Imprímeme

Lashon Tzniut

Por: Rav Daniel Shmuels

La Halajá de nuestro judaísmo no sólo contempla todos las Mitzvot que debemos cumplir, bien sean positivas o negativas; en cambio, nos provee de un manual extensivo de nuestro comportamiento en general. Esto incluye nuestra forma de hablar; la cual, a su vez, incluye entonación y ademanes que se llevan a cabo al comunicar algo. En hebreo este compendio de leyes se conoce como Lashon Tzniut, modestia de la lengua, o Dibur Tzniut, modestia del discurso. Así es, Tzniut no sólo se restringe al uso de faldas y mangas largas; de hecho, este es solo un aspecto del mismo. Ahora bien, esta categoría de Lashon Tzniut se divide en dos partes, cada una de las cuales se basa en una Mitzvá de la Torá; a saber, Onatz Devarim, herir con palabras, y Lashon Naki, la pulcritud del discurso. Anteriormente se ha estudiado Onatz Devarim; por lo cual, en esta ocasión nos ocuparemos de Lashon Naki. 

La pureza del discurso tiene dos aspectos fundamentales que lo rigen. Por un lado tenemos la verdad que se debe expresar y por otro, el contenido de aquello que se está expresando.

Ahora bien; para referirnos a la verdad, tenemos que puntuar sobre su opuesto contrario, la mentira. El concepto de mentir dentro del judaísmo no se restringe a un altruismo absoluto en donde está prohibido por completo tal comportamiento; de hecho, la Torá no promueve explícitamente tal forma de engaño; aun cuando en ella misma, que es pura verdad y la conocemos como Torat Emet, hay varios ejemplos de nuestros patriarcas, matriarcas y profetas llevando a cabo este acto; entonces, cabe preguntarnos, ¿está permitido mentir en el judaísmo? Más aún, ¿bajo qué circunstancias está permitido tal proceder? Y más allá de ello, ¿no iría esto en contra de Tzniut? Este es el tema Halájico que nos compete en esta ocasión.

La Guemará nos da un ejemplo clásico de una de las circunstancias bajo las cuales es apropiado, permitido y sugerido mentir. Se trata de un Jatán que le presenta a un hombre su Kalá, quien carece de atributos de belleza física; pero, quien es presentada como la mujer más hermosa del mundo, frente a lo cual el otro hombre piensa para sí mismo que aun cuando ella fuese la última mujer sobre la tierra, él preferiría casarse con una serpiente; sin embargo, el hombre ratifica verbalmente el adjetivo que el Jatán le da a su Kalá. Aquí el hombre está mintiendo; empero, la Guemará nos enseña que en última instancia para el Jatán su Kalá es la mujer más hermosa del mundo y por ello él se casará con ella; es decir, no es una mentira por cuanto para el Jatán esa es su verdad. 

Otro punto en el cual nuestra sagrada Halajá también permite mentir es en el dado caso que una pregunta sea demasiado vergonzosa, personal o intrusa; entonces, por motivos de privacidad se está permitido, si necesario, mentir. Sin embargo, la Halajá también hace énfasis en que es nuestro deber no hacer ese tipo de preguntas para no promover que nuestro prójimo sea empujado a mentir. Hay una tercera categoría en la cual se permite mentir; a saber, para preservar la vida y no sólo la vida de otro judío sino la vida de cualquier ser humano o animal que se pretenda sacrificar sin razón justa. Este último aspecto va de la mano con la mentira que se lleva a cabo para un bienestar supremo y comunal, como fue el caso de Yaakov Avinu cuando se presentó frente a Itzhak Avinu para recibir la bendición del primogénito y ser el continuador del legado monoteísta. Aquí estamos hablando de un factor profético que permite la continuación apropiada del judaísmo, no de un acto de vandalismo o de auto proclamación de verdad absoluta. Entonces, solo son estos tres puntos en los cuales se nos está permitido mentir; a parte de ellos, todo nuestro discurso debe ser puro en verdad e intención. 

En relación con el segundo aspecto de Lashon Naki, el contenido, la Halajá hace énfasis en que el tono del discurso debe ser calmado, como nos enseña Kohelet: "Las palabras de los sabios son escuchadas suavemente". En relación con esto, Higeret HaRamban, la carta de Rabí Moshe Ben Najman que habla sobre el comportamiento apropiado, estipula de entrada: "Una persona se debe acostumbrar a decir todas sus palabras con calma a todas las personas, todo el tiempo". Esto quiere decir que aun cuando se trate de un tema difícil o de una persona difícil en un momento difícil, siempre hay que mantener y expresarse con calma y respeto. El libro de Mishlei nos dice: "Una respuesta calmada aleja la furia". Así mismo; Pirke Avot nos recalca: "Se respetuoso con aquellos que están encima tuyo porque ellos lo esperan y se suave con aquellos que están por debajo tuyo porque ellos lo necesitan". Estas son las guías fundamentales bajo las cuales nos debemos dirigir a todos los que nos rodean. 

Un tercer aspecto de Lashon Naki es escoger en nuestro discurso palabras apropiadas que no sean ofensivas ni negativas. Nuestro diario vivir nos presenta múltiples circunstancias; por ejemplo, en lugar de decir, cállese! Podemos decir, por favor haz silencio. En lugar de decir, Piluni es un mentiroso, Podemos decir, Piluni no está diciendo la verdad. Al contrario de la creencia común, Lashon Naki no es el proceder solo de aquellos que están en un nivel espiritual elevado sino que por el contrario, debe ser el proceder cotidiano de todos nosotros aun cuando estemos inmersos en una sociedad cuyo devenir es la informalidad e irrespeto.

El cuarto aspecto de Lashon Naki es la prohibición de pronunciar obscenidades y tener un lenguaje explícito. Frente a esto, Rabeinu Yona en su Sefer HaYira escribe: "Una persona debe ser extremadamente, extremadamente, cuidadosa en no dejar salir de su boca ninguna palabra impura o sucia, ni siquiera en gesto". Aquí el Rabeinu Yona hace énfasis en lo meticuloso que hay que ser en este aspecto al repetir la palabra dos veces. Esto incluye chistes fuera de tono y hasta hechos que son reales pero que quedan como comentarios fuera de lugar, obviamente inapropiados y de mal gusto.

El quinto y último aspecto de Lashon Neki es la posibilidad de guardar un secreto. Está totalmente prohibido revelar secretos de otra persona (a menos que la integridad o la vida de otra persona esté en riesgo); igualmente, esta rotundamente prohibido revelar los secretos propios o aspectos privados y personales de uno mismo a otra persona. Si bien, debemos tener la posibilidad de hablar libre, sincera y abiertamente, es necesario que desarrollemos la prudencia y el control personal frente a los demás en nuestro discurso; sobre todo, cuando se está comprometiendo el buen nombre de otra persona y más aún si se trata de uno mismo.

Entonces; nuestra pregunta final es, ¿qué tanto llevamos a cabo en nuestra cotidianidad Lashon Neki?