Por: Marlene Himerlfarb
Desde Israel
Desde que empieza el mes de Adar, se siente la alegría de Purim. En todos los almacenes exhiben disfraces y desde un mes antes venden oznei Aman en todas las panaderías. Hay música en los parques. En el Ulpán (Instituto intensivo de hebreo) hubo canciones y trencito recorriendo todos los salones, donde aprendemos hebreo los Olim jadashim (inmigrantes nuevos). Fue un festejo muy lindo y emotivo. Hubo música y comida y la morá nos advirtió que si no íbamos disfrazados no nos dejaba entrar a clase.
Se respira Purim y alegría por todo lado. En los colegios, en las casas, en las calles.
En Modiin, la ciudad donde estamos viviendo, cierran las calles como en la ciclovía. Se disfrazan los grandes y los chicos y cuando digo grandes, hablo de adultos mayores, abuelos.
Adloyada, es el desfile que hacen en la calle donde participan todos los colegios. Yo oía esa palabra y no entendía mucho, hasta que alguien me explicó el significado y entendí el por qué. El origen de la palabra proviene del arameo, ad de lo iedá ad lo iadá, en hebreo (hasta que no sepa), pues una de las 4 mitzvot de Purim, que empiezan con la M, es Mishté, bebida. La idea es que se debe tomar mucho, pero teniendo en cuenta que el límite es no confundir a Mordechai con Amán.
Las otras 3 mitzvot son, leer la Meguilá de Esther, Mishloaj manot, dar regalos a los amigos y Mishloaj laevionim, dar regalos a los que no tienen. Sin embargo, seguía oyendo la misma palabra, Adloyada. En medio de las calles cerradas nos paramos en el parque por donde pasaba el desfile. La gente de todas las edades llegaba disfrazada y se respiraba un ambiente festivo. Siempre asistí a las celebraciones comunitarias de Purim en nuestra comunidad y son muy emotivas, pero esto sobrepasó todos los límites de la emoción. Se me puso la piel de gallina y sentí un nudo en la garganta. Pura emotividad.
Se siente uno parte de un país muy especial. Todo el mundo alegre, bailando y palmoteando con esa música israelí tan pegajosa, y yo en medio de esa alegría del mes de Adar, sentí que un par de lágrimas de emoción, rodaban por mis mejillas.