Por: Victor Zajdenberg
Vivimos una época en la que muchos políticos, periodistas y "expertos" tergiversan de cabo a rabo sus propias reflexiones, los análisis de las situaciones estratégicas internacionales y las tácticas utilizadas en la "guerra contra el terrorismo islámico" en general y la "violencia palestina" en particular.
Cuando algún suceso no está de acuerdo con el "pensamiento políticamente correcto" de esta masa de "intelectuales" confederados, se llenan los multimedios de críticas mordaces, sadomasoquistas y a veces suicidas, creando paradigmas que se comunican como verdades absolutas, machacando con estas mentiras o verdades a medias las neuronas de los 7 mil millones de habitantes de este planeta.
Fue el método utilizado por el nacionalsocialismo y el comunismo en el trágico siglo pasado desde la finalización de la 1a. Guerra Mundial (1918) hasta la caída del Muro de Berlín (1989) y el derrumbe del Imperio Soviético (1991).
Luego del fracaso absoluto de estos dos grandes monstruos ideológicos mencionados, se vivió un brevísimo período de relativa paz durante el cual los nuevos monstruos del siglo XXI, esta vez disfrazados de fundamentalistas islámicos y de fanáticos palestinos (Hamas), aparecieron con todo su bagaje de violencia asesina y con ellos los nuevos voceros de la difamación, el odio, la envidia y la impotencia.
Para Pedro Sánchez (presidente español), Josep Borrell (UE) y el periódico "El País" de Madrid la ETA vasca era "terrorista" pero los palestinos de Hamas son solo radicales, activistas y mártires de la "resistencia". ¿Qué diferencia existe si ambos matan a civiles inocentes? No hay respuesta...
En el año 2005, el entonces 1er ministro de Israel A. Sharón retira de Gaza hasta el último judío civil y militar. Sin embargo, las agencias informativas, las redes sociales y los periódicos del mundo entero siguen mencionando a la "ocupación israelí" como la fuente de todos los males palestinos y repiten hasta el hartazgo reportajes embusteros a los dirigentes mafiosos de Hamas en Qatar y en Turquía.
Pareciera que los "formadores de opinión" y los "eruditos" de hoy constituyeran una corporación de hemipléjicos, tuertos e idiotas útiles, incapacitados para ver las dos caras de una moneda, el cuerpo y el espíritu de una sociedad y el reverso de una víctima atacada por el auténtico victimario.
Chirac, el expresidente de Francia, acostumbraba a agasajar al finado Arafat con una guardia de honor y en su muerte acompañó al cadáver hacia el avión transportador, despidiéndolo con una banda que interpretaba música militar, cual si fuera un jefe de estado y no un vulgar y brutal terrorista.
El Papa Juan Pablo II tuvo, durante su gestión, la agenda abierta para recibir en el Vaticano al indeseable Arafat, acto censurado reiteradamente por la siempre bien recordada Oriana Fallaci.
A nadie preocupa que Hamas y sus socios de la Jihad lanzaran desde Gaza, a partir de la "desconexión" de Sharón, más de 100.000 cohetes sobre Sderot, Kfar Aza, Ashkelón y otros poblados del sur de Israel con un Balance de muertos, heridos y daños materiales y sicológicos en poblaciones civiles e indefensas.
No obstante, ello el azar, o la eterna frustración palestina, determinó que alguien del propio campo, colocara los puntos sobre las íes y manifestara la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad.
El presidente de la ANP (Autoridad Nacional Palestina) Mahmoud Abbas no tuvo contemplación alguna para endilgar a Hamas su frase ya célebre: "No habrá dialogo alguno con estos terroristas asesinos". Así lo había afirmado en 2007 cuando Hamas asesinó a todo su equipo gubernamental.
Sucedió luego de la toma del poder en Gaza, perpetrada por las bandas armadas de Haniye, ex premier y como consecuencia del asesinato a mansalva de la guardia presidencial y de partidarios de Al-Fataj.
No solo son "terroristas" sino también "asesinos" dijo Abbas luego de perder la Franja de Gaza y ver por la televisión como ultrajaban a su gente arrastrándolos por las polvorientas calles de la ciudad.
El periódico español "El País" enmudeció pues no podía reproducir siquiera conceptos que hace mucho había borrado de la memoria de su "disco rígido" puesto que atentan contra la esclerosis de su ideología, donde los palestinos solo son presentados como los "pobres y sufridos palestinos", producto de la "ocupación" y del "muro que los mantiene encerrados en una gran prisión al aire libre".
En general, en el mundo, hubo una muy pobre, mezquina y avara difusión de las acusaciones de Abbas hacia las hordas de Hamas, tal como hoy de la monstruosa tragedia cometida por ellos mismos el 7/10.
Antonio Guterres, Secretario General de la ONU se ha convertido en el “vocero” de Hamas y la Jihad.
La UNRWA para los refugiados ha mancillado su representación por su complicidad con el terrorismo.
Cuánto tiempo habrá que esperar hasta que la ignorancia deje el poder y se designen las cosas por su nombre: los "terroristas asesinos" no son, ni lo serán jamás "activistas", ni "luchadores", ni "mártires".
Mientras la humanidad no concientice esta realidad, una porción importante de niños y jóvenes musulmanes crecerán frustrados y consumidos por el odio, la envidia y el revanchismo, enfermedades del espíritu muy bien explicadas por el escritor argentino, José Ingenieros, en su libro "El hombre mediocre", donde escribe "Los ídolos de cien fanatismos han muerto en el curso de los siglos y fuerza es que mueran otros venideros, implacablemente segados por el tiempo".