Por: Victor Zajdenberg
Después de 2000 años de perverso antisemitismo y de la criminal Shoah (Holocausto) perpetrada en el siglo pasado parecía inimaginable que este irracional odio a los judíos volviera a surgir en pleno siglo XXI. La Shoah parecía ser el resultado final de un milenario lavado de cerebros que provocó el asesinato masivo de 6 millones de judíos, de los cuales 1 millón y medio fueron niños.
La moderna judeofobia surge de 3 fuentes deformadas antagónicas pero que logran conformar una “unidad hegeliana de los opuestos” que tanto daño ha hecho en el pasado:
A) La irracionalidad antinatura de las agrupaciones seculares y ateas de la izquierda trotskista que en Estados Unidos desvirtuaron el Movimiento original Woke.
B) El resurgimiento del islam terrorista e integrista y su instalación masiva en el Medio Oriente (la Teocracia Iraní y sus proxis), en la sumisa Eurabia y en ciertos ámbitos intelectuales de EE.UU.
C) El autoodio, colaborador de varios integrantes de la grey judía, tanto de la diáspora como dentro del propio Estado Judío de Israel.
Estos 3 grupos psicosociales tan antagónicos y contrarios han logrado una síntesis hegeliana inimaginable: el odio y la envidia a todo lo judío. Están integrados por profesores, periodistas, políticos e influencers que conviven junto a fundamentalistas islámicos rabiosos. Es una falacia cuando dicen que solo están contra Israel pues en los Maguen David introducen esvásticas nazis y atacan a Instituciones y personas judías.
Países como Irán y Turquía, amigos milenarios de los judíos y de Israel, se convirtieron en furibundos enemigos. Quisling, Premier de Noruega en 1939, fue el primero en Europa en recibir con honores a la Wehrmacht de Hitler. La Noruega actual impuso un BOIKOT contra productos y empresas israelíes. También financió a Hamas, prohibió a profesores israelíes e impidió a Alan Dershowitz, Profesor Judío norteamericano, dictar conferencias en sus Universidades. En 1993, con los Acuerdos de Oslo, entregó parte de Eretz Israel al terrorista Yasser Arafat y luego lo coronó con el Premio Nobel de la Paz.
Los colaboradores judíos tampoco son mejores:
a) Uri Avneri comparaba la “ocupación” de Israel con las Cruzadas y los 200 años del “Reino de Jerusalem”.
b) Ilan Pappé dice que Israel actúa siempre contra Hamas con impunidad y como si tuviera inmunidad.
c) Yaacov Rabkin escribió el libro “Contra el Estado de Israel”, historia de la oposición judía al sionismo.
d) Avraham Burg, ex Presidente de la OSM y ex Presidente del Parlamento israelí predijo “el fin del sionismo”.
e) Noam Chomsky, eternamente anti israelí y anti norteamericano.
f) Pedro Briguer vivió 11 años en Israel a costa del erario público y finalizó su triste y bochornosa carrera por diversos acosos sexuales cometidos en Argentina.
g) Briski, Briski, Briski, un buen actor argentino judío pero un pobre defensor de los terroristas de Hamas quien no ha mencionado ni una sola vez la masacre del 7/10 realizado por ellos y los gazaties.
Finalmente es necesario mencionar al Diario israelí Haaretz cuyo editor, Director General y uno de sus dueños, Amos Schoken, cuando en Londres culpó a Israel de Genocidio y Apartheid, pidiendo sanciones y expresando que “los llamados terroristas palestinos son luchadores por la libertad”. ¿Un imbécil? o ¿traidor a la patria?