Imprímeme
Visitar Israel en guerra
Por: Vivianne Tesone
El viaje que tenía programado hacer este año fue muy diferente que el que terminé haciendo. No me imaginaba que un 7 de octubre fuera posible. Marcó un antes y un después para todos los judíos del mundo y me cambió a mí fundamentalmente.
Un poco de mi optimismo por el mundo se ha ido. Soy más sensible, más alerta, un poco más paranoica y resignada a que el mundo en el que creía que vivía no es el mismo de hace unos meses. He cortado personas de mi vida. He tomado distancia y todavía inicio conversaciones e interacciones esperando ese momento en el que tenga que entrar a la defensiva. Recordarle al otro que tengo derecho a existir.
Al mismo tiempo la esperanza y la unión están más fuertes que nunca. Llevo mi judaísmo con orgullo y encuentro fuerza en mi comunidad, local y global, en quienes como yo están dispuestos a seguir librando esta batalla y a encontrar esperanza y optimismo donde se pueda. Me aferro a aquellos amigos reales y verdaderos que en el momento que los necesité estuvieron ahí.
Fue en este momento de volver a construirnos como pueblo y de reconstruirme a mí misma que la Academia de Liderazgo Sionista, de la que tuve el orgullo de graduarme el año pasado, me ofreció viajar a Israel. Mi respuesta fue un inmediato sí porque sabía, en lo más profundo de mi ser, que en el momento de la crisis más grande del pueblo judío que me ha tocado vivir, tenía que estar allí.
Acabo de regresar de un viaje muy distinto al programado. No fue un viaje de turismo o de placer sino de fuerte compromiso de seguir trabajando por Israel y por el pueblo judío, de ser testigo y ser la voz de quienes no pueden hablar, de replicar los mensajes de un país que en duelo sigue luchando, perseverando y preservando su espíritu. De crear, mantener y llevar esta memoria. De honrar a los que se fueron, de exigir el regreso de quienes están secuestrados y de proclamar una y otra vez que el pueblo judío tiene un país que nos defiende, un ejército que lucha por nosotros y que hoy y por siempre estamos con Israel.
No tengo palabras para agradecer a Esti, Dikla y Ariel por permitirme participar en esta misión de solidaridad. A mis hermanos de ZLA que lloraron conmigo, que llevan semanas siendo una compañía constante en What’sApp, a quienes pude abrazar y quienes cantaron conmigo el Hatikva en Kfar Aza y entienden, sin palabras, lo que eso significa, solo puedo decirles que fue un honor compartir esta experiencia con ustedes.
En las próximas semanas, mientras proceso un poco todo lo que vi, publicaré más sobre este viaje que podría ser el más importante de mi vida. Los invito a seguirme en Instagram (https://www.instagram.com/viviannetm/) para ver algunas de estas publicaciones que ya están, y las que vienen. Mientras tanto, comparto contigo algunas fotos (las buenas, tomadas por el increíble Ariel Goldewicht y nuestro fotógrafo Yoav) y un hermoso vídeo de resumen en inglés que pueden ver a continuación:
Am Israel Jai.