Por: Marlene Himerlfarb
Cuando ya creíamos que el antisemitismo era una voz apagada y casi silenciosa, a raíz del ataque traicionero de Hamás a Israel aparecieron los ecos del HOLOCAUSTO. Ahora los nazis, son hasta admirados, como un ejemplo de un ejército organizado que realmente era una fábrica de la muerte.
Estos modernos matarifes, son aún más salvajes, pero también planean sus ataques. Por ejemplo, mandan ambulancias para que la gente se conmueva con los enfermos que van adentro, pero realmente las usan para el transporte de armas y lo que transmiten los medios, “es que el ejército israelí no respeta los derechos humanos, pues ¿a quién se le ocurre atacar una ambulancia? Es inhumano. Pobres palestinos”.
Cuando el ejército dispara contra un hospital dan ganas de llorar y el mundo exclama: pobres palestinos. Lo que el mundo no quiere ver es que debajo de esos hospitales hay arsenales para atacar al pueblo judío y que muchos de esos “enfermos” son camuflados y algunas veces hasta maquillados para que parezcan ensangrentados y despierten lástima en ese mundo antisemita. Igual sucede con colegios, hogares de familias, y ese pueblo subyugado se presta para representar ese rol de víctimas que hacen llorar al mundo. El pueblo hebreo es resiliente y siempre se levanta ante las catástrofes demostrando fortaleza y por eso no despierta lástima en el mundo.
“¿A qué mente se le ocurre lanzar semejante cantidad de misiles contra la población civil? A ver cuántos matan. Son seres destructivos que no saben valorar la vida”.
Son unos magos de las comunicaciones. Filman videos y los viralizan de una forma impresionante y tristemente una gran mayoría les cree sus hazañas.
¿Dónde está el mundo? ¿Dónde está la ONU y la Cruz Roja? Los gobernantes de algunos países donde se llevaron judíos, gitanos homosexuales y todo aquel que no cumpliera con los requisitos para ser un digno representante de la raza aria. Y esos gobernantes modernos de esos países apoyan una causa tan monstruosa como la de Hitler.
Nadie atiende al llamado de Israel. Sólo se escucha el eco de Gaza, “pobres palestinos”
Es inconcebible ver cómo en las universidades que se supone son centros educativos, haya gente tan ignorante como para aprobar actos terroristas cuando en el mundo buscamos la paz.
Tristemente la guerra es un negocio entre los dirigentes de los países y cada uno jala para su lado, de acuerdo a sus intereses. Quién vende más armas, quién acrecentará su territorio, en fin, hay muchos interrogantes, pero el más grande de todos es ¿qué pretende Hamás? Lo único que les interesa es acabar con el pueblo judío. Es una premisa que no debería existir o por lo menos no debería ser apoyada por ninguna mente inteligente y educada a estas alturas de la civilización a que hemos llegado en el siglo XXI.
“Primero vinieron por los socialistas y yo no dije nada porque no era socialista Luego vivieron por los sindicalistas y yo no dije nada porque no era sindicalista Luego vinieron por los judíos y no dijo nada porque no era judío Luego vinieron por mí y no quedó nadie para hablar por mí”.
Esta frase nos recuerda al pastor luterano alemán, Martín Niemoler, quien se refirió a lo que hizo Hitler apoyado en su maquinaria de la muerte. Que no se repita ese macabro capítulo de la historia con los pobres palestinos, que tampoco tienen la culpa de lo que hacen sus gobernantes, pero su silencio los apoya.