Por: Rav Daniel Shmuels
Las buenas intenciones del establecimiento haredí por mantener la "pureza" de nuestras tradiciones resultan contradictorias a simple vista cuando pretenden estancar nuestra sagrada Halajá en un momento específico del tiempo. Lo paradójico de la propuesta haredí es que toman una Halajá que ha sido absolutamente dinámica, a través de los siglos, para petrificarla a su mejor conveniencia sin percatarse que esa Halajá que desean "preservar" es precisamente la evolución de la misma a lo largo de los años donde ella se ha adaptado a nuevas situaciones sociales, geográficas y económicas.
Si miramos la Mishná, la Guemará, Responsa, la Mishná Torá, el Shuljan Aruj y todos los aportes de los Poskim, observamos una Halajá dinámica que se adapta a su entorno, todos estos trabajos no son la repetición de la repetición porque entonces no habría ningún punto válido en su existencia; pues, cada uno de ellos presenta una evolución dentro de la Halajá. Entonces, ¿por qué el establecimiento haredí quiere petrificar la Halajá con las determinaciones que aparecieron hace 150 años o hace 300 años? Más aún, ¿se puede decir rotundamente que la necesidad de congelar la Halajá es en buena fe para mantener la pureza de nuestras tradiciones?
Hay un acontecimiento que nos ha tomado a todos por sorpresa desde hace un par de años pero que lleva en proceso de elaboración aproximadamente diez; lo llamo acontecimiento porque desfallece, en esencia, de un análisis Halájico profundo y sencillamente surge como una determinación arbitraria que de hecho va en contra de la Halajá porque precisamente no la toman en cuenta para producir su supuesta "nueva regulación". Me refiero a la regulación por parte del Gadol Rabanut de Israel junto con la corte suprema de asuntos religiosos de cancelar retroactivamente miles de conversiones, regulación que establece que toda conversión que haya sido llevada a cabo por un Beit Din que el Gran Rabinato de Israel no apruebe es inválida e igualmente se invalidan automáticamente todas las conversiones de aquellos conversos que no sean totalmente Shomer Mitzvot (estilo haredí). Esta regulación es conocida equivocadamente hoy en día como "conversiones retroactivas".
Esta propuesta del Gadol Rabanut de Israel es absolutamente atroz, chocante, degradante, absurda pero por encima de todo es anti Halájica al extremo; donde, de la noche a la mañana, declararon a centenares de familias, que habían sido observantes por años, “no judíos”. Una propuesta que enseguida se propagó en Norteamérica y Europa, estableciendo solo un número de Batei Din reconocidos por Israel para llevar a cabo conversiones. Esto quiere decir que toda conversión que se lleve a cabo o se haya llevado a cabo en el pasado por un Beit Din que no esté en el "listado" del Gran Rabinato no es una conversión aceptada ni por la ortodoxia ni por Israel. A esto es necesario agregar los Rabonim independientes que son más sagrados que nuestra Halajá y determinan que tal o cual Beit Din no es apto para su gusto o que tal o cual converso no es lo suficientemente judío para él. La pregunta que aquí surge es; a saber, ¿desde cuándo y en dónde establece la Halajá que solo el Gran Rabinato o un rabino independiente puede determinar los Batei Din para Guiur? Nuevamente; necesito un rabino, un judío, alguien que me pueda mostrar a lo largo de Mesora que semejante insinuación aparece en nuestra sagrada Halajá. Entonces nos tenemos que preguntar, ¿listado de qué? ¿Batei Din autorizados por quién?
Para solucionar el absurdo de la propuesta de invalidación retroactiva de conversiones por parte del Gadol Rabanut de Israel en nombre de preservar la "pureza" de nuestras tradiciones y a su vez demostrar que ello no tiene ningún fundamento Halájico, presento a continuación un extracto de la Mishná Torá del Rambam de Hiljot Isure Biah 13.17: "Un converso cuyas intenciones no fueron revisadas y a quien no se le informó acerca de los Mandamientos y su castigo pero se le circuncidó y se sumergió (en una Mikve) delante de tres laicos, es un converso. Aun cuando tuviese un motivo ulterior, si él fue circuncidado y sumergido (en una Mikve) no es considerado como un gentil, aun cuando se sospeche de él que hasta su rectitud sea aparente. Y aun cuando él regrese a adorar un ídolo, él es considerado un “judío pecador". En este punto la Halajá es total y absolutamente clara y no es necesario agregar nada más.
Esta Halajá explicada por el Rambam nos demuestra puntualmente que un Beit Din para conversión puede ser llevado a cabo por Shalosh Edyiotot, tres hombres laicos, no se necesitan tres rabinos, ni siquiera un rabino; de hecho, no se necesita un Beit Din establecido, tan solo tres hombres laicos, nada más. Entonces; nuevamente nos debemos preguntar, ¿de qué listado está hablando el Gran Rabinato de Israel? O, ¿a cuentas de qué solo cierto número de Batei Din están autorizados para conversiones? Nuevamente, no hay ninguna parte en toda nuestra Halajá en donde se insinúe que solo una corte suprema puede convertir o que solo ella puede determinar quién puede convertir.
Ahora bien; si vamos a hablar del cumplimiento de Mitzvot que debe tener un converso para "mantener" su estatuto de judío, el pasaje del Rambam nos deja muy claro que aun cuando estemos sospechosos de él, aun cuando tenga intenciones ulteriores, aun cuando regrese a adorar ídolos, aun cuando no cumpla los Mandamientos de la Torá, él sigue siendo judío y se lo debe juzgar como a un judío y no como a un gentil. Otra vez más, ¿en dónde, en qué parte de la Halajá se dice que si un converso no cumple todas las Mitzvot se le puede anular retroactivamente su conversión y su estatuto de judío? Exacto, en ninguna parte más que en la nueva y arbitraria estipulación del gran Rabinato de Israel; la cual, por cierto y como se acaba de demostrar, es anti Halájica, anti Maimónides, y contrario al Shuljan Aruj; entonces, ¿cómo podemos decir que el Gadol Rabanut de Israel está siendo fiel a la Halajá si ni siquiera la toma en cuenta para establecer nuevas regulaciones?