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Aciertos fílmicos y correcciones Halájicas Vol. 1

Por: Rav Daniel Shmuels

Existe una enorme diferencia entre la adaptación de un libro a la pantalla, bien sea de cine o televisión, y basar un guión en un libro para la creación de una película o una serie. El último es el caso de la serie “Unorthodox” (No ortodoxa); la cual, actualmente puede ser vista en el servicio de transmisión privado de Netflix.

La serie nombrada ha causado cierto eco dentro de la comunidad judía al igual que dentro del mundo no judío. Más allá de llevar este espacio al de la crítica cinematográfica, lo cual termina siendo difícil hasta cierto punto debido a las diferentes reacciones que ha causado, tanto positivas como negativas, es necesario advertir al lector que el análisis Halájico a presentar surge de las diferentes opiniones expresadas en las múltiples plataformas sociales y de noticias, tanto judías como no judías, entre otras. Debido a esto, resulta imperativo enmarcar puntualmente, a nivel histórico y factual, el origen de la autora y el subsecuente libro que llevó a la creación de dicha serie. 

La autora del libro, Deborah Feldman, tiene otros dos libros a su haber; a saber, “Exodus” (Éxodo) y Überbitten (Disculpe). La trilogía de libros tienen el común denominador de una mujer jasídica ultra ortodoxa que abandona su comunidad; básicamente, son una antología a la transición que tuvo su vida al abandonar el judaísmo jasídico para pasar a una vida secular moderna. En los tres casos se está hablando de “memoirs” de la autora. Debbie, como aquellos allegados a ella la conocen, nació en Brooklyn, Nueva York. Es la única hija de un matrimonio arreglado entre un jasídico con síndrome de down de Williamsburg, perteneciente a una familia económicamente prominente, de la secta Jasídica Satmer y una huérfana de la misma secta de Londres, Inglaterra. Debbie fue educada bajo las costumbres jasídicas de esta secta al amparo de sus abuelos después de un tortuoso divorcio entre sus padres. 

Ahora bien, en el caso de la serie presentada al mundo este año, como se anotó anteriormente, se está hablando de una serie televisiva basada en el libro; es decir, la serie no retrata la vida real que vivió la autora durante su odisea personal; en cambio, las productoras dividieron la serie en dos perspectivas simultáneas. La primera es la vida actual que lleva el personaje principal desde su escape en adelante y la segunda, intrínsecamente entrelazada con la primera, sus recuerdos del tormentoso pasado que vivió desde la infancia hasta su huida. La verdad, nos relata el libro, es que la así llamada “huida” del mundo jasídico por parte de Debbie fue más una transición con pasos cautelosos dentro del mismo estado de Nueva York que un drástico y repentino escape a Europa. 

En repetidas ocasiones, a través de los años, se escucha el lamento de las multitudes criticando lo mal adaptados que fueron tales o cuales libros a la pantalla; empero, en este caso, no hay ninguna adaptación puntual porque tan sólo fueron los recuerdos, y sólo hasta cierto punto, los que fueron la base para la serie; es decir, la vida actual del personaje central en la serie, su huida a Berlín, su talento musical, etcétera, es creación de los guionistas y productoras. Lo interesante de este caso es que la autora del libro fue la “asesora de realidad” durante la producción completa de la serie; por ello mismo, la serie tiene una textura en general que transpira exactitud.

Dejando claro que el escape de Esty en la serie no se asemeja en lo más mínimo al de la autora, cabe anotar que la presentación de este escrito, a partir del encuadre ya mencionado, está dirigido a las verdades puntuales expuestas en la serie; las cuales, son atrocidades reales que existen hoy en día en la ultra ortodoxia y que van en contra de nuestra sagrada Halajá. Así mismo, se pretende adentrar en las diferentes críticas sociales, surgidas por la serie, que existen acerca del judaísmo jasídico y el judaísmo laico, particularmente en los casos donde la crítica presentada mezcla entre filosofía, Minjag (costumbre) y Halajá (ley). 

Pues bien, para continuar con una secuencia lógica, se iniciará por la crítica de los detalles cinematográficos que, al parecer, son los que la mayoría de conversaciones dentro de los círculos ortodoxos ha tomado más fuerza con el único fin de desacreditar cualquier veracidad expuesta por la serie. Por ello, resulta más que apropiado comenzar por los puntos de in solidez más absurdos; a saber, los Shtreimels y el Yiddish de los actores. Sí, es cierto, a nivel de vestuario es obvio que los Shtreimel utilizados son imitaciones; empero, como algunos lo desean presentar, eso no le quita el valor de precisión que visualmente tiene la serie, eso no desvirtúa la serie en lo más mínimo. El que los Shtreimel utilizados sean falsos no implica que toda la serie es una farsa y que todo aquello presentado en ella es, por ende, falso e incierto. 

Ahora bien, también es cierto que hay diferencias en el Yiddish de los personajes. Para el espectador promedio todo suena igual, hasta el inglés y el alemán. En este caso en particular resulta crucial porque la secta jasídica de donde proviene Esty, la Satmer, habla un Yiddish húngaro, el cual difiere del alemán, del polaco o del ruso. Aquellos que saben algo de esta secta, sabrán que hay un excesivo trabajo dentro de ella por mantener la pulcritud absoluta en ese tipo de Yiddish. En la actualidad, esta es una de las principales labores que llevan a cabo las entidades educativas Satmer alrededor del mundo, pues le da a sus miembros el sentido de pertenencia que su legado histórico y enseñanzas jasídicas han perpetuado como único para exaltar el Kidush HaShem. De regreso a la serie, sin lugar a dudas, el personaje de Moishe y el del Rabí son los que definitivamente demuestran tener un legado real en este aspecto, son los que naturalmente hablan un Yiddish húngaro más pulcro, por así decirlo; de cualquier forma, el que exista una serie en donde la mayoría de los diálogos sean en Yiddish hace a cualquier judío, especialmente a los Ashkenazim, extremadamente orgulloso. No por existir una diversidad de acentos Yiddish en la serie, ella se torna en la expresión de incoherencia y falsedad absoluta que es característica de los liberales de Hollywood. 

Por otro lado, también han surgido críticas, un poco más drásticas y mucho más complejas, desde la perspectiva social. Si bien, la serie es extremadamente precisa en la realidad actual de dicha secta jasídica, al igual que lo es con el dolor, opresión, humillación, frustración e insatisfacción personal de Esty, ello no quiere decir, bajo ningún aspecto, que todas las mujeres de esa secta, nacidas dentro de ella o no, se sientan de esa manera. Este es el caso particular de ella y sí, como ella puede haber muchas más mujeres que también han decidido abandonar su comunidad ultra ortodoxa o que lo desean hacer; de cualquier forma, para la gran mayoría de mujeres, de esa secta o de muchas otras, ese no es el caso. Anteriormente, en este mismo espacio, se expuso cómo y por qué la ortodoxia, la ultra ortodoxia y demás, no son el camino a seguir para todos los judíos, estableciendo que por ello nuestra sagrada Halajá oscila entre Majmir (estricta) y Meikel (indulgente). 

Es factible que para el ciudadano moderno ciertos comportamientos presentados en la serie sean considerados opresivos y humillantes con los derechos de la mujer; sin embargo, para aquellas mujeres que alegremente viven esa realidad como su cotidianidad, el pacto social de la secta prevalece por el bien supremo del judaísmo y al contrario de lo generalizado, es un honor enaltecer su vida con ese pacto. En última instancia, eso es lo que filosóficamente establece cada movimiento judío, su verdad es el camino a seguir, a pesar que la Halajá nos enseñe que ese no es el único que existe para ser un judío observante temeroso de Dios. 

Al desarrollar una crítica, cualquiera que esta sea, el ciudadano común no puede anteponer sus convicciones para aplastar la decisión que otras tantas personas pro activamente han llevado a cabo. En este punto es importante aclarar el concepto de “elección”. Si bien, una persona sumergida en una sola realidad no tiene una opción obvia ante sí, existe la posibilidad que esa única realidad sea de hecho su concepto de felicidad y se articule perfectamente para ella. Así mismo, existen otras tantas personas a las cuales esa realidad las atormenta y oprime; empero, a pesar de las circunstancias, abandonan de una u otra manera esa realidad para articular su vida y concepto de felicidad e igualdad en otra cotidianidad. 

Es fundamental que Klal Israel, entienda que en el judaísmo no hay una verdad única para la observancia del judaísmo; por ello, debemos crear los espacios de tolerancia tan necesarios para que seamos un solo pueblo unido con diferentes perspectivas de vida.