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América Latina: cerca del abismo
Por: Victor Zajdenberg
Recordemos a Ernesto Sábato en Apologías y Rechazos: “Hay momentos en que el progreso es reaccionario y la reacción es progresista” y en su análisis de los resortes irracionales del genocidio y el odio racial en “Judíos y antisemitas”. Veremos más adelante también la dolorosa existencia de una triste rareza como es la del auto odio judío, personal e institucionalizado.
En realidad una porción importante de los pobladores de América Latina y sus dirigentes se están peligrosamente acercando a dos abismos simultáneos, el populismo de izquierda y el antisemitismo judeofóbico, a pesar de que experiencias recientes de esas lamentables prácticas ideológicas llevaron a la humanidad a la suma de la aniquilación de los Derechos Humanos. Nos referimos al nazismo en Europa y al comunismo en la Unión Soviética, ambos nefastos productos del siglo pasado. A la primera deformación de la naturaleza hubo que destruirla por una fuerza exterior, mientras que la segunda anomalía ideológica se auto demolió por una fuerza interior ya que sus bases estaban putrefactas.
El populismo de izquierda es una ideología política que tiende a dividir a la sociedad entre las “autoridades explotadoras de la derecha” y los “pueblos progresistas de la izquierda”, pretendiendo para estos últimos la “hegemonía” del poder. Esta concepción no es nada nueva; es algo que ha ido mutando con el tiempo, durante el cual todas sus experiencias fracasaron estrepitosamente, con un costo de vidas humanas también estrepitoso.
La génesis de esta ideología comienza con Carlos Marx, un judío renegado obsesionado por el auto odio mencionado, Friedrich Engels, Gueorgui Plejánov y muchos otros, cuyos innumerables tentáculos y nuevas cepas abarcan a una pléyade de sub ideologías cuyos supuestos “pensadores” y gobernantes se enfrentaban entre sí con violencia en innumerables ocasiones. Nos referimos a los anarquistas, socialistas, bolcheviques, mencheviques, social revolucionarios, leninistas, trotskistas, estalinistas, maoístas, castristas y progresistas que luego cedieron el lugar a Antonio Gramsci con su teoría del Hegemonismo y últimamente a Ernesto Laclau con el “Socialismo del Siglo XXl y su desastroso aborto experimentado en la Venezuela chavista.
Vale recordar una frase de Winston Churchill que dice: “El populismo es la filosofía del fracaso, el credo de los ignorantes, el evangelio de la envidia y el reparto igualitario de la miseria”.
Y cuando este pulpo está en el poder también adquiere características criminales en general y antisemitas en particular. El paraíso soviético de Lenin y Stalin asesinó y mató por hambre e inanición a 20 millones de seres humanos, pero a su vez eliminó a judíos, comunistas ellos, que fundaron la URSS como el revolucionario Lev Kamenev (Rosenfeld); el político Grigori Zinoviev (Apfelbaum); el filósofo del “A-B-C del Comunismo” Nikolai Bujarin; el creador y Comandante del Ejército Rojo León Trotski (Bronstein); a los poetas y escritores judíos, flores de la cultura idish soviética y a tantos otros asesinados y/o encarcelados en los Gulags de Siberia (Campos de Concentración).
Haremos en este momento un pequeño pero trascendental paréntesis. En esa misma época y a raíz del ignominioso Pacto Ribentrop-Molotov el joven Menajem Beguin, futuro conductor del Irgún y más tarde Primer Ministro de Israel, fue detenido por los comunistas por ser “sionista”. Interrogado y torturado y no pudiendo quebrantar su pensamiento, fue enviado a los gulags de Siberia. Cuando en 1941 Alemania nazi rompe el pacto e invade la URSS Beguin es incorporado a una Brigada polaca para luchar contra Alemania y un año más tarde logra llegar a Palestina para cumplir con el ideario sionista de establecer el Estado Judío de Israel. Por el contrario, los judíos que optaron por la ideología antinatural del comunismo terminaron en la nada absoluta.
Volviendo a nuestro tema de América Latina, Cuba ha sido convertida en un totalitarismo atroz; Venezuela en una dictadura criminal donde al dictador Maduro se le aparecen pajaritos; Chile sueña con el cielo pero no ve que abajo está el infierno; Colombia se debate entre la democracia y el vandalismo; Argentina continúa con su lenta decadencia y en Perú parece que habrá de gobernar alguien que dice que “la empresa Falabella es un monopolio”. La Nueva Izquierda Latinoamericana, pero en especial la de Chile, ha aprovechado la guerra de misiles desatada por la organización terrorista Hamas contra Israel para manifestar un inconcebible y brutal odio judeofóbico hacia todo lo judío, al Estado atacado y a la población civil víctima de los 4.300 bombardeos indiscriminados provocados por Hamas.
Lo tenebroso en Chile es que el comunista Daniel Jadue, Alcalde del Municipio de Recoleta, lidera las encuestas presidenciales y promueve la presentación en el Parlamento chileno de un proyecto de ley para cortar las relaciones comerciales con Israel, similar al del movimiento BDS (Boicot, Desinversiones y Sanciones) de los grupúsculos de la izquierda hemipléjica y sus socios islamofascistas de Europa y últimamente también de los Estados Unidos.
Es loable que Luis Almagro, Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), haya tenido la excelente y necesaria iniciativa de crear una Comisión Especial para Combatir el Antisemitismo, manifestando que “el antisionismo y el antiisraelismo son sinónimos de antisemitismo” y “declarar a Hamas como organización terrorista”.
Es por ello que no resulta ser una sorpresa que aparezcan residuos marginales que dicen tener raíces judías para conformar un siniestro “Foro Internacional contra genocidio en palestina” ya que simplemente representan la reencarnación de todos aquellos judíos idiotas útiles asesinados por los así llamados “progresistas” de la ex Unión Soviética y ejecutados por la “vanguardia”, ya sean de los supuestos proletariados o de cualquiera de los extremismos que gobiernen. La inaudita farsa de esta convocatoria es que la hacen desde un país fallido como Venezuela y coordinado por un ministro del régimen más corrupto y violador de los Derechos Humanos de toda la historia América Latina. No hace falta llamarlos traidores a la causa judía porque, durante casi 2.000 años, los judíos fueron perseguidos, masacrados, gasificados e incinerados en los Campos de exterminio a todos por igual, incluso a estos desmemoriados con “raíces judías”.
El Estado de Israel ha sabido, sabe y habrá de saber defenderse de todos los enemigos que la quieren destruir, llámese Hamas, Hezbollah o la República terrorista de Irán. Y los judíos de la Diáspora sabrán aglutinarse alrededor de sus verdaderos representantes como la DAIA en Argentina, el Congreso Judío Latinoamericano en América Latina y el Congreso Judío Mundial a nivel global, tal como se está desarrollando actualmente después de la terrorífica 2ª. Guerra Mundial, donde 6 millones de Judíos, entre ellos 1 millón y medio de niños fueron asesinados.
¡NUNCA JAMÁS!