Por: Victor Zajdenberg
Hace pocos días se festejó en Israel y en el mundo judío el restablecimiento de un Estado Judío en sus tierras ancestrales de Eretz Israel. Según el calendario hebreo esto sucedió un viernes 14 de Mayo de 1948. Seis Declaraciones Universales sustentaron este momento histórico: I) El 1er. Congreso Sionista organizado por Theodor Hertzl en Basilea (Suiza) del 29 al 31 de Agosto de 1897; II) La Declaración Balfour (Arthur), Secretario de Asuntos Exteriores Británico, que públicamente anunciaba el 2 de Noviembre de 1917 un “Hogar Nacional para el Pueblo Judío” en Palestina; III) El Acuerdo del Emir Feisal con el Dr. Jaim Weitzman del 3 de Marzo de 1919 donde se pactó la fórmula “Arabia para los árabes y Palestina para los judíos”; IV) El Mandato sobre Palestina otorgado a Gran Bretaña en San Remo (Italia) en Febrero de 1920 a los efectos de establecer el “Hogar Nacional Judío”; V) La “Partición de Palestina” en 2 Estados, uno judío y el otro árabe, que las Naciones Unidas (ONU) aprobaron el 29 de Noviembre de 1947 por 33 votos a favor, 13 en contra y 10 abstenciones. VI) La proclamación de la Independencia de Israel realizada en la fecha mencionada por David Ben Gurion en una sala del Museo de Tel Aviv.
Ya lo había anunciado Azzam Bajá, Secretario General de la Liga Árabe: “Los judíos de Palestina serán aniquilados, destruidos y habrá una matanza como la humanidad no había visto desde la invasión de los mongoles”; es decir un nuevo Holocausto. Efectivamente, un día después, 5 ejércitos árabes (Líbano, Siria, Irak, Transjordania y Egipto) invadieron, con el apoyo Saudita, el recién proclamado Estado de Israel. Los 650.000 judíos que habitaban la Palestina de aquel entonces tuvieron que defenderse con armas precarias del artero ataque árabe equipado con modernos equipos militares proporcionados por los ingleses y con un Ejército como el de la Legión Árabe comandada por el General británico sir John Glubb Pacha. El ejército libanés ocupó parte de la Galilea; los sirios e iraquíes penetraron con sus tanques en el valle del Jordán; la Legión Árabe de Transjordania tomó posiciones en Jerusalém y la aviación egipcia bombardeó Tel Aviv mientras sus tropas entraban por el Neguev y conquistaban poblados como el de Nitzanim. Por si esto fuera poco los árabes de Palestina atacaban poblados judíos y colaboraban con los invasores haciéndose fuertes en las alturas de Latrún, a 23 kilómetros de Jerusalem, la que quedó rodeada por los cuatro costados. El joven Estado Judío estaba con enormes problemas de supervivencia.
El primer paso fundamental que adoptó el nuevo Gobierno Hebreo fue unir en un Ejército de Defensa con un solo Comando Central a las valerosas milicias que operaron en la época del Mandato: la Haganá, el Palmaj, el Irgún y otros. El segundo elemento vital era la necesidad de la gente de sobrevivir a toda costa; era cuestión de vida o muerte. El tercer factor que finalmente logró hacer retroceder a semejantes formaciones militares fueron las hábiles y talentosas tácticas utilizadas que desorientaban a los enemigos que pensaron vencer sin resistencia alguna. Los “Shualei Shimshón” (los “Zorros de Sansón”) eran jeeps abiertos armados con ametralladoras que penetraban de noche en las formaciones árabes quienes huían despavoridas; con el célebre viejo tanque “Tigre Feroz” Moshé Dayan logró desalojar Ramle y Lydda; el avance sirio fue detenido por 2 antiguos cañones franceses “los pequeños napoleones”; viejos barcos de inmigrantes convertidos en una “Flota Naval”; los longevos aviones “Spitfire” constituyeron la nueva “Fuerza Aérea” que hizo milagros en todos los frentes de batalla.
Un párrafo especial para los residentes de los kibutzim, moshavim, poblados y ciudades que defendieron con sus vidas cada palmo de la Tierra de Israel; el recuerdo eterno a los caídos en Bab al-Wad o Shaar HaGai en hebreo, donde murieron muchos de las casi 7.000 vidas judías que costó la Guerra de la Independencia; la liberación de Jerusalem occidental cuya población se encontraba al borde de la inanición por el hambre y la sed existente. Mientras Occidente observaba sin ayudar a la naciente Nación Judía el armamento con sus municiones recibido de Checoeslovaquia también han ayudado al logro de esta epopeya, que se prolongó durante más de un año ya que, con todos los ejércitos árabes retrocediendo, finalmente en febrero de 1949, en la isla de Rodas, Egipto firmó el primer “Acuerdo de Armisticio”. Los demás países árabes, salvo Irak, completaron las firmas en Junio del mismo año.
Un día antes del festejo de Iom Haatzmaut, Israel y el Pueblo Judío recuerdan y lloran por los casi 24.000 héroes caídos en las muchas guerras y atentados terroristas que en estos 72 años de existencia ha tenido que sobrellevar. Después de 2.000 años de persecuciones y matanzas, el Pueblo Judío logra volver a su hogar, el “Makom” (Lugar) donde se originó su historia ancestral.