Por: Victor Zajdenberg
Recién ahora, 70 años después de terminada la 2ª. Guerra Mundial con la matanza de 50 millones de hombres, mujeres y niños, entre ellos 6 millones de judíos, estoy comenzando a comprender la naturaleza perversa de las legiones de seres humanos, no solo la de los asesinos del mal absoluto sino también la de aquellos, dirigentes y ciudadanos, que se mantienen indiferentes y apáticos ante las tragedias que se están desarrollando delante de nuestros ojos.
Casi 400.000 muertos en Siria e Irak (según el Observatorio sirio con sede en Londres), centenares de miles de heridos y a punto de morir por inanición y 10 millones de desplazados y refugiados, internos y externos, todo ello sucediendo desde hace 5 años, no ha encontrado todavía un eco de racionalidad, solidaridad y vergüenza entre las grandes potencias y en las Naciones Unidas para la solución de este drama humano.
Y este es el presente, porque para el futuro ya se ha encargado el Sr. Obama de elaborar, consolidar y llevar a cabo una doctrina frívola y voluble para con todos los enemigos de las Democracias Republicanas y Liberales; me refiero a la Cuba castrista-comunista en América y a la así llamada República Islámica y Teocrática de Irán en el Medio Oriente, ambas colmadas con los bellacos y villanos de la historia contemporánea, Cuba desde 1959 e Irán desde 1979.
Pocos, muy pocos, se han indignado por el levantamiento de las sanciones impuestas a Irán, debido al desarrollo de su agresivo programa nuclear, lo que le habrá de permitir al país de los Ayatolas recibir 100 mil millones de dólares y mantener simultáneamente un stand by por diez años de todas sus capacidades misilísticas y atómicas obtenidas hasta la fecha.
A cambio de estas nimiedades Irán liberó a varios ciudadanos norteamericanos detenidos sin fundamento alguno, solo por sacar fotos, y en especial al periodista del The Washington Post, Jason Rezaian, quien durante 18 meses fue maltratado y torturado en las denigrantes prisiones iraníes, donde todavía siguen encerrados miles de intelectuales, artistas, periodistas, maestros, críticos y opositores de este régimen absolutista y fanático.
El desarrollo del sendero necesario para que el plutonio sea utilizado en la fabricación de la bomba atómica quedó momentáneamente suspendido, pero nadie puede asegurar que Irán cumpla con el Tratado y en el momento que le sea conveniente, como ya lo ha hecho en el pasado, en menos de un año pueda acceder a su construcción ya que le han dejado intactas todas sus instalaciones y encriptados la totalidad de sus conocimientos.
Pues, ¿Quién puede tener confianza en este Régimen fundamentalista que ni siquiera pretende restablecer las Relaciones Diplomáticas con el país (USA) que le coloca una alfombra roja gratuita y al que todavía sus dirigentes y las masas incultas que controlan siguen llamando “el gran Satán”, a pesar de ser aparentes socios en la lucha contra el Estado Islámico (ISIS)?
Marco Rubio, candidato republicano a la presidencia de los EE.UU, afirma que Obama “le ha puesto precio a la cabeza de todos los norteamericanos que están en el extranjero en lugar de aplicar a Irán sanciones incapacitantes”.
El Premier Benjamín Netanyahu manifestó que “si no hubiera sido por las advertencias y las sanciones promovidas por Israel, Irán hace tiempo ya hubiera tenido armas nucleares”. “Irán no ha renunciado a sus ambiciones de tener armas nucleares”.
Roger Cohen, columnista del The New York Times, le responde a Netanyahu escribiendo en La Nación (19/1/2016): “Tal vez sí, tal vez no. En el bazar iraní todos podemos especular y no hay nada más barato que un pontificador de Irán”. “Rubio y Netanyahu creen que Irán usará esa riqueza en ciernes para lo peor. Eso no puede ser descartado. Estados Unidos e Irán siguen enfrentados en la mayoría de los frentes, desde Siria hasta Israel”.
Este ambivalente análisis de Roger Cohen podría ser corregido demostrando que la partida geopolítica elegida por Obama coloca a todos los aliados de los EE.UU., Arabia Saudita, los países del Golfo, Egipto, Jordania e Israel, en un latente estado de peligro, dejando sin resolver la amenaza que representa un Irán que detente hegemónicamente el control de todo el Medio Oriente con Irak (chiitas), Siria (Assad) y Líbano (Hezballah) utilizadas como lanzaderas de futuras aventuras nucleares de dominio regional con proyecciones inimaginables.
Es la “herencia” que dejará Obama al próximo Presidente que asuma el 20 de Enero de 2017.