Imprímeme

Home sweet home

Por: Marlene Himerlfarb

Hay Tiempos de paz y tiempos de guerra.

Volver de la guerra no es como volver de un viaje.

Cuando se viaja, se pone distancia con los hechos vividos, pero pasados unos días se puede volver a acoplar a la realidad. Se siente uno con la mente en el sitio que acaba de dejar, hasta que unos días después, logra afianzar los pies en la tierra y el viaje queda guardado en el archivo de los recuerdos.

Pero volver de una guerra a la casa, es diferente. Es una sensación agradable, volver a recorrer los pasos, abrazar a los hijos, a la esposa cuando son casados, a los padres, y en general a toda la familia que se dejó para ir a defender los colores de la bandera de Israel. Ese azul y blanco que ondea en casi todos los hogares israelíes. Es tratar de adaptarse otra vez a las costumbres cotidianas de la casa, cuando han estado lejos tanto tiempo.

Tal vez sin dormir, sacando fuerzas para no dejarse acabar por el enemigo y tratar de acabarlo antes de que suceda lo contrario. Comiendo poco y en ocasiones hasta aguantando hambre. Largas jornadas de preparación. Pensando en la familia, en esa vida diaria a la que por ahora no pueden volver. Lo cotidiano se cambia por la batalla, por sobrevivir y por ese objetivo fuerte que es la defensa del país.

Los soldados todo el tiempo están deseando regresar donde sus familias, pero las condiciones cambian. Después de vivir experiencias tan fuertes entre la vida y la muerte, no pueden ser la misma persona que salió un día con el uniforme y el fusil al hombro a defender a su pueblo. Los acompañan imágenes de guerra, miedos que ocupan sus mentes valerosas, y hasta traumas que en la mayoría de los casos se van solucionando con el tiempo, pero en algunos casos los acompañan de por vida. Además de las heridas físicas que marcan sus cuerpos para siempre. Los que pierden algún miembro, deben reinsertarse a la sociedad en una forma diferente. Ya no son los muchachitos o en el caso de los que hacen miluím (reservistas) un poco mayores, que salieron un día llenos de ilusiones y de fuerza.

Regresar a casa es como volver de un sueño, pero no igual al regreso de un viaje. Todos en la familia los esperan con la ilusión de volver a compartir con ellos tiempos de paz, pero ellos regresan con la pesadilla de una guerra. Hay muchas canciones alusivas al regreso a casa, pero que duro es volver a ser ellos mismos. Les agradecemos y admiramos su valor y esperamos que su regreso y adaptación nuevamente a la sociedad sea lo mejor posible.