Por: Marlene Himerlfarb
Y llegó el stav (otoño) con vientos de guerra, con olor a masacre.
Este es el tercer Shabat en que seguimos acongojados por la terrible matanza de gente inocente perpetrada por el temible grupo terrorista Hamás. Jamás se había visto un acto de vandalismo de tal magnitud.
Creíamos que el HOLOCAUSTO era cosa del pasado, un acto infame que JAMÁS nos imaginamos que se podía repetir. Pensábamos que vivíamos en una sociedad tecnológica, avanzada, moderna, civilizada, pero no, estos bárbaros nos demostraron que hay demasiado odio en este mundo y lo más grave, es que tienen demasiado apoyo de mucha gente, aparentemente con cierta cultura, pero sin sentimientos.
Lo más triste de todo este episodio, es que el ejército estaba desprevenido. Nos cogieron de sorpresa. Ese ejército valiente que siempre está listo a defender esta tierra. Esos jóvenes valerosos que ponen su vida en defensa del Estado de Israel. Aunque el mundo piense lo contrario, es el ejército más humanitario; donde hay una tragedia ahí están presentes brindando ayuda. Los vimos, en medio del desastre, dándoles tetero a bebés sobrevivientes y cargando niños en sus brazos para salvarlos.
Son imágenes tiernas de estos guerreros que están dispuestos a entregar sus vidas en honor a la patria y en defensa de la población civil. Esos guerreros que salvaguardan las ciudades y que nos permiten dormir tranquilos, a pesar de que el enemigo está siempre asediando.
Celebran bar mitzvas, bodas y otros eventos pendientes. Los celebran con gran alegría en sus puestos de trabajo. Son un ejemplo para todos. Seguramente en el fondo de sus corazones sienten miedo, pero no lo demuestran. Siempre están alegres dándose apoyo unos a otros y dispuestos a defendernos.
Mientras alguna gente salía del país, escapando de esta situación tan dolorosa, los mochileros que viajan por el mundo después de la tzavá, después de prestar el servicio militar obligatorio, llenaban los aviones para poder regresar a Israel y apoyar a los jaialim (soldados) que ya estaban en el frente. Muchos están obligados a presentarse por ley, pero otros lo hacen voluntariamente. En estos tiempos de guerra, se respira solidaridad. Los soldados en el frente, pero hay otros guerreros que ayudan en todos los frentes. Los niños hacen galletas, dibujos para enviarles a los soldados para darles ánimo. He visto tmunot (fotos) de dibujos pegados en los tanques de guerra.
¿En qué otro ejército del mundo pasa eso? Hubo dos combatientes, uno de 85 años y otro de 95, que se enrolaron en las filas del ejército. Hombres y mujeres, doblando ropa de las donaciones, empacando cajas de comida, para enviar a los soldados y a las familias damnificadas. En la puerta de los supermercados se ven jóvenes recibiendo donaciones de la gente que entra a comprar para surtirse para los días de guerra y una parte la donan para los soldados. Sitios de recolección de comida para soldados y familias que perdieron todo. Incluso gente que ha abierto sus casas para recibir a personas que se quedaron sin techo. Los hoteles del Mar Muerto y de Eilat, en vez de recibir turistas, por esta época están llenos con las personas que no tienen donde dormir.
Fueron tantas las donaciones, que somos humanos y parece que se trocaron unas cajas y los pañales que iban para la gente damnificada, llegaron al ejército. Vi una foto de un grupo de soldados con pañales encima de sus uniformes. Después entendí por qué esa foto.
Gente adoptando perros que perdieron a sus dueños, peluqueros donando su trabajo, cortándoles el pelo a los niños sobrevivientes de los kibbutzim, gente arriesgando sus vidas yendo a brindar servicios a esa zona de terror donde ocurrió este acto salvaje que cobró miles de vidas humanas. Cantantes que acompañan con su guitarra a los heridos en los hospitales.
Los integrantes del Hamás no son humanos. Y no se les puede decir animales, porque los animales son buenos. Algunos muerden en defensa propia, pero estos salvajes matan porque sí. ¿Quiénes son ellos para decidir quién debe morir? ¿Para decidir eliminar a personas, sólo porque profesan una religión diferente a la de ellos?
¡JAMÁS NUNCA HAMÁS!