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Halajá estática

Por: Rav Daniel Shmuels

La sociedad actual y el estilo de vida moderno presentan, día a día, nuevos problemas que tienen que ser resueltos por nuestra sagrada Halajá; empero, en lugar de progresar con los tiempos, nos encontramos con denominaciones dentro de la ortodoxia que pretenden petrificar la Halajá para convertirla en una muralla inmóvil sin posibilidad alguna de modernizarla para poder ajustarnos y sobrevivir en estos tiempos actuales; es más, estas denominaciones están yendo al extremo activo de excluir a todos los demás judíos que no se acojan a su modus vivendi, estableciendo que aquellos que no vivan el judaísmo como ellos, Jas BeShalom, no son judíos.

Siempre he mencionado que la Halajá es dinámica; es decir, está en constante desarrollo en contraposición a ser un edicto estático. Si bien, la Torá Shebealpe nos explica cómo se deben llevar a cabo las Mitzvot de la Torá Shebijtav, otro aspecto fundamental de su existencia es enseñarnos cómo se aplican esas leyes y esas Mitzvot en diferentes circunstancias; vale decir, cómo aplicar esas legislaciones a otros tiempos y a las necesidades y problemas que otros tiempos y circunstancias exigen. Esto quiere decir que la Halajá se expande en dos sentidos; a saber, uno horizontal y otro vertical. El aspecto horizontal hace referencia a las diferentes eras, a los diferentes problemas sociales que cada generación puede tener. El aspecto vertical hace referencia a las diferentes zonas geográficas en donde se ha establecido el pueblo judío, ello implica problemas climáticos, etcétera. He aquí la maravilla de nuestra Halajá, estos gigantescos retos que nuestros Poskim han tenido en el pasado para determinar nuevas legislaciones; las cuales, por cierto, siempre han estado completamente de acuerdo con la Torá, son "innovaciones" que se ajustan a las necesidades requeridas para sobrevivir dentro de una sociedad activa en tal o cual momento histórico. Dichas innovaciones Halájicas son conocidas en hebreo como Jidushei Torá, una innovación en la Torá. Los Poskim que establecieron esas innovaciones estaban firmemente dispuestos a legislar de acuerdo a la Torá aún cuando en dicha legislación hubiera antagonismo y desacuerdo inicial; sin embargo, siempre se preveía por el bienestar social de Klal Israel y no por la arbitrariedad de unos cuantos. Ese concepto básico de una Halajá dinámica hizo que, en cada generación, cuando había un problema, los rabinos se dedicaban a solucionarlo más no a descartarlo o excluirlo. 

En su proceso de solucionar los problemas y dificultades recurrentes debido a los tiempos o circunstancias geográficas, nuestros grandes Poskim no legislaron de acuerdo a la opinión más estricta para seguir lo que en apariencia sería la letra de la Ley sino que en cambio se dedicaron a entender el espíritu de la Ley para así encontrar los medios de rodear las estructuras Halájicas para de esa manera hacer la vida cotidiana vivible y entonces hacer de la Torá un verdadero Eitz Jaim, un árbol de vida, un organismo viviente que se adapta a los cambios exigidos por el medio ambiente. En otras palabras, para poder sobrevivir es necesario hacer cambios y esa es la base del funcionamiento Halájico. Entonces, ¿por que hoy en día nos estamos estrellando con esta muralla que presenta un concepto estático de la Halajá?

Para entender esto es necesario remontarnos a la historia; pues bien, a principios del siglo XIX cuando en Europa estaba naciendo un movimiento dentro del judaísmo llamado neológico, el cual eventualmente conoceremos como judaísmo reformista, aparece un rabino ortodoxo que se va a oponer activa y rotundamente a dicho movimiento y quien hasta nuestros días se va a considerar como una autoridad rabínica; a saber, Rav Moses Schreiber, conocido en hebreo como Rav Moshe Sofer o simplemente como el Jatam Sofer, cuya responsa es obligatoria para todos aquellos que han pasado por un proceso de Semijá. El Jatam Sofer llamó a estos reformistas Mejatshim, innovadores, acuñando para sí una frase muy famosa hoy en día dentro de los círculos rabínicos: Jadash Asur Min HaTorá, innovación es prohibida por la Torá.

Ahora bien, el inconveniente es que esa frase viene de un area Halájica totalmente diferente al de actualizar, modernizar o innovar nuevos aspectos Halájicos a la vida cotidiana judía; de hecho, dicha frase proviene de las Halajot agrícolas. Resulta que en época del Templo (Segundo Templo para ser más exactos) estaba prohibido comer de una cosecha nueva antes de llevar el sacrificio del Omer durante el periodo de Pesaj; entonces, Jadash hace referencia a la nueva cosecha y Asur Min HaTorá se refiere a los sacrificios de Omer establecidos por la Torá; por consiguiente, si leemos la frase en su contexto original vemos esto: La nueva cosecha está prohibida hasta que se haga lo que dice la Torá. Sin embargo, el Jatam Sofer extrapoló el uso de esa frase y de esa situación específica para aplicarlo abruptamente a todo tipo de innovaciones, cambiando el sentido agrícola del término Jadash a simplemente algo nuevo o innovador en un sentido general.

Es así como todo aquello que los reformistas hicieron en su proceso de reformar el judaísmo dentro de su concepto neológico; por ejemplo, mover la Bima más cerca del Aron HaKodesh, que los líderes litúrgicos se pusieran sotanas, el que hayan introducido el idioma local dentro de los servicios fue establecido por el Jatam como Jadash Asur Min HaTorá, prohibido por la Torá; pero, ¿en qué parte de la Torá dice que mover la Bima está prohibido? Más aún, ¿acaso todo lo anteriormente mencionado está prohibido por Ley Bíblica? Por favor; que alguien me diga, ¿desde de cuándo y en dónde? El Jatam en su lucha contra el movimiento reformista acuñó esta frase y ella fue el argumento y edicto final para destituir toda validez judía de estos reformistas originarios dejando como legado la expansión de esta noción errada acerca de la innovación para generaciones futuras en donde la Halajá en lugar de ser dinámica se petrifica frente a cualquier innovación porque según esta visión obtusa y equivocada en origen, toda innovación está prohibida por la Torá. Nuevamente; tanto la Torá, como la Mishná, como la Guemará, como la Mishná Torá, como el Shuljan Aruj, como toda Responsa, están a la mano de todos para verificar que solo es el Jatam el que hace esa interpretación y determinación acerca de Jadash Asur Min HaTora, nadie más.

Bajo ninguna circunstancia pretendo negar la sabiduría y el legado Halájico del Jatam y estoy seguro que ni siquiera él reconocería hoy en día los resultados que su ferviente lucha contra los reformista está causando en la actualidad dentro de la ortodoxia; sin embargo, el así llamado mundo Haredi, los ultra religiosos o ultra ortodoxos, han tomado cualquier tipo de innovación Halájica como Jadash Asur Min HaTorá buscando la exclusión del judaísmo ortodoxo moderno y la de la ortodoxia abierta como parte del judaísmo ortodoxo para establecerlo como movimiento judío neo conservador de tal forma que solo ellos con sus ideales Halájicos queden como merecedores únicos del legado judío ancestral que nos pertenece a todos. Entonces; nos resta por preguntar, ¿es esa la esencia de nuestra Halajá? ¿Fue ese el proceder de nuestros Jajamim y nuestros Poskim cuando legislaron por Klal Israel?