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El Ciclo de la Vida en la mesa del Seder

Por: Jimmy Gabay

Hoy, en esta Noche de Pesaj, cuando nos reunimos en familia, me encuentro reflexionando sobre el paso del tiempo, sobre el ciclo de la vida que se repite una y otra vez, de generación en generación. Como muchos de ustedes, tengo recuerdos profundos de mi infancia, de esas noches de Seder llenas de alegrías, de preguntas, de canciones, de historias con familia y amigos que nos conectaban con el pasado, pero, sobre todo, con nuestras raíces.

Recuerdo cómo, cuando era niño, mi lugar en la mesa estaba alejado de la cabecera, esperando ansioso para poder participar en las conversaciones, en las canciones, y para recibir la respuesta a las preguntas que siempre llegaban con la curiosidad y la inocencia de la niñez.

A medida que pasaban los años, mi lugar se fue acercando a la cabecera, siempre consciente de la tradición que vivíamos, pero también del paso del tiempo que nos llevaba a todos. Los rostros que se sentaban a la cabecera, aquellos que una vez me guiaron y me enseñaron, comenzaron a ausentarse, y ahora es mi turno de ocupar ese espacio.

Ya no hay nadie más arriba en la mesa, de esa generación de mis ancestros que, con tanto amor y sabiduría me guiaron. Ellos ya no están físicamente, pero sus enseñanzas siguen aquí, en cada uno de nosotros, en cada palabra, en cada gesto, en cada bendición que pronunciamos. Nos dejaron un legado, una conexión inquebrantable con nuestra historia y con nuestro pueblo, y ahora es nuestra responsabilidad continuar este viaje.

Este año, por primera vez, soy quien ocupa la cabecera de la mesa. Mi corazón se llena de una mezcla de humildad y responsabilidad, pues al sentarme en este lugar, sé que no es solo un lugar físico, sino un recordatorio profundo de la continuidad de nuestra historia, de nuestra fe y de nuestra tradición.

Pesaj es, ante todo, un recordatorio de la libertad, no solo del pueblo de Israel de la esclavitud en Egipto, sino también de la liberación de las generaciones que nos precedieron y de la importancia de transmitir sus enseñanzas a las que vienen detrás de nosotros.
Hoy, es mi turno de tomar el lugar de la cabecera, no solo es un espacio en la mesa. Estoy tomando la responsabilidad de recordar, de enseñar, de continuar la historia, de asegurar que el legado de nuestras generaciones pasadas no se pierda, sino que siga viviendo en nosotros, nuestros hijos, nuestros nietos, y en futuras generaciones.

Hoy veo a mis nietos, allá, al lado opuesto de la cabecera de la mesa, mis hijos en lugares intermedios; con nostalgia debo afrontar que no los podré ver cuando ocupen este lugar y así se repetirá una y otra vez este ciclo.

Que este Pesaj, al igual que todos los sederes que hemos vivido y viviremos, sea una oportunidad para reflexionar sobre el ciclo de la vida, para reconocer la importancia de cada generación que nos ha precedido, y para comprometerse a seguir transmitiendo esa sabiduría y amor que nos han legado.

Shabat Shalom y que tengamos todos un Pesaj Kasher veSameaj.