Por: Elías Fasja Tawil
Una extraña mezcla de impotencia y al mismo tiempo orgullo de pertenecer a este pueblo y a este País.
Porque cuando uno no sabe por dónde lo van a atacar, porque cuando uno sale a la calle o espera a que regresen sus hijos de ella, porque cuando la persona que quizá se encuentra a unos metros de ti de forma espontánea puede sacar un cuchillo y herirte, entonces es cuando se siente que en nadie se puede confiar mas que en D´s. Es una sensación de completa incertidumbre e impotencia en medio de una guerra, porque esto que se está viviendo en Israel, no nos engañemos, es una nueva guerra. Es lo que se dio en llamar una tercera intifada pero esta vez con cuchillos en vez de piedras.
La gente está tensa, nerviosa, sale a la calle solo cuando tiene que hacerlo pero volteando a la derecha y a la izquierda, de frente y atrás. Las estaciones de autobuses se ven más vacías que lo normal. En algunas ciudades de Israel están tomando medidas para despedir a empleados árabes. En los hoteles también pues según afirman, muchos turistas han cancelado por miedo al personal árabe. En fin, verdaderamente estos desalmados terroristas (acaban de anunciar que los niños también son blancos genuinos) creen que están logrando su cometido…crear pánico a la nación.
Pero no lo van a conseguir. Israel es fuerte, la población de esta tierra está consiente que esta situación de temor llevara solo unos días y luego la normalidad. Porque no nos van a vencer. Estamos aquí para quedarnos. Esta es nuestra tierra y somos mucho más fuerte de lo que cualquiera puede imaginar, tanto física como espiritualmente. No nos van a vencer y esto todos lo sabemos aunque ahora nos sintamos indefensos e impotentes. Cuentan que el Rey Salomón pidió que le trajeran “algo” que hiciera que los contentos se pongan tristes y que al mismo tiempo los que están tristes se pongan contentos. Buscaron por todos lados hasta que encontraron una cita talmúdica que dice: Ze Gam Yaavor (esto también va a pasar). Así, estamos seguros, con estos momentos que se están viviendo en Israel.
Cada cuchillada, cada piedra, cada acto brutal de terrorismo nos afianza más. Nos dice, no nos van a vencer.
Quizá esto, querida Raquel, conteste tu pregunta sobre cómo me siento aquí en Israel en estos momentos...
Y es que este tipo de terrorismo es, aunque no nuevo, sí un novedoso medio que están utilizando estos asesinos y a mi corto entender es muy poco lo que de forma efectiva se puede hacer contra él. Y es que esto, además, pinta muy bien, nuevamente, ante los medios de comunicación ya que son “los pobres palestinos” con cuchillos y desarmadores contra los tanques y las metralletas. Esto es lo que están vendiendo al mundo y el mundo…se lo cree.
Todavía no sabemos cómo va a acabar este presente que estamos viviendo cuando se convierta en pasado. Pero como una persona de fe y que no tiene vergüenza de decirlo, creo que si bien hemos estando viviendo estos últimos años el proceso de la venida del Mashiaj, esto que está pasando parece ser, por lo complicado que se ve, que es ya el parto del Masiah. De verdad los fuertes dolores del parto. Y el Mashiaj, recordemos, es la descendencia del Rey David quien al final de cuentas de pastor se convirtió en un guerrero que aunque también poeta, sensible y espiritual, dio la grandeza a Israel. El mashiaj es un hombre que va a venir a poner orden en este mundo tan complejo. En un mundo donde vemos acercare cada vez más las profecías como la de la guerra llamada de Gog uMagog pues Europa, cometiendo el error mas dramático de los últimos años permitió la entrada de los musulmanes quienes hoy día, digámoslo claro, prácticamente se han apoderado de Europa. La tensión entre el cristianismo y los musulmanes es tan álgida que se contempla que una gran guerra se avecina entre estas dos religiones.
No sabemos nada. No sabemos ni qué pasa ni como terminara esta situación que se está viviendo en el mundo y específicamente en Israel. Lo único que sabemos es que en estos críticos momentos es cuando debemos de afianzar nuestra fe y rezar con más fervor pidiendo al Todopoderoso que no nos ponga a prueba.
Somos los protagonistas de la historia de unos tiempos nuevos. Tenemos el privilegio de serlo aunque como está escrito en la Guemara: “pobre de aquel que viva en el tiempo de la llegada del Mashiaj y pobre de aquel que no este, dado que el que no este no vera los grandes milagros que se sucederán y el que este tiene el riesgo de verse afectado de las cosas que sucederán...