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Dilemas Geopolíticos del Estado de Israel     

Por: Victor Zajdenberg

Cuando la República Islámica de Irán asegura que es “capaz de redoblar el enriquecimiento de uranio en solo 5 días” (23/8/17), los países del Medio Oriente en general y el Estado de Israel en particular deberían considerar medidas estratégicas para impedir esta posibilidad.

Si bien el ISIS (Estado Islámico) está perdiendo terreno en todos los frentes de batalla en Irak y en Siria, esos espacios los está ocupando la R.I. de Irán creando un peligroso arco geográfico que comienza en la misma Irán, atraviesa Irak, penetra en Siria y llega al Mar Mediterráneo incursionando en el Líbano por intermedio de Hezbollah, donde la mencionada organización terrorista ejerce un dominio hegemónico sobre el Ejército, el Parlamento y la población de este país que posee fronteras “calientes” con el Estado de Israel.

El Primer Ministro Netanyahu se ve en la necesidad de tener contactos permanentes, formales y no formales,  con el Presidente Putin y sus funcionarios para evitar una serie de dificultades que podrían surgir entre los intereses estratégicos de Rusia y los de Israel que, en ciertos aspectos existenciales, son opuestos entre sí: Rusia apoya plenamente al Dictador Assad de Siria, quien a su vez es un acérrimo enemigo del Estado Judío.

De igual modo Rusia y la R.I. de Irán tienen fluidos intereses comunes para desestabilizar  la presencia de Estados Unidos en el Medio Oriente (la primera diplomáticamente mientras que la segunda desembozadamente llamándola “el Gran Satán”) mas, aparentemente, no coinciden en lo que se refiere al Estado de Israel con quien Rusia mantiene relaciones cordiales mientras que Irán se ha convertido en un contrincante muy peligroso amenazando a Israel con “borrarla del mapa”, “negando la Shoá” y denominándola como “el Pequeño Satán”.

La guerra civil desatada en 2011 en Siria ha provocado que potencias como Rusia y Estados Unidos, países islámicos hegemónicos enfrentados entre sí como Irán (chiita) y Arabia Saudita (sunita), organizaciones terroristas islámicas como Al Qaeda, ISIS, Hamás y Hezbollah, poblaciones autónomas como el Kurdistán y estados independientes como Turquía,  Jordania e Israel se vean involucrados en posibles roces que pueden convertirse en choques y desafíos no solo diplomáticos. Vale recordar el incidente donde los turcos derribaron una nave militar rusa en la frontera con Siria que por casualidad se arregló con una disculpa y el derribo de un avión sirio de Assad por parte de la aviación estadounidense que desembocó en una fuerte reacción rusa defendiendo a su aliado y protegido.

Israel necesita libertad aérea para controlar los cielos de Siria y actuar, si fuera necesario, a fin de evitar el traslado de material sofisticado de guerra desde la R.I. de Irán hasta el Líbano donde Hezbollah está preparándose para una futura y probable guerra contra Israel.

Ese tema ha sido parte del “orden del día” desarrollado por Benjamín Netanyahu y Vladimir Putin en Sochi, en la costa del Mar Negro, en su sexta reunión en poco más de un año, donde Bibi también le anticipó a Vladimir que Israel no habrá de tolerar la presencia de fuerzas iraníes, ni de los paramilitares chiitas y menos a los terroristas del Hezbollah en la zona siria de los Altos del Golán y en la franja fronteriza con Jordania, espacios donde están asentados los rebeldes sirios pro occidentales que reciben ayuda humanitaria y médica por parte de Israel (3.000 heridos sirios han recibido atención médica en los hospitales israelíes).  (24/8/17).