque es compartido por el Rabino Goren, el Rabino Jaim de Brisk y el Rabino Soloveichik. En el libro Maasé Rav que versa sobre los hábitos del Rabino Soloveichik escribió el Rabino Schechter: "En los primeros años cuando viajaba de ida y de vuelta de Boston a Nueva York acostumbraba siempre a recitar la plegaria del viajero empero transcurridos ya muchos años se acostumbró de tal manera al viaje en avión que no tenía temor alguno y llegó a la conclusión que en caso de que el viajante no tema en absoluto y el viaje no sea riesgoso no cabe recitar la plegaria del viajero… y en el caso de quien viaja y no percibe o siente riesgo o temor alguno por estar ya acostumbrado al mismo no cabe decir que todos los caminos implican peligro y por lo tanto no cabe recitar la bendición". Si esta es la norma aplicada a la plegaria del viajero (Tefilat Haderej) a fortiori que esta es la actitud hacia Birkat Hagomel.

Sobre la base de estas ideas, el Rabino Aharón Liechtenstein ztz"l testifica que el Rabino Soloveichik no acostumbraba recitar Hagomel tras viajar en avión a menos que se haya dado una situación de peligro o un accidente, Dios no lo permita. Empero, por otra parte, si una persona siente que el vuelo en cuestión le reporta peligro debe recitar Hagomel. 

Este enfoque es muy significativo ya que transforma a Birkat Hagomel en una bendición subjetiva de acuerdo con el sentir de cada persona. Si una persona no teme en absoluto al vuelo y no acaeció durante el mismo situación riesgosa alguna - el pasajero no está en la obligación de bendecir. He de admitir, sin avergonzarme, que viajo por el mundo semana a semana desde hace ya treinta años y Bendito sea Dios nunca viví percance o falla alguna en el avión que me transportaba por lo que no siento la necesidad de recitar Hagomel. De todas maneras, por supuesto que siempre se puede y se debe agradecer a Dios con todo el corazón "por Tus milagros que obras con nosotros y las maravillas y bondades que realizas en cada momento, por la noche, la mañana y la tarde".