Imprímeme

Judíos reconvertidos, breve reflexión

Por: Dr Natalio Daitch

 "No preguntes qué puede hacer tu país por ti, sino, qué puedes hacer tú por tu país". John Fitzgerald Kennedy.

Las Altas Fiestas

No cabe duda que se acerca Rosh Hashaná, y tampoco puedo saber cuándo verá la luz este escrito. Y hay muchos que seguramente con mayor autoridad moral o religiosa, han de explicar mucho mejor el profundo significado de las fechas solemnes. Dónde buscamos recibir perdón, y misericordia divina. El arrepentimiento por los pecados cometidos y el compromiso de no volver a cometer actos contrarios a la ley de D'os.

En mi caso, he encontrado en esta famosa frase de JFK (1917-1963) y trigésimo quinto presidente de los Estados Unidos, que me impresiona encastra a la perfección con el planteo que todo judío verdadero debería hacerse en estos tiempos y en todo el año sin distinción.

El verdadero camino

O podríamos decir, el verdadero sentido del judaísmo en su forma raigal se encuentra en la palabra clave "brindarse". O en el "servicio", en aquello que yo o cualquiera puede hacer para cumplir con las mitzvot o preceptos entre el hombre y D'os y el hombre y su prójimo. Sólo por este sendero, el judío podrá encontrar el verdadero sentido y satisfacción en nuestra religión. Por otro lado, cuando focalizamos en nuestras necesidades básicas insatisfechas reales o  no. En todo lo material que necesitamos para satisfacer, por más razonable, justo o incluso necesario que esto nos parezca, esto nos impedirá ver el vaso medio lleno, y nunca podremos llegar a ese epítome (ejemplo ideal o paradigmático de una cosa) que es aquella palabra que escuchábamos de nuestros padres o abuelos en idish "el ID" o lo que" el judío verdadero" debe o debería ser. Una persona que se brinda su vida a Hashem, a su familia, a su comunidad, e incluso fortaleciendo su identidad hace un bien a toda la humanidad.

Para concluir este segundo bloque, reitero, no se trata de ignorar nuestras necesidades materiales, también ellas imprescindibles para cumplir muchos de los preceptos, pero, de lo que se trata es de establecer un "Norte", y definir el objetivo último de nuestra condición de israelita que tiene que ver no con la satisfacción personal, sino con el servicio asignado por la divinidad.

La observación de Clarita

Clarita una de hijas, me vió preocupado frente al día del juicio, esto fué el año pasado. Y los niños no se equivocan al interpretar nuestras emociones o sentimientos. Ella me dijo: "Papá te veo preocupado, pero, por qué no agradecer a D'os, y no solo pedirle cosas? Sus palabras me reconfortaron y disiparon muchas nubes que oscurecen el horizonte de nuestros pensamientos e ideas. Ella, me devolvió la confianza y me dio fuerza para poder seguir adelante en el sendero trazado desde la eternidad. Llegados a este punto, puedo citar de la tefilá o rezo judío cuando decimos cada mañana: "Dichosos nosotros, cuan buena es nuestra parte, ¡y cuan agradable nuestro destino!". Se trata de una afirmación absoluta por el jesed o bondad que recibimos cada día, y el crédito que Hashem renueva por otras 24 horas, a los fines de servirle solo a Él.

El pedido del Rey David, el final

Dice en el Salmo 27, versículo 4: "Solo una cosa le pedí a Hashem, estar en su Santuario todos los días, contemplar la delicia de Hashem, y ser un visitante en su morada". Y con esta frase que resume la otra arista, que implica que no me turbe "la habitualidad", y que siempre me considere un visitante en Tú Casa, donde cualquier huésped se comporta con cautela y con cuidado y respeto, en la casa de su hospedador. Es decir, y para concluir las dos palabras llave que me llevo en esta breve reflexión: "servicio a Hashem y un respeto íntimo y profundo por todo lo relativo a su Santidad".

Me despido entonces, deseando para todos Shaná Tová Umetuká, Jatimá Tová para este nuevo comienzo y posibilidad que es el año 5781.Y que veamos pronto la redención en nuestros días.

Amén.