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El Idioma que nos Revive

Por: Yaacov Amar Rothstein

La visión de Teodoro Hertzel z”l sobre crear un Estado judío fue tan sublime y esperanzadora, que eventualmente esta se terminó materializando en el Estado de Israel. No obstante, revivir el hebreo fue un tema que ni él mismo lograba concebir al cien por ciento en su visión. La idea de que se hablara un solo idioma homogéneo en ese soñado Estado parecía una tarea irrealizable ya que el Pueblo Judío se encontraba disperso entre demasiados países que no compartían idioma en común. Así escribe Hertzel en su libro Der Judenstaat:

“No podemos hablar hebreo entre nosotros. ¿Quién de nosotros sabe el suficiente hebreo como para comprar un boleto de tren? No hay quien pueda hacerlo”.

Fue al punto tal, que Hertzel incluso propuso crear un Estado dividido por zonas en donde se hablaría un idioma distinto en cada región. Sugirió que se implementara una especie de federalismo lingüístico, parecido a lo que ocurre en países como Suiza en donde se hablan varios idiomas bajo una misma nación.
 
Hoy en día Baruj Hashem hay ocho millones de judíos que compramos nuestros boletos de tren en hebreo. Es más, hay dos millones de árabes que también lo hacen. Pero entonces, si revivir el hebreo fue un reto tan extremo ¿Cómo es posible que primero se revivió el hebreo y solo después fue que se creó el Estado? Pues muchas personas piensan que la ecuación es al revés: creen que gracias al Estado de Israel es que podemos hablar hebreo. Pero de hecho fue lo contrario: que gracias al hebreo es que tenemos un país.
 
Pienso que la lengua hebrea es un componente del alma de nuestro pueblo. El hebreo es un mecanismo que potencia nuestra independencia nacional. Si nos fijamos en el plano histórico, hace 2000 años, cuando nuestro pueblo abandonó el hebreo también perdimos nuestra tierra. Y cuando nuestro pueblo volvió al hebreo, también volvimos a nuestra tierra. Es como si hubiera una conexión intrínseca entre este idioma y la redención nacional de Israel.
 
Un ejemplo que ilustra la profunda conexión entre el idioma hebreo y el retorno a Sion es la terminología usada en los organismos de Israel. Por ejemplo, en la época de Ezra y Nehemia cuando retornan los judíos exiliados por los babilonios, se funda la máxima institución de sabios la cual llaman “Knesset HaGedola” (nombre en hebreo). Pero en cierto punto de la historia, los sabios de Israel le cambiaron el nombre a esta institución y ésta pasó a llamarse “Sanhedrin” (un nombre en griego). Eso es como si hoy en día si dejáramos de decir “la Knesset del Estado de Israel” y comenzáramos a decir “Parliament del Estado de Israel”.
 
Ocurrió que al poco tiempo después de haber cambiado el nombre de las instituciones hebreas, llega el helenismo y se toma Israel. Ahí es cuando los griegos se apoderan de Israel. Es decir, vemos que cuando se pierde el idioma hebreo, también se pierde la identidad nacional. Hay una fuerte conexión en entre proteger al idioma hebreo y nuestro posicionamiento como nación.
 
Pero Baruj Hashem es aquí cuando los Hashmonaim se rebelan contra los griegos. Ese fue el milagro de Hanuka en donde los judíos liberaron su tierra gracias a la valentía de Matityahu y sus cinco hijos. Vemos que los primeros líderes macabeos tenían nombres como Yehuda HaMacabi o Shimon (nombres hebreos). Con ellos se renueva la independencia nacional del Pueblo Judío. No obstante, al cabo de dos generaciones, el idioma hebreo se fue perdiendo de forma progresiva. El siguiente rey se llamó Yehuda Aristobulus (nombre mitad hebreo y mitad griego). El rey que le siguió se llamó Alejandro Janeo (dos nombres griegos, ninguno hebreo). Aquí es donde prácticamente se acaba la independencia nacional judía en la tierra de Israel, la cual concluye definitivamente con la reina Salomé Alejandra tras la llegada de los romanos a Eretz Israel.
 
Nuevamente vemos que entre menos usábamos el hebreo, más perdíamos la tierra de Israel. Pero milagrosamente dos mil años después, entre más volvimos a usar el hebreo, la tierra de Israel más volvía a nuestro pueblo. Primero regresamos a nuestro milenario idioma y solo después fue que retornamos a nuestra tierra prometida. Y es verdad que en cada generación hubo grandes sabios como Rabi Yehuda Halevi, Ibn Gabirol, Rav Saadia Gaon, etc que dominaban el hebreo a la perfección, pero lastimosamente esta no era la lengua que hablaban en su diario vivir. Además, eran pocos los individuos que dominaban el hebreo a la perfección; a diferencia de como lo hacemos hoy en día en el Estado Israel en donde incluso niños de 1 año hablan hebreo.
 
En resumidas cuentas: Am Israel primero volvimos a nuestra esencia colectiva y luego sí volvimos a nuestro territorio. Es decir, primero volvimos a escribir libros en hebreo, componer canciones en hebreo, leer diarios en hebreo, hacer chistes en hebreo, etc. Solo después de eso fue que logramos volver a la familia de las naciones. Cabe aclarar que también Hertzel cayó en cuenta de ese error escrito en su libro Der Judenstaat y comprendió el valor trascendental del hebreo, por eso Hertzel al final contrató a un profesor privado de hebreo para sus hijos.
 
Beezrat Hashem que todos los judíos aprendamos hebreo, el idioma de nuestros padres. Este es un factor muy crítico ya que es sustancial para nuestro pueblo. Hoy en día tenemos mucha más posibilidad de aprender hebreo -comparado a épocas anteriores-, por eso debemos aprovechar todas las herramientas a nuestra disposición para así retornar a nuestro idioma. El idioma que hablaba el rey David y que es el mismo idioma con el que hoy hacemos los más avanzados StartUps para ayudar al mundo entero. El hebreo es el idioma que usaremos para iluminar a las naciones, tal y como lo vieron nuestros profetas, amén.