Por: Rav Daniel Shmuels
El fin de semana anterior, en las más grandes ciudades de Estados Unidos y en las capitales más importantes del mundo, cientos de miles de mujeres salieron a marchar en pro de los derechos de la mujer; si bien, el objetivo principal era oponerse a un sistema electoral particular y a una sociedad, por así decirlo, machista; en mi opinión, la así llamada marcha de las mujeres, tiene como trasfondo principal poner presente a nivel público el punto en el cual se encuentra la mujer en nuestra sociedad hoy en día y al lugar al cual aún quiere acceder en todos los aspectos posibles.
Esta problemática no escapa a nuestro judaísmo ni a nuestra Halajá; de hecho, como lo he expuesto anteriormente, cada vez se hacen más esfuerzos por parte del establecimiento Haredi para que la mujer tenga menos derechos y privilegios dentro de la sociedad moderna. Desde el absurdo de proponer Halájicamente la prohibición que las mujeres manejen carros hasta la prohibición que toda mujer pueda tener una educación rabínica formal; entonces, actualmente nos encontramos en un sentido de regreso en lugar de uno de progreso y progreso que no pone en el más mínimo riesgo la veracidad, eternidad ni tradición de nuestra sagrada Torá; o alguien me puede decir, ¿cómo es que la conducción de un automóvil por parte de una mujer amenaza la santidad de nuestra Torá y Halajá?
Así mismo, se ha expuesto en este espacio que una mujer judía puede llevar a cabo la función de juez en muchos aspectos del judaísmo; es decir, una mujer con las calificaciones apropiadas también puede legislar y lo que esto implica es que ella también puede participar activamente en la innovación y actualización de nuestra sagrada Halajá. Ahora bien, no es que esto sea algo totalmente nuevo dentro de nuestro judaísmo; de hecho, en el pasado ya ha sucedido que las mujeres se han unido y han establecido Halajot. Tal es el caso de tomar las cuatro especies de Sucot y escuchar el Shofar en Rosh HaShaná, Mitzvot de origen bíblico que las mujeres no tienen que llevar a cabo; empero, en época del Talmud las mujeres que cumplían al pie de la letra la Torá se agruparon y decidieron tomar sobre ellas estas Mitzvot por todas las generaciones y hoy en día esas son "Mitzvot Halájicas" que todas las mujeres deben cumplir conocidas como MiDeRabanan; es decir, son parte de nuestra sagrada Halajá. Entonces, ¿por qué hoy en día este comportamiento parece tan ajeno a nosotros?
La verdad es que no estamos ajenos a ese comportamiento en nuestra cotidianidad. Un ejemplo actual del poder legislativo de la mujer dentro del mundo ultra ortodoxo es el caso de la secta Jasídica Lev Tahor. Dejando a un lado la controversia que puede caracterizar a este grupo de judíos y sus comportamientos de extrema derecha, resulta interesante saber que hasta hace unos 15 años todas las mujeres casadas se cubrían la cabeza con peluca, utilizaban faldas hasta la rodilla y blusas de manga larga sin escote y con todo tipo de colores; es decir, seguían los parámetros básicos de Tzniut. Sin embargo, en determinado momento se reunieron todas las mujeres de la secta y establecieron que a partir de ese punto en adelante toda mujer perteneciente a Lev Tahor se debía vestir de negro, cubrir la cabeza completamente dejando solo la cara expuesta, utilizar por vestido una manta negra que cubra completamente brazos y piernas y mallas permanentes debajo de la manta. Esta no fue una idea de los hombres, esta fue una decisión estudiada y analizada por todas las mujeres y como tal establecida por ellas y para ellas en donde todas estuvieron de acuerdo con este proceder. Obviamente este es un caso de Minjag exclusivo para esta secta por cuanto fueron solamente las mujeres de Lev Tahor las que se reunieron y sobra decir, un caso bastante extremo; empero, demuestra el punto que pretendo exponer en esta ocasión; a saber, que la mujer sí tiene un poder legislativo dentro del judaísmo que va desde el Minjag hasta la misma Halajá.
Si bien, posibilidad legislativa de la mujer dentro del judaísmo en general es un poco complicada y contiene particularidades muy específicas no por ello es imposible; empero, uno de los factores determinantes, aun cuando suene un tanto distante, es el aspecto de Tzniut. Halájicamente, para que ellas legislen en pro de ellas y otros asuntos generales de Yiddishkeit, es necesario que todas las mujeres de Israel que pretenden legislar cumplan completamente con la Torá y la Halajá; ello implica no sólo Shabat, Kashrut y Taharat HaMishpajat sino también Tzniut, entre tantas otras.
En la actualidad, podemos observar como el judío promedio cumple Shabat, Kashrut y Taharat HaMishpajat; sin embargo, cuando se llega al tema de Tzniut de acuerdo a nuestra sagrada Halajá hay una ausencia de cumplimiento enorme y esto es una realidad tanto para hombres como para mujeres. Es debido a que estamos hablando de las posibilidades legislativas de la mujer que nos enfocamos más puntualmente en el Tzniut de ellas.
De cualquier forma; ejemplificaré una situación caricaturesca para entender la importancia de Tzniut a nivel legislativo. Si tenemos a Rav Piluni quien por cierto es un gran estudioso y conocedor de la Torá oral y escrita; además, cumple Shabat, Kashrut, Tefila, Taharat HaMishpajat, etcétera, pero no utiliza Kipa, no usa Talit Katán, y su vestimenta diaria consta de "esqueleto", pantaloneta y "chancletas"; obviamente, esto presenta varios inconvenientes. En primer lugar, es totalmente ambiguo e incoherente que un estudioso y conocedor de la Torá se vista de esa manera donde ni siquiera está utilizando Kipa y Talit Katán. En segundo lugar, ¿cómo puede legislar, innovar y proponer actualizaciones Halájicas cuando él mismo desfallece en cumplir la misma en principio? Hablemos de un escenario en donde todos los Rabonim estén reunidos para legislar, ¿qué validez o seriedad puede tener este Rav Piluni cuando obviamente está incumpliendo con mandamientos básicos de Tzniut? Esto mismo se aplica para las mujeres. Es por ello, que me veo empujado a hacer énfasis en este tema. Si queremos que la mujer tenga un lugar más "activo" dentro del mundo rabínico y Halájico, es necesario y fundamental que los requisitos mínimos de Tzniut sean llevados a cabo.
Sí es factible que las mujeres tengan un rol legislativo dentro de nuestra Halajá, así mismo es necesario para ello que todas las mujeres cumplan, entre todas las demás Mitzvot, las leyes de Tzniut. Esto permitirá, como en el caso de Lev Tahor, muy probablemente cambiar aspectos mismos de Tzniut que no vayan al extremo sino a un punto medio Halájico basado y fundamentado en estudios y análisis profundos y certeros acerca de nuestra Torá, Halajá y toda Mesorá y no solamente en ideologías, creencias o interpretaciones individuales erradas o arbitrarias.
Estoy seguro que con los tiempos de cambio que estamos viviendo y con el infinito deseo de cumplir la Torá se puede instaurar una instancia legal dentro de la Gadol Rabanut de Israel dirigida por mujeres en pro de las mujeres que estudie, revise, supervise y proponga posibilidades Halájicas reales contemporáneas para una sociedad judía que vive una Halajá dinámica. Es ahora el momento de preguntarse, ¿qué tanto se está cumpliendo Tzniut y qué tanto se quiere hacer parte de una Halajá siempre viva y dinámica?