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Lashón Hará La mala lengua

Por: Rav Daniel Shmuels

La Parashá de esta semana lleva el nombre de Tazria porque inicia hablando acerca de las leyes que se tienen que llevar a cabo después de dar a luz; enseguida, la Parashá nos introduce a la enfermedad sobrenatural de Tzarahat; la cual, aflige la piel y las posesiones de aquellos que hablaban Lashón Hará. Pero, ¿qué es Lashón Hará? ¿Por qué es tan grave hacer Lashón Hará hasta el punto de ser castigados con Tzarahat? Entonces, ¿hay leyes contra el Lashón Hará, cuáles son esas leyes y cómo nos afectan hoy en día si no tenemos el castigo Divino de Tzarahat?

Literalmente Lashón Hará significa la lengua mala y se puede traducir coloquialmente como "chisme" o "lengua viperina" o "hablar mal de alguien"; empero, la definición Halájica se refiere a decir verdades negativas acerca de otro judío que no son conocidas por los demás con una Kavaná inapropiada (es decir que no pretenden llevar un curso correctivo legal al respecto) cuando de quien se habla no se encuentra presente; es decir, con la simple intención de hablar mal de esa persona sin que esta se pueda defender. Acá la Halajá diferencia rotundamente dicho acto del perjurio –Motzí Shem Rah-; el cual, es la fabricación de una mentira acerca de alguien. La prohibición de Lashón Hará está basada en dos Mandamientos de la Torá: "No debéis ir de un lado a otro como un chismoso dentro de vuestro pueblo” (Lev 19:16) y "No debéis haceros mal unos a otros” (Lev 25:17). Halájicamente, ambas partes, tanto el que dice el Lashón Hará como el que lo escucha, son culpables de la transgresión y esto es lo que hace a este pecado legalmente único pues usualmente solo aquel que ejecuta el acto es culpable, pero ese no es el caso de Lashón Hará; aspecto, que en último análisis demuestra lo delicado de este abominable acto, tanto así que nuestros sabios del Talmud, en Sota 42a, nos dicen que aquellos que hablan habitualmente Lashón Hará no son tolerados en la presencia del Todopoderoso.

El asunto con Lashón Hará es un poco más complejo de lo que parece no sólo por su doble facultad de culpabilidad sino porque la Halajá cubre todos los aspectos y ramificaciones posibles de este acto. De hecho, el pecado de Lashón Hará es tan complejo que un rabino bajo el nombre de Israel Meir Kagan decidió escribir dos tratados Halájicos exclusivamente sobre este tema y sus transgresiones. Rabí Meir estableció que la Torá tiene un total de 31 Mandamientos relacionados con Lashón Hará; sin embargo, el mayor aporte de Rabi Meir a nuestra Halajá yace en la majestuosa obra titulada Jafetz Jaim, deseo de vida, cuyo título proviene del Pasuk de Tehilim 34:12-13: "Aquellos de vosotros que tengan deseo de vida (...) cuidad vuestras lenguas (...)". Esta obra se convirtió en un pilar para nuestra sagrada Halajá hasta el punto que a Rabi Meir se lo conoció a partir de ese momento como el Jafetz Jaim y es así como aún lo conocemos hoy en día. Su segunda obra lleva por nombre Shemirat Halashón, el cuidando de la lengua.

Obviamente reducir todas las leyes del Talmud, el Shuljan Aruj y el tratado del Jafetz Jaim a este respecto en unas cuantas líneas es imposible. De cualquier forma, enumeraré las principales leyes que nos pueden afectar hoy en día para tener un mayor entendimiento del compromiso que debemos tener frente a este mal que nos agobia todos los días en toda circunstancia.

-Lashón Hará significa hablar mal de alguien o un grupo de personas. Esto significa que está prohibido hablar negativamente de alguien aun cuando lo que se hable sea verdad más aún si la intención no es la de corregir un comportamiento. Todo tipo de discurso relacionado con un comportamiento semejante está absolutamente prohibido para todo judío.

-Igualmente, está absolutamente prohibido repetir cualquier cosa acerca de otra persona aun cuando no sea algo negativo. Ese acto lleva por nombre Rejilut.

-Está prohibido escuchar Lashón Hará. La Halajá establece que se debe reprender a quien emite el Lashón Hará y si ello no es posible entonces alejarse de semejante conversación.

-En el caso de escuchar el Lashón Hará está prohibido creerlo; de hecho, la Halajá determina que siempre se debe pensar bien del prójimo.

-Es obligatorio protegerse bajo toda circunstancia de escuchar Lashón Hará.

-Inclusive está prohibido hacer un movimiento que sea despectivo o derogatorio hacia otro judío.

-No se puede contar nuevamente un evento negativo sin el uso de nombres si quien escucha puede eventualmente figurar de quién se está hablando.

-En determinadas circunstancias, cuando se trata de proteger a los demás de un atropello, está permitido y de hecho es obligatorio compartir información negativa; sin embargo, esto solo se puede llevar a cabo con la autoridad rabínica local competente y no con cualquier correligionario debido a que este aspecto contiene muchas ramificaciones y detalles que son dependientes de las circunstancias.

A muy grandes rasgos, esas son las leyes que debemos tener siempre presente en nuestro día a día para no caer en Lashón Hará. Pero si hoy en día no tenemos Tzarahat para castigar a aquellos que llevan a cabo Lashón Hará; entonces, ¿cuál es el castigo? El Jafetz Jaim, basándose en la Masejta Yoma 9b del Talmud, nos relata que el segundo Templo fue destruido por todo el Lashón Hará que se llevaba a cabo en Israel; por consiguiente, siguiendo esta línea de ideas, el que aún no tengamos una redención permanente, un tercer Templo y una reunión de todos los judíos en la tierra de Israel, es una consecuencia de que aún no hemos cumplido a cabalidad este Mandamiento y por consiguiente sigue en pie el castigo. ¿Quiere esto decir que si dejamos de hablar Lashón Hará el Moshiaj HaMelej llegará? Como todos los hijos de Israel, solo podemos esperar por su llegada todos los días de nuestras vidas.

Queda una pregunta pendiente; a saber, la Halajá establece que siempre se debe pensar positivamente de otro judío; sin embargo, la Halajá misma establece leyes de Merat Ayin, leyes que son establecidas para la apariencia del ojo, leyes que nos prohiben llevar a cabo actos porque debido a la apariencia del ojo parecería que estuviésemos llevando a cabo un acto inapropiado y los demás podrían pensar que estas infringiendo la sagrada Halajá. Entonces, ¿no estarían esos judíos pensando negativamente de otro judío (lo cual está prohibido)? ¿No estarían esos judíos llevando a cabo un pecado? Precisamente ese es el punto de la Halajá, evitar a toda costa que se caiga en ese pecado, evitar toda posibilidad que en un judío pueda surgir una posibilidad de tal acto. Ahora bien, ¿qué tanto estamos cumpliendo al pie de la letra estas leyes para no ser un Baalei Lashón Hará?