Por: Rav Daniel Shmuels
La hija del actual residente de La Casa Blanca se convirtió al judaísmo ortodoxo cuando decidió casarse con su esposo actual, un judío ortodoxo. Esta conversión fue negada públicamente por la Gadol Rabanut de Israel debido a que el rabino que guió y llevó a cabo la conversión, Rav Heskel Lookstein, es un rabino que pertenece a la "lista negra" de rabinos vetados por la Rabanut para llevar a cabo conversiones. Dos son los motivos para esa determinación; a saber, Rav Lookstein pertenece al naciente movimiento ortodoxo conocido como "open orthodoxy", ortodoxia abierta, la cual toma la opinión menos estricta para el cumplimiento de la Halajá. Y por otro lado, de acuerdo a la Rabanut en la evidencia adquirida (esto se puede referir a uno a mil casos), las personas convertidas por Rav Lookstein no cumplen ni siquiera los estándares mínimos de un judío perteneciente a la ortodoxia abierta, en donde Brajot básicas del día a día son desconocidas y donde Tzniut es totalmente inexistente por parte de estos conversos.
Lo álgido de esta negación tuvo una cúspide cuando el orador del parlamento israelí y el director del partido laboral israelí, quienes conocen personalmente a Rav Lookstein, le pidieron a la Rabanut aceptar la conversión de la mujer ya mencionada (junto con la de otra mujer que deseaba casarse con un magnate israelí y quien también fue convertida por Rav Lookstein). De cualquier forma, el rabinato sostuvo su negativa exigiendo una nueva conversión frente a ellos antes de aceptar una conversión firmada por Rav Lookstein. Esta historia se torna interesante cuando en diciembre, después de la elecciones presidenciales en Estados Unidos, la Rabanut comunica que existe una posibilidad en que esa específica conversión sea aceptada; sin embargo, de ahí en adelante, nada se ha dicho. La pregunta que surge es, ¿qué pasa con las demás conversiones que han sido firmadas por algún rabino de la tan famosa lista negra? Es necesario preguntarnos, ¿acaso el poder político permite que los estándares de conversión cambien para la Gadol Rabanut? Estas preguntas no tienen respuesta aún; empero, es muy probable que con la actual gira presidencial de los Estados Unidos al Medio Oriente, la cual incluye a la pareja que en principio se mencionó, se propicie una respuesta.
Pero el asunto no termina ahí; de hecho, ese no es el punto principal de este escrito. Lo que resulta absolutamente absurdo es la proclamación de La Casa Blanca al anunciar que dicha pareja obtuvo un "pase rabínico" para poder iniciar un viaje en avión durante Shabat, un pase rabínico semejante al usado en el Shabat antes de la inauguración presidencial. El término "pase rabínico" proviene de la expresión "hallway pass" en inglés, el cual hace referencia a que un estudiante puede estar en los corredores durante las horas de clase, aún cuando ello esté prohibido para los demás estudiantes. Ese pase es otorgado por el jefe disciplinario respectivo. Es de ahí que La Casa Blanca hace referencia a que esta pareja tiene un pase rabínico. Sin embargo, también se puede entender este pase rabínico, en un espectro más amplio, como una "excepción Halájica" que le permite exclusivamente a esta pareja romper Shabat.
Aquí tengo que poner un punto de basta a la falsa información y a la mentira propagada por tal administración. De entrada, no existe ningún pase rabínico que permita iniciar un viaje ni manejar en Shabat, tampoco existe la posibilidad que un rabino le permita a alguien iniciar un viaje o movilizarse en carro durante Shabat. Ningún grupo ortodoxo, ya sea ultra ortodoxo, ortodoxo moderno o de ortodoxia abierta permite que ninguna de estas acciones se lleve a cabo a menos que sea por Pikuaj Nefesh y para ello no se necesita un pase ni en sí es un pase, sencillamente es la Halajá, Halajá para todos los judíos. Una inauguración presidencial y una gira presidencial no son la excepción; es más, en ninguna parte de la Halajá se presenta esta posibilidad y mucho menos el que un rabino pueda emitir un edicto exclusivo para que alguien rompa Shabat.
Bien sea que esta pareja de hecho haya iniciado su viaje en Shabat, que ellos hayan informado a La Casa Blanca de tal pase o que el vocero de La Casa Blanca haya decido inventarse esa justificación, estamos hablando de una mentira pública que pone en tela de juicio el judaísmo ortodoxo en general sin importar su denominación y destituye la validez rabínica de Rav Lookstein frente al establecimiento Haredí, dado que estos son sus pupilos.
Dejemos claro de una vez que está prohibido para todo judío iniciar un viaje en Shabat a menos que sea por Pikuaj Nefesh. Dado el caso en que alguien finalice un viaje en Shabat el cual inició antes del mismo, bien sea por retrasos al partir o durante el viaje, y la persona tiene que desalojar la nave, la Halajá establece los pasos a seguir para no romper Shabat. De cualquier forma, esos pasos implican que la persona se tiene que quedar en el muelle de desembarque y solo hasta la finalización del día puede dirigirse a su destino final. Aquí no hay ningún pase de ningún tipo y no hay excepción alguna para ningún judío, esa es la Halajá actual y no hay ninguna opinión que diga lo contrario.
En relación con utilizar un vehículo durante Shabat; nuevamente, la Halajá prohíbe rotundamente que esto se lleve a cabo a menos que sea por Pikuaj Nefesh. Ahora bien, existen dos posibilidades que algunos Poskim han mencionado como factibles teniendo en cuenta una cantidad de variables que tienen que ser cumplidas a la vez. Una posibilidad radica en transporte público continuo; es decir, un vehículo que haga un recorrido continuo permanente con o sin la presencia de un judío, pues el vehículo se detiene e inicia su marcha con un recorrido establecido. En esta opción hay variables como el pago, cargar en dominio público, no ir más allá de los límites de la ciudad, etcétera.
Otra posibilidad existe con el uso de un chofer para el automóvil. Aquí las opiniones que aprueban este proceder son aún más escasas. La idea detrás de esta posibilidad yace en que el chofer tiene que llegar a un destino para su beneficio propio; básicamente, la misma idea que existe con el concepto de Shabbos Goi. Entonces, el chofer se dirige a un lugar porque tiene la necesidad de ir a ese lugar más no porque el judío tiene que ir a ese lugar. De cualquier forma, las variables implicadas y las opiniones divergentes frente a esta posibilidad, la hacen remota y bastante riesgosa.
Retomando el inicio de este texto; cabe entonces preguntarnos, ¿es posible que una gira presidencial y una inauguración presidencial sean Pikuaj Nefesh?