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El ChatGPT y la Enseñanza para la Comprensión

Por: Jorge A. Mejía González

Mucho se está hablando, por estos días, de la Inteligencia Artificial (AI) y sobre el programa ChatGPT. Se comenta sobre el efecto transformador que tendrá en el mundo, en las diferentes profesiones, y claramente en la Educación.

Indudablemente, esto llevará a los educadores a replantear muchos temas, algunos que

considerábamos intocables. Nos lleva a reformular los propósitos de la Educación, que van desde la razón de ser de los colegios, pasando por el sentido que tiene el Lenguaje y la Comunicación, hasta el replanteamiento de la forma de enseñar y aprender.

En el pasado y en una escala mucho menor, las calculadoras nos hicieron repensar el propósito de enseñar las Matemáticas. Esto fue positivo porque antes estábamos centrados en enseñar los algoritmos. Por lo tanto, nos adaptamos a priorizar el significado, el uso y el propósito de dichos algoritmos. Ya no era importante solamente resolver una multiplicación o una raíz cuadrada; el usar estas operaciones en la resolución de problemas matemáticos adquirió una importancia mucho mayor. La enseñanza de las Matemáticas se convirtió en un medio para desarrollar el pensamiento lógico, numérico y espacial.

Cuando aparecieron los “search engines” o buscadores como Google o Edge, nos vimos

nuevamente obligados a repensar lo qué significaba el Conocimiento; ¿qué significaba el saber? Una persona culta y/o educada dejó de ser necesariamente una que persona que tuviera mucha información en su mente. La importancia del saber recayó en la habilidad de enfrentar y manejar críticamente la infinita cantidad de contenido disponible en el Internet. Ahora esta Inteligencia Artificial nos lleva a replantear: ¿Qué es y para qué sirve la comunicación?, ¿Qué significa la enseñanza del Lenguaje?

Con unos simples comandos podemos producir reportes, ensayos o crónicas de una muy buena calidad. ¿Debemos darle tanta importancia a la gramática y a la redacción como lo hacíamos antes? Tal vez tengamos que llegar a la misma transformación que con la introducción de las calculadoras. Es importante saber que existe la gramática, saber cómo funciona, pero tal vez tendríamos que concentrarnos en darle un sentido más profundo y significativo a la enseñanza del Lenguaje.

La pregunta que muchos educadores hacemos ahora es, “¿Qué hacemos, entonces?”

Propongo revisitar las cuatro dimensiones de la Comprensión que plantea el marco de Enseñanza para la Comprensión (TfU). Éstas son el Saber (Conocimiento), el Método (Habilidades), la Comunicación y el Propósito. En los cambios paradigmáticos descritos anteriormente, la interpretación, manejo y aplicación de estas dimensiones (especialmente las dos primeras, Contenidos y Habilidades) fue provechoso. Nos dieron las herramientas para redireccionar el diseño curricular, la planeación pedagógica y la forma de evaluar para acomodarnos a las nuevas circunstancias. Ahora podríamos explorar la dos últimas (Comunicación y Propósito) para afrontar este nuevo reto.

Lo primero sería revisar la dimensión de Comunicación, sus criterios, aplicaciones y estándares de valoración. ¿Qué puede ser aplicable en un contexto donde una máquina produce escritos donde uno puede calibrar la audiencia o el estilo de escritura?

La dimensión de Propósito (¿Por qué? y ¿Para qué?) adquiere una importancia que, hasta ahora, desafortunadamente, no la ha tenido. Las recomendaciones iniciales de los expertos apuntan a aceptar esta tecnología y trabajar a partir de ella. (Lo que sí sería un error es tratar de prohibir el uso de IA. Debemos usar nuestras energías y creatividad para reconocer y aprovechar este recurso tecnológico como una herramienta que podamos y sepamos manipular).

El TfU ha mantenido un principio en el cual la mejor manera de demostrar la comprensión es a través del establecimiento de una posición personal, llámese una hipótesis, el contexto personal dentro de una argumentación o una propuesta artística que refleje internamente al alumno. Hasta acá no ha llegado la IA y es difícil que lo haga en el futuro cercano.

Esto requiere, por lo tanto, para usar una palabra trillada durante la pandemia, reinventar el salón de clase y la función del maestro.

Para profundizar en el tema: