Por: Victor Zajdenberg
¡Dan ganas de gritar! ¿Por qué quisiera gritar?
Soy un judío argentino; he sido Profesor de un Colegio Técnico Judío secular (ORT Argentina), de un Colegio Ortodoxo Judío (Talpiot) y de un Colegio Técnico laico ( Otto Krause).
Me he salvado de 3 atentados: uno provocado por terroristas fascistas en casa de mis padres; otro por la Bomba de la AMIA a la que concurría asiduamente y el tercero por la voladura de la Embajada de Israel a la que frecuentaba para obtener material informativo a desarrollar en las actividades de ALSA (Ateneo Liberal Sionista Argentino).
He activado durante casi 30 años en la Comunidad Bet Hilel y en el Movimiento Conservador Masortí; 20 años en la OSA (Organización Sionista Argentina); 12 años en la DAIA (Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas) y 3 años en la AMIA (Asociación Mutual Israelita Argentina). En todas las Instituciones mencionadas fue Ad Honorem, por amor al judaísmo, al Sionismo y al Estado de Israel.
Por todo ello creo tener el derecho a gritar y opinar.
No me gusta la “Reforma” Judicial proyectada por el actual Gobierno de Israel; tampoco la “Contra Reforma” que no realiza ninguna propuesta superadora ni aporta soluciones.
No tolero el apresuramiento en el proceso de la “Reforma”; tampoco la forma irresponsable de la reacción contra dicha “Reforma”.
No acuerdo con que los reformistas llamen a los opositores “anarquistas”, “piqueteros”, “izquierdistas”, “blancos”, etc.; tampoco con que los contra reformistas denominen y generalicen a los parlamentarios oficialistas como “fascistas”, “ignorantes”, “nazis”, “antidemocráticos”, etc.
No me agrada la “Dictadura Judicial”; tampoco la “Dictadura Parlamentaria”. Debe buscarse un equilibrio controlante entre ambos poderes.
Entonces, ¿Qué hacer? ¿Cuál es la solución? El deber y la obligación de sentarse a dialogar y la búsqueda de consenso es el único camino para el logro de una síntesis que prevalezca sobre las contradicciones existentes. Esto debe ser construido con la mediación del único representante del Estado que ha tenido la virtud y que tiene el prestigio de convocar a las partes para elaborar resultados de unidad a fin de cerrar la grieta existente y no llegar al abismo: el presidente del Estado de Israel Isaac Herzog , primer presidente nacido en Israel después de la Declaración de la Independencia e hijo de otro gran ex Presidente israelí Jaim Herzog.
Sinat Ajim (odio entre hermanos)
Sinat Jinam (odio gratuito)
El odio es un sentimiento negativo que conduce al desgaste emocional, al stress y a la ansiedad. No encausa a un acto liberador y obstaculiza el pensamiento y la acción de alguna posible solución que permita la pacificación del alma. El discurso de odio tiene como objetivo promover opiniones estigmatizantes y destructivas que bordean la intención o la acción directa de cometer actos violentos y peligrosos, para sí mismo y para la sociedad que lo rodea.