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Foro Global contra el Antisemitismo

Por: Marcos Peckel

Especial para Hashavua

Estuvimos en días pasados con el Doctor Jaime Rosental participando en  Jerusalem en  la 5ª  sesión del Foro Global de Lucha contra el Antisemitismo organizado por el ministerio  de relaciones exteriores de Israel. En el foro se habló de todo, pero quiero rescatar el tema que a mi entender es el más complejo y presenta el principal desafío:   Cómo relacionar Israel con el antisemitismo. 

Nadie pone en duda que existen críticas válidas y legítimas a Israel y a sus gobiernos pero ¿cuándo esas críticas se convierten en antisemitismo?  y como convencer al público no judío que lo son. 

La definición de trabajo de antisemitismo de la Unión Europea   de 2005 establece como antisemitismo en lo referente al Estado de Israel lo siguiente:

Negar el  derecho de pueblo judío a su autodeterminación.

Juzgar a Israel con criterios diferentes a los que se usan para juzgar a otros países (doble moral).

Acusar a Israel de incurrir en las mismas prácticas que los nazis.

Usar simbología del antisemitismo clásico para acusar a Israel.

Responsabilizar colectivamente a los judíos por hechos cometidos por el estado de Israel.

Acusar a los judíos de doble lealtad.

La anterior definición ha sido entretanto  eliminada de la página oficial de la Unión Europea  (EUMC) por las controversias que ha causado  la inclusión de Israel en la definición de antisemitismo.  Lo que para la gran mayoría de los  judíos es claramente antisemitismo,  no necesariamente es entendido así por gobiernos, organizaciones internacionales y ONGs.

En lo que es una  amplia zona  gris para muchos aparecen  entre otros las siguientes inquietudes:

¿Las acusaciones a Israel de ser un Estado Apartheid son antisemitismo?

¿La campaña de BDS (boicot y sanciones a Israel) es antisemitismo?

¿El llamado antisionismo es antisemitismo?

La  pasada  operación “Margen Protector” en Gaza demostró los  cada vez más fuertes vasos comunicantes entre lo que ocurre en Israel y ataques a las comunidades judías en todo el mundo.   Por consiguiente el Gran Desafío radica en  ligar el antisemitismo clásico con el llamado “nuevo antisemitismo”  que incluye la negación del Holocausto y la deslegitimación de Israel.   Una titánica labor que no da espera.