Por: Marlene Himelfarb & Yael Himelfarb
De la serie Lágrimas de Shabat
Aunque siempre he sido muy positiva y espero lo mejor de todo lo que sucede y siempre guardo una dosis de esperanza que me ayuda a pasar los malos momentos, hoy me desperté triste, viendo hacia atrás todo lo que pasó y lo que está por venir para el pueblo judío. “Oi vei” como diría mi abuela. Me encantaba la época en que mi mamá me arrepupuchaba y me decía: tranquila no va a pasar nada. Lo más lindo es que yo le creía. No sé ella qué pensaba, si me decía la verdad o era una mentira piadosa para darme tranquilidad y lo lograba. Eran tiempos hermosos en que yo le daba mis cosas para que ella me las guardara en la cartera. Ahora yo soy la dueña de la cartera y tengo que guardar mis cosas y los pesares y alegrías de la vida de mis hijos y de mis nietos. ¿Qué les digo a mis nietos cuando oigo misiles cayendo por doquier, cuando veo las noticias y el odio que encierra el mundo?
En mi país, las señoras que antes tomaban el té con las judías, las están atacando, no sólo por las redes, sino al lado de una humeante taza de café. “Oi vei”, digo yo ahora en lo poco que me queda de idisch y que nunca aprendí porque era el idioma que usaban mis padres para hablar en clave y que no entendiéramos ciertos asuntos no apropiados para nuestra edad. En vez de retarlos y haber aprendido, tomamos el camino del rechazo que tan bien explica Freud cuando se refiere al olvido.
El antisemitismo está a flor de piel. Está de moda defender a los palestinos y apoyarlos en su expansión por el mundo. Tratan de “islamizar” a la humanidad, a diferencia de los judíos, que practican su credo, sin molestar a nadie y sin hacer proselitismo.
Lástima que ya mi mamá no me puede guardar las cosas en la cartera, ni me puede dar la esperanza de que el mundo será mejor. Mi pregunta es: qué le digo a mis nietos, ¿cómo les explico que este mundo es en el que tenemos que vivir tratando de ser felices y dar amor, aunque reine el odio ¿Qué nos espera? Guardemos la esperanza de que este mundo tonto entre en razón y se dé cuenta que la islamización no es buena para nadie y que es un peligro que se avecina para los años venideros, no sólo para los judíos. Fuimos los primeros, pero el odio es generalizado. ¿No se dan cuenta que lo que está en juego es la democracia, la libertad y los valores de occidente?
A los gobernantes se les olvidó lo del 11/11 Y no han asumido el 7/10. La memoria es corta para recordar el Holocausto. ¿No escuchan las amenazas de estos salvajes, amenazando que van a hacer algo similar en Europa? No se dan cuenta que llenaron a Europa de refugiados como si fueran mansas palomas y ahora empiezan a realizar amenazas contra esos países que ingenuamente los acogieron, sin imaginarse lo que les deparaba el futuro. Un futuro que se volvió presente. En otros países latinoamericanos, donde los gobiernos han cambiado y se autodenominan orgullosamente izquierdistas, también están empezando a poblar las ciudades de mezquitas y lugares de reuniones. Se están tomando el mundo y nadie dice nada. Ojalá no sea tarde para remediar esta triste realidad. Y como siempre guardo en la cartera una dosis de esperanza por un mundo mejor.