Por: Victor Zajdenberg
“Muchos países vio Zaratustra y muchos pueblos: así descubrió en muchos pueblos el bien y el mal de ellos” Nietzsche.
En el momento en que la humanidad se dividió nuevamente en perseguidores y perseguidos, cuando el espíritu se exhibe en el circo, el fanatismo en el templo y los dogmas en la academia, debería ser activada una reacción organizada ante la multiplicidad de manifestaciones, atentados y ataques a las comunidades judías de occidente (Europa, América y Australia), al Sionismo y al Estado de Israel.
Es correcta la decisión de lanzar el Foro Latinoamericano de Combate al Antisemitismo el próximo 17 y 18 de Julio que tendrá lugar en Buenos Aires, Argentina, estructurada por el Congreso Judío Latinoamericano (CJL) y el Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel, intitulado “Latinoamérica combate al antisemitismo” (Aurora). “El Encuentro tiene el objetivo de generar herramientas que no solamente permitan combatir el antisemitismo en la región sino contribuir a la lucha contra todas las formas de discriminación” (Claudio Epelman, Director Ejecutivo del CJL.
La Fundación Americana Hindú (HAF) ha logrado, en el Estado de California, la aprobación de un proyecto de ley para que la esvástica no sea considerada emblema nazi pues para ellos es un símbolo religioso. Es repudiable que no comprendan que dicho “símbolo” fue utilizado para asesinar a 50 millones de seres humanos, entre ellos a 6 millones de judíos de los cuales 1 millón y medio eran niños.
Alemania parece olvidar que ha sido el nido de la serpiente del nazismo, extendida luego a toda Europa, permitiendo el continuo aumento del antisemitismo en todas sus formas. Una de ellas fue la vandalización de dos cementerios judíos con simbología nazi. Un informe de la comunidad judía registró 3.027 incidentes antisemitas en Alemania en 2021, 28 % más que en 2020. Solo en Berlín han existido más de 1.000 sucesos antisemitas desde 2019. Es incomprensible como el Estado de Israel y el Congreso Judío Mundial (CJM) no hayan exigido a Alemania la retirada de una repudiable escultura antisemita de 700 años de antigüedad de una Iglesia en la que predicó Martín Lutero; se trata de un “judensau” (cerdo judío) en la Iglesia de la ciudad de Wittenberg y es una de las más de 20 reliquias de éste tipo de la Edad Media que todavía adornan las Iglesias de toda Alemania y otros lugares de Europa.
El Parlamento de Irak, que tiene graves conflictos a resolver, decide aprobar un proyecto de ley que “criminaliza la normalización de las relaciones con Israel”. Dicha Ley establece que los iraquíes que se comuniquen con israelíes podrían ser condenados a muerte. Más graves todavía son las declaraciones de las autoridades de la terrorista República Islámica de Irán cuando vociferan abiertamente la “destrucción del Estado Judío de Israel”, amenazando a los israelíes que se encuentren en cualquier lugar del mundo. El Gobierno de Israel exhortó a sus ciudadanos que se encuentran en Turquía a marcharse por las amenazas iraníes.
En los Estados Unidos han aumentado los hechos antisemitas, antisionistas y antiisraelíes en forma exponencial, provengan estos de los ultra extremistas de derecha como los de la extrema izquierda, muchos de ellos integrantes y parlamentarios del Partido Demócrata del Sr. Biden, actual Presidente. Más inconcebible aún es el peligroso adoctrinamiento que se ha asentado en las Universidades norteamericanas entre profesores y académicos con sus alumnos quienes, lamentablemente, representan el futuro de esa Nación.
Según información que ha llegado desde Australia por la colaboradora Sra. Marta Mikey y a raíz de las últimas elecciones, ha sido elegido como Primer Ministro Anthony Albanese del Partido Laborista australiano, presentando en su currículum una relación estrecha con el laborista inglés Jeremy Corbyn, dos personalidades motivadas más por el odio a los judíos y a Israel que por el conocimiento de la historia y del presente contexto de la política mundial. Lo acompañarán en la gestión: “Penny Wong y All Greens (very anti Israel) y Zoe Daniel (antisemitic), reemplazando a Josh Frydenberg y Trent Zimmerman (Jewish) y Dave Sharma (very pro Israel)”, integrantes estos últimos del excelente Gobierno anterior de Scott Morrison.
Más que nunca deben ser enarboladas las banderas del “Orgullo Judío”, el “Honor Sionista” y la “Dignidad del Estado Judío de Israel”, exigiendo a occidente activar todas las herramientas necesarias para detener esta enfermedad crónica e incurable que es el deplorable antisemitismo milenario.