Por: Bernardo Kliksberg
El asesino de Jo Cox (42 años) la brillante diputada laborista inglesa que luchaba en defensa de los inmigrantes, proclamo sin ninguna ambigüedad su ideología nazi. Las consignas antimigrataria del partido xenófobo UK conducido por Nigel Farage en Gran Bretaña siguen escalando, y también su popularidad.
Los desarrollos electorales recientes en Austria han sido una clara advertencia a nivel internacional. Los grupos ultranacionalistas de extrema derecha están prosperando en Europa creando con sus consignas y acciones un cuadro inquietante de intolerancia, y discriminación. En 1960 un líder que se auto declaraba neonazi y negaba el Holocausto, Haider, creó acompañado de ex nazis y nacionalistas teutónicos el llamado Partido de la Libertad, que hizo fuertes avances. La coalición de gobierno de los últimos 30 años formada por partidos centristas, trató frente a la crisis migratoria, de seguir el ejemplo de Merkel en Alemania y abrir las puertas a los inmigrantes. La ultraderecha desató una virulenta campaña xenofóbica. Su candidato Hofer ganó la primera vuelta de la elección de Presidente del país, alcanzando el 35.1% de los votos. Entre sus consignas se hallaron, cerrar las fronteras, militarizarlas, limitar los beneficios para los inmigrantes, y favorecer a los austriacos en el mercado de trabajo. El lema del partido fue “Austria primero”. Parecía casi inevitable que la ultraderecha asumiera directamente la Presidencia de un país europeo desarrollado. El primer ministro de la coalición gobernante se vio obligado a renunciar, y la misma, desarmó sus políticas de acogida a los inmigrantes. En la segunda vuelta, Hofer perdió por una ínfima distancia. Alcanzó el 48.7% de los votos. Esta ahora impugnando la elección.
No se trata solo de Austria. Detrás de la insensibilidad, y la hostilidad, con que han sido tratado muchos inmigrantes, están las fuerzas xenófobas, que demagógicamente proyectan que los inmigrantes, como las minorías, los judíos, los gitanos, y otros son los conspiradores responsables de las dificultades económicas.
En Hungría la coalición gobernante fue girando cada vez más hacia posturas de intolerancia absoluta frente a la migración. Así como Alemania y Suecia dieron ejemplo de tolerancia, Hungría fue el caso opuesto. Allí la ultraderecha se ha implantado fuertemente. El partido de extrema derecha Jobbik ganó el 20% de los votos en el 2014, convirtiéndose en el tercer partido del país. Propone, abordar los temas tabúes como “el complot judío para dominar Hungría y el mundo entero”. El viejo argumento antisemita de los nazis. Había pedido previamente que se publique una lista con todos los judíos que trabajaban en la administración pública como lo había hecho el régimen hitleriano. Asimismo propuso penas de ocho años de prisión para los homosexuales.
En Francia, el Frente Nacional creado por un nazi activo Le Pen sigue ganando posiciones. Cuando comenzó la epidemia de Ebola en Sierra Leona, Le Pen la festejó diciendo que “iba a ahorrar inmigrantes africanos”. En las elecciones regionales del 2015, más moderado pero antiinmigrante virulento fue el primer partido en la primera vuelta con el 27% de los votos.
Hoy existen partidos y organizaciones activos con similares orientaciones en muchos otros países como Grecia (Las águilas doradas), Alemania (Alternativa para Alemania 12%), Polonia, Rumania, y otros.
Los grupos de ultraderecha deben ser detenidos por todas las mujeres y hombres libres en Europa, América Latina y todo el mundo. Como lo plantea el Papa Francisco, la no solidaridad frente a la ola migratoria, y las formas de xenofobia, es una falta grave. Señala: “la falta de reacciones ante estos dramas de nuestros hermanos y hermanas es un signo de la pérdida de aquel sentido de responsabilidad por nuestros semejantes sobre el que se funda toda sociedad civil”.