Imprímeme
Israel: rosal de Isaías
Por: Broncha Klainbaum
Desde hace muchos años me llamó la atención un título: "Israel: rosal de Isaías", que por ese entonces yo estaba convencida era un poema. Para mí, el titulo invitaba a serlo.
"El desierto árido ha de alegrarse; la naturaleza se regocijará y florecerá como una rosa" Isaías 35/1. Con el tiempo, cada vez aparecía medio oculto con el resto de mis pensamientos.
Hace unos días decidí explorar más profundamente y descubrí que es un libro bellamente escrito por un periodista (escritor) Colombiano, Eduardo Zalamea Borda (1907-1963) quien visitara Israel con una comisión colombiana a la celebración del 10 aniversario de su "nacimiento".
Eduardo describe un país especial, con un lenguaje rico en palabras, al que no le encuentra defecto alguno, quizá, porque a pesar de todo era y es de admirar, ya que como todos sabemos, nació de las cenizas de los campos de concentración, en una tierra árida y un clima duro.
El Sr. Drezner, sionista confeso dijo: “si algún defecto hay que encontrarle a este libro, es su exceso de generosidad, Israel también tiene defectos”-
Dice Zalamea: "Israel, avanzada ya la primavera, habla por medio de los labios de sus rosas, aquellas rosas que perfuman tantas páginas de la Biblia, en cuyas hojas a veces sus pétalos se confunden con la rojez humana de la sangre".
Han pasado muchos años desde entonces, Israel no es ya la tierra adolescente cercana a su Bat-Mirzva; se ha convertido en algo maravilloso, con lo bueno, lo malo y lo mejor, pero es Israel es nuestra.