Por: Raquel Goldschmidt
Hace un par de semanas escribí un artículo sobre Toreo y su relación con judíos, pero lo que no sabía, es que en nuestras comunidades también tuvimos toreros, como Randi Sassón y otros pocos.
Hace años, me habían comentado que en nuestra comunidad en Bogotá, hubo un boxeador de apellido Pienknagura, pero no logré saber más de él, sin embargo durante la investigación descubrí algo que mucha gente puede ser que no sepa, pero sorprendentemente el boxeo ha sido siempre un deporte que ha estado en las filas judías y nuestra comunidad no podía ser la excepción.
El periodista argentino Manuel Mann, en su artículo “Cuando el Boxeo era un deporte judío” al considerar que del boxeo aparecen registros gráficos en el siglo XVII AEC, cerca de Egipto, supone que éste deporte había sido practicado por judíos que vivían por la región desde aquellas épocas.
Uno de los primeros judíos destacados en boxeo, fue el sefaradí nacido en Inglaterra Daniel Mendoza, quien fue campeón de 1792 a 1795, conocido como “Padre del boxeo científico”, por su estilo de movimiento menos estático y más trabajado. Mendoza fundó una academia de Box, en la que la mayoría fueron estudiantes judíos.
A partir de ese momento, se empezaron a destacar personajes dentro del Box como el estadounidense Harry Harris (the human hairpin) en 1901 se vuelve campeón mundial. Estimuló a tantos jóvenes judíos hacia el boxeo que para 1928, la gran mayoría de boxeadores campeones norteamericanos eran judíos, además de entrenadores como Ray Arcel quien alcanzó a entrenar a 16 campeones mundiales.
Durante la Segunda Guerra Mundial aparece un personaje cruelmente destacado: Salamo
Arouch, nacido en Salónica a quien los nazis llevaron al campo de concentración de Auscwitz-Birkenau, él sobrevivió al campo, porque cuando se enteraron los guarias alemanes que él era boxeador, su plan era ponerlo a boxear con otra gente del campo de concentración, pero el que perdía era asesinado por los nazis. Arouch tenía que realizar trabajos forzados y de ésta manera se presentaba débilmente frente a sus “contrincantes” a quienes con dolor en el alma debía vencer. El historiólogo Javier Sanz describe al personaje en su artículo “Salamo Arouch, el judío que sobrevivió gracias al boxeo”.
El boxeo siguió siendo un deporte practicado por gran cantidad de judíos. En nuestra época, el ruso Dimitri Alexandrovich Lechtman Salita llamado “La Estrella de David”, a los 9 años viaja a Estados Unidos con su familia debido al antisemitismo que había en Ucrania, instalándose en Flatbush, Broolyn. Judío ortodoxo y no peleaba en Shabat, pues fue formado en Chabad por el rabino Zalman Liberow.
Como en muchas partes del mundo, en Colombia también tuvimos nuestros boxeadores, entre ellos dos pertenecientes a la comunidad judía de Cali: el Sr. Wilhem Lasman (padre de Michael Lasman), quien a edad muy temprana había sido boxeador en Colonia, Alemania, donde nació, pero debido a la Segunda GM, escapó con su joven esposa (historia de película relatada por su hijo Michael, que relataremos más adelante), hasta llegar a Colombia.
Nos centraremos en la historia del Sr. Salomón Rombalsky padre, quien vive actualmente con su esposa en Chicago.
Los Rombalsky llegaron de Polonia hasta Buenaventura y fueron a vivir a Cali donde había una importante comunidad judía ya establecida. Tenía Salomón 3 años en 1933, cuando llegó a tierra colombiana. Era un joven que tenía otras prioridades, solo le gustaban el boxeo y los caballos, lo que le produjo conflictos con su padre, aunque su padre era un aficionado a la lucha.
Salomón iba cada día a la plaza a ver boxeo, y para ganar algunos pesos boxeaba con otros jóvenes. Un día, uno de los entrenadores lo invitó a que entrenara con él, pues había visto que era un joven con buen estilo y técnica, de ésta manera a la edad tierna de 13 años, se hizo campeón en su categoría. Esta victoria lo hizo merecedor de un diploma como campeón en categoría infantil. (En la fotografía, el diploma aparece como si su nombre fuera Samuel, debido a que en la comunidad del box lo conocían como “Samu”, “el hebreo”, “el polaco” y “el judío” Rombalsky), lo cual lo impulsó a continuar su rutina de entrenamiento. Debido a sus logros obtenidos se dio a conocer a nivel nacional. Boxeaba en la plaza de toros de Cali y también en la de Bogotá. Sus peleas le generaban de $5 a $7 pesos, así que su padre al ver la seriedad y empeño de su hijo, le apoyó en su emprendimiento.
El mejor boxeador chileno de la historia, Arturo Godoy -quien fuera el único quien le aguantó 15 rounds campeón mundial de peso pesado Joe Louis-, según nos relata su hijo Jaime Salomón, que un día invitado a Colombia Arturo Godoy fue a la Plaza de Toros de Cali, a ver una velada boxística de varios encuentros, durante la cual estaba participando Salomón Rombalsky quien fue el ganador ese día, al terminar la pelea Godoy, emocionado subió al ring y lo levantó con una mano (peso mosca) a manera de trofeo, pues le había impactado la pelea y el gran estilo de Rombalsky, lo felicitó diciéndole que la manera de boxear era “muy bonita”.
Rombalsky durante su historial profesional de boxeo alcanzó a conocer no solo el mundo del box sino a muchos famosos que lo admiraron.
Agradecemos a Jaime Salomón Rombalsky hijo, a quien entrevistamos y nos concedió la información y gráficos de su padre.
Se anexa registro fotográfico de esto.