Imprímeme

Justicia y verdad o pragmatismo y realidad

Por: Victor Zajdenberg

En toda la historia universal siempre hubo que elegir entre ambos conceptos para llegar a la Paz entre las naciones. ¿Fue justa la invasión de Turquía en 1974 del Norte de Chipre y que hasta el día de hoy la Isla haya quedado dividida? ¿Cuál es la verdad de las Islas Kuriles japonesas apropiadas por la URSS en 1945 y actualmente por la Federación Rusa? Y así se podrían mencionar numerosos casos internacionales en los cuales se ha elegido, voluntariamente o no, el pragmatismo y la realidad.

Breve reseña de la guerra en Ucrania

Solo se habrán de analizar los hechos geopolíticos y estratégicos transcendentales ocurridos antes y después de la invasión (operación especial) de Rusia, por el Norte de Ucrania en febrero de 2022.

La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) venía avanzando hacia los países del Este europeo, ex vasallos de la Unión Soviética, en forma paulatina hasta emprender el proyecto de incluir a Ucrania, limítrofe con Rusia, en su Organización, situación que los rusos consideraban inaceptable, con reiterados avisos desde el año 2008 en adelante, sin que las Autoridades de la Alianza Atlántica quisieran tomar nota de dichas advertencias.

El Ejército de Rusia penetra el 24/02/2022 en Ucrania con la seguridad de conquistar con rapidez el camino hacia Kiev creyendo que le será fácil tomar la Capital. Lo proyecta con una infantería compuesta por 100.000 combatientes y un gran armamento bélico más otros 100.000 soldados en la retaguardia para el abastecimiento de la avanzada militar. Pero la operación planeada resulta un fiasco con muchas pérdidas de hombres y materiales pues se encontraron con un Ejército ucraniano muy bien preparado por algunos de los países de la OTAN desde 2014, fecha de la conquista rusa de Crimea, hasta 2022, acompañados por miles de voluntarios civiles que atacaban la línea de tanques y carros con “bombas molotov” y todo tipo de armas rudimentarias y caseras.

Rusia retrocede abandonando la idea de ocupar Kiev casi sin obstáculos y se refugia en el Donbass Oriental dónde ya se había establecido anteriormente con el apoyo de los ucranianos pro-rusos. Ante esta situación y por las inmediatas sanciones impuestas por Occidente (USA, Europa y otros) Rusia se reorganiza y lanza internamente lo que sería una “Economía de Guerra”. A su vez Ucrania, con los aportes de dinero de los países de la OTAN (100 mil millones de dólares) y contingentes importantes de tanques, lanzaderas misilísticas y oros armamentos inicia una ofensiva que intenta llegar hasta el Mar Azov y cortar con ello la ruta que conduce al Mar Negro, para luego reconquistar la Península de Crimea y el Puerto de Sebastopol.

Las triples defensas rusas logran no solo contener el alud militar ucraniano sino rechazar y emprender un contraataque en toda la línea del frente de guerra de más de 1000 km de extensión. El operativo Bajmut, que ha costado 6 meses para quebrarlo, dio origen a un lento pero efectivo avance del Ejército ruso hasta que la toma de Avdiivka, hace un par de meses atrás, colocó a Ucrania en una peligrosa retirada parcial con pérdidas insoportables de hombres y material bélico.

La OTAN, en lugar de buscar la negociación de un “cese de fuego” a fin de detener la masacre de tantos jóvenes soldados de Ucrania, resuelve brindarle a ésta otros casi 100 mil millones de dólares adicionales para continuar y alargar, quizás por un año más, ésta desastrosa y sangrienta guerra. Para ello el Parlamento de Ucrania ha votado una “Ley de Movilización Obligatoria” para todos sus ciudadanos varones de 18 a 60 años que estén en el país o en el exterior. No cabe duda de que, al no ser profesionales de la guerra estos reclutas no voluntarios solo servirán como “carne de cañón”.

Entonces, cabe la pregunta: ¿Y después qué? ¿Podría llegar el momento del pragmatismo y la realidad a fin de comenzar negociaciones serias entre Rusia y la OTAN?