Por: Marlene Himerlfarb
En medio de la tristeza por esta terrible guerra, Israel celebró sus 76 años de independencia.
El ánimo no estaba tan alto como en otras ocasiones. El año pasado se celebró con bombos y platillos. Para nosotros, olim jadashim, recién llegados, fue un acto muy emotivo. Este año nos embarga la tristeza, pero eso no logró que no quisiéramos hacer honor a estos 76 años, en que hemos luchado por mantener este hermoso país.
El día anterior, la sirena nos anunciaba que era Iom Hazikarón y en ese momento se paran todas las actividades. Puede decirse que el país entero se paraliza y se dedica ese momento y de ahí en adelante todo el día siguiente, a conmemorar a los caídos a lo largo de la historia.
Es un día de recordación y reflexión, que este año tuvo muchas más pérdidas que los años anteriores. Al día siguiente, después de vivir este duelo, comienza la celebración del día de la independencia.
Aunque hay tristeza y dolor colectivo, era importante asistir a los actos organizados en cada ciudad. Fue así como asistimos a esta importante cita en el parque de Modiin, donde se presentaron grupos artísticos de la ciudad, gimnasia, bailes y presentaciones de grupos. Es impactante cómo cambia el sentimiento de dolor por Iom Hazikarón y se pasa inmediatamente a la alegría de un año más de independencia. Fue un festejo sencillo, pero emotivo.
El día siguiente es festivo y los israelíes lo aprovechan para hacer asados en todas partes. No hay un solo parque o bosque donde no haya asadores por todo lado y niños jugando y disfrutando en libertad de ese grandioso día en que Israel logró ser un país independiente, que alberga, no sólo a judíos de todas partes del mundo, sino a muchos ciudadanos de otras nacionalidades que deciden vivir en un país pluralista donde no hay discriminación.
No podíamos dejar pasar desapercibido este importante momento en que estamos reafirmando la existencia del Estado de Israel, la continuidad de nuestra historia y la respuesta a nuestros enemigos de que no les vamos a dar el gusto de derrotarnos.
Am Israel Jai