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¿Jabón o no jabón?

Por: Rav Daniel Shmuels

Durante la situación que nos acoge hoy en día, el uso del jabón se han convertido en un producto no sólo necesario e indispensable para el aseo e higiene personal sino en un elemento vital para mantener los lineamientos de salubridad que los especialistas han determinado como fundamentales para minimizar la exposición al Covid-19.

Cuando pensamos en jabón, la imagen que nos llega al cerebro es la de un jabón en barra. El uso de jabón líquido para cuerpo, manos, ropa y cocina es relativamente nuevo; por lo cual, la imagen de esos otros jabones no es la más frecuente. Todos estos elementos son de uso diario, más aún en estos días, excepto en Shabat. Para aquellos que no lo saben, el uso del jabón cae en la categoría de Melajá; de hecho, es la Melajá número 29 de las 39 que tenemos. En hebreo se la conoce como Memajek, que podríamos traducir como alisar, pulir o aplanar. El acto como tal consiste en alisar una superficie con nuestras manos para crear un producto nuevo con forma diferente. 

He aquí la explicación, al usar el jabón en barra para lavarnos las manos, estamos frotando o refregando el jabón hasta el punto que su forma cambia en tanto produce una espuma; lo cual, entre otras, nos indica que está cumpliendo su función. Pero esa función implica este aspecto que está prohibido en Shabat. Entonces, ¿no se puede usar jabón en Shabat? Sí se puede usar jabón en Shabat, solamente que no como lo hacemos diariamente. Cuando hablamos de jabón de barra; efectivamente, no lo podemos usar, no hay manera de usarlo y es un objeto Muktze (aislado) durante ese día. Lo que sí podemos usar es jabón líquido, pero no en su estado físico habitual. 

Aquellos que tenemos el hábito de bañarnos todas las mañanas de todos los días, incluyendo Shabat, debemos ser extremadamente cautelosos en este aspecto. Todo jabón líquido debe ser diluido, mitad jabón líquido y mitad agua, hay opiniones más estrictas que promueven un 60% de agua y un 40% de jabón líquido. El motivo de esto yace en la consistencia y viscosidad del jabón líquido. Al diluirlo con agua su consistencia se va a reducir y no estaríamos alisando ni transformando nada, sencillamente utilizando una sustancia totalmente líquida de tal manera que no va a haber ninguna transgresión. Esto aplica para jabones líquidos de mano, cuerpo y de cocina. 

La situación del uso del jabón va a aumentar en tanto las restricciones van disminuyendo y sinagogas empiezan a abrir, Shabatot con invitados se reanudan y una vida más real que virtual se establece de nuevo. Pero ahora la pregunta cambia, ¿es el jabón líquido diluido igualmente efectivo que el no diluido? La obvia respuesta es que no y por ello no tan eficaz cuando de aislar el posible contacto con residuos vivos del virus se trata. He pensado en varias opciones como la de lavarse las manos varias veces, pero la ciencia médica no es muy amiga de esta posibilidad porque la eficacia sigue siendo mucho menor; además, no me puedo imaginar la fila de gente en mi casa lavándose las manos con jabón más de tres veces al llegar. El asunto es complejo; pero, ¿por qué no utilizar gel desinfectante en Shabat y ahorrarnos toda esa maniobra y tiempo?

Pues bien, Memajek tiene una Toldá (subcategoría) que lleva por nombre Memareiaj, cuya mejor traducción puede ser ungir. Es de ahí que sale el concepto de diluir el jabón líquido, porque en última instancia se estaría untando una sustancia densa que cambiaría su forma al utilizarla. Es por ello mismo que cremas de cara, cuerpo y dientes no pueden ser utilizadas en Shabat (las mamás pueden estar tranquilas porque las cremas de irritación para los bebés están totalmente permitidas). Por ende un gel desinfectante no puede ser utilizado y si un jabón diluido no es el más efectivo, supongo que lo mismo puede suceder con un gel aunque no he escuchado ninguna opinión al respecto.

Existe una nueva forma de jabón líquido en el mercado llamado “jabón espuma”, de trata de un jabón que apenas se oprime para que salga se convierte en espuma. Este tipo de jabón ha sido estudiado por diferentes organizaciones religiosas ortodoxas; de ellas, una minoría aceptan su uso mientras la mayoría lo consideran prohibido y siguen considerando la necesidad de diluirlo. Este tipo de jabón lleva dos posibilidades; a saber, diluirlo como lo establece la mayoría o preguntarle a su rabino ortodoxo local si su uso está permitido dentro de los parámetros de la comunidad.

Ahora bien, también existen las toallas desinfectantes que pueden ser utilizadas para el propósito que nos compete; sin embargo, poder usarlas en Shabat es complejo por cuanto deben ser cortadas de ante mano para no cortarlas por las ranuras delimitadas porque ello sería caer en la Melajá de Make BePatush (el martillazo final) que implica darle el toque final para que algo pueda ser utilizado. Por ello no utilizamos toallas desechables de cocina, etcétera. Aparte de ello, no se las puede exprimir por a Melajá de Dash (trillar). En pocas palabras, el asunto de las toallas desinfectantes resulta muy complejo para la tranquilidad que debemos tener en Shabat, pero siguiendo los lineamientos anteriores están totalmente permitidas. 

Por mi parte, encontré una solución mucho más sencilla, económica y eficaz al respecto; a saber, el alcohol. Perfectamente se puede poner alcohol en un dispensador para limpiarse las manos al entrar al Shul o a la casa y se acabó el problema. Se puede utilizar toda la semana incluyendo Shabat y de esta manera no se tienen problemas, dudas o angustias sobre tal o cual Melajá. Nos estamos cuidando, estamos cuidando a otros en tanto intentamos regresar a nuestra vida comunitaria como hasta hace poco la vivíamos.

Una solución sencilla que absolutamente todos podemos seguir para procurar la salubridad de todos sin poner en riesgo el cumplimiento apropiado de Shabat.