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Cuando Tel-Aviv estuvo en peligro

Por: Victor Zajdenberg

Especial para Hashavúa de Bogotá Colombia, en los 73 años del Estado Judío de Israel.

El 12 de Abril de 1909, hace 112 años, una docena de familias judías lotearon parcelas sobre las arenas de las playas del Mar Mediterráneo, fundando lo que hoy es Tel Aviv, la desarrollada y más grande ciudad del Estado Judío de Israel. Palestina estaba, en ese entonces, gobernada por el Imperio Otomano y al finalizar la 1ª. Guerra Mundial la Sociedad de las Naciones le otorgó a Gran Bretaña el Mandato para establecer en Palestina el Hogar Nacional Judío. Inglaterra incumplió con el objetivo mencionado privilegiando sus intereses geopolíticos y petrolíferos con los árabes y los países circundantes del Medio Oriente. Con esta traición a “El Aliado Olvidado” (Pierre Van Paassen) comenzó la Rebelión Judía contra el usurpador inglés.

El 29 de Noviembre de 1947 las Naciones Unidas (ONU) votaron la creación en Palestina de un Estado Judío (que los judíos aceptaron) y otro Árabe que fue rechazado lanzando inmediatos ataques contra las ciudades y poblados judíos. En esta Resolución se establecía además que el Mandato Británico debía abrir un puerto para el Estado Judío el 1º de Enero de 1948 que el Gobierno Británico nunca formalizó (muy importante para el ingreso de los refugiados judíos).

Ese fue el momento decisivo en el que la Haganá, que ostentaba la estrategia de “Defensa de la Defensa” (defenderse de los ataques árabes pero no agredir a los ingleses), resolviera llegar a una “especie de Acuerdo” (Sasson Sofer) con el Irgún que enarbolaba la estrategia de que “la mejor Defensa es el Ataque”. Con este principio no solo ambas organizaciones tendrían que defenderse de las agresiones árabes sino también de los intentos británicos de desarmar a las milicias judías para dejarlas desprotegidas a merced de la guerrilla y de los bandidos árabes. Con este “Acuerdo” entre los organismos oficiales (Agencia Judía-Haganá-Histadrut) y el Irgún Tzvá Leumi (Etzel) este salía de la clandestinidad y se establecía como una fuerza judía legal y legítima en la lucha contra los atacantes árabes y los invasores británicos.

El mando del Irgún, con Menajem Beiguin al frente, estableció que uno de los objetivos estratégicos fundamentales que debería llevarse a cabo antes del retiro de las tropas del Imperio Británico (15 de Mayo 1948) debería ser la conquista de la ciudad de Jaffa (Yafo).

Ésta, no solo estaba tomada por la guerrilla árabe muy bien equipada sino que, una peligrosa cuña o enclave terrestre penetraba dentro del sur de Tel Aviv, desde el cual bombardeaban la ciudad y francotiradores apostados en los edificios altos disparaban contra los hombres, mujeres y niños judíos. Era una península armada  que servía de alarmante avanzada dentro de Tel Aviv. Asimismo los enemigos asentados en Jaffa impedían la conexión entre Tel Aviv y los poblados del sur como Bat Yam y Jolón (Ashdod todavía no existía) y en el caso de un ataque de los egipcios, que ya se preparaban para la guerra, estos podrían llegar fácilmente con sus tanques y aviones desde Gaza y desembarcar tropas en el puerto de Jaffa para invadir a Tel Aviv.

Por ello la “estrategia de conquista” de Jaffa fue considerada vital por la importancia que representaba su liberación para la Guerra por la Independencia que se avecinaba. El Irgún estudió un Plan de Acción en el que, el primer paso sería el “aprovisionamiento” del armamento necesario para la mencionada acción. Era una empresa muy compleja pues, entre los 100.000 soldados ingleses, muchos de ellos estaban asignados a custodiar los depósitos y arsenales que poseían en Palestina. No obstante ello a comienzos del mes de Abril el Irgún realizó dos confiscaciones, lo que le permitió abastecerse de una importante cantidad de morteros. El 4 de Abril se organizó otro sorpresivo despojo a un campamento militar británico.

En esta operación se obtuvo un arsenal completo de fusiles, “Brens”, cañones antitanques, municiones, proyectiles perforadores “Piat” y algunos carros blindados (“La Rebelión” de Menajem Beiguin). En otro operativo de película el Irgún asaltó un tren británico cargado de municiones que iba a ser entregado a los militantes árabes. Todas estas acciones fueron muy complicadas y difíciles en las que cayeron varios combatientes del Irgún,  pero sirvieron no solo para la “Batalla de Jaffa” sino, un mes más tarde, para la “Guerra de la Independencia”.

Beiguin relata: “Nuestro plan era atacar Jaffa en el estrecho pasadizo que enlazaba la ciudad con el Barrio de Manshieh que se extendía hacia el norte como una península dentro de la Tel Aviv judía” y desde la cual habían matado y herido a casi 1.000 habitantes judíos. El 25 de Abril a la noche camiones del Irgún cargados de armas avanzaron hacia el frente de Tel Aviv a fin de realizar su distribución y comenzar al día siguiente con la ofensiva programada. Durante un par de días se bombardeó toda la zona de Jaffa para luego luchar cuerpo a cuerpo, en primer término quebrando y desalojando el temible enclave y luego casa por casa dentro de la ciudad. Allí pudo comprobarse que no solo había combatientes árabes e iraquíes sino que, detrás de ellos, estaban soldados, tanques y artillería pesada británica apoyándolos. Es decir que el Mandato Británico en lugar de ayudar, según debería haber sido su función, al establecimiento del “Hogar Nacional Judío”, estaba colaborando con los árabes en sus intentos de destruirlo.

Muchos héroes del Irgún cayeron en la larga lucha que primero conquistó el “pasadizo” para luego, por esa brecha abierta, avanzar por el medio de la ciudad, logrando la retirada de los británicos y así llegar a las costas del mar. Para fines del mes de Abril Jaffa (Yafo) estaba liberada, Tel Aviv se encontraba ya segura y geoestratégicamente la conquista fue vital durante la Guerra de Liberación para contener y detener la invasión de Egipto, uno de los 6 países árabes que invadieron al joven Estado Judío de Israel, declarado el 15 de Mayo de 1948. Gracias a esta costosa, pero finalmente beneficiosa, operación del Irgún los egipcios no pudieron desembarcar en Jaffa, no establecieron su base de operaciones militares en ella y no alcanzaron a penetrar en la ciudad de Tel Aviv que, junto con un Estado de Israel fructífero y fuerte, festeja este año los 73 años de su Independencia Nacional, Democracia y Libertad.