Imprímeme

Sobre la “Adopción por parte de parejas homosexuales”

Por: Alter B. Himelfarb W.

Normalmente, al escribir, trato de hacerlo bajo un esquema que me debe identificar como “judío”. Y repito mi “slogan”, de que un judío debe pensar las 24 horas como judío.

Cuando leo u oigo que tales o cuales países aprobaron la decisión que es el tema que nos ocupa, digamos que tengo cierto desacuerdo, pero me digo: Ellos no tienen la Torah o Pentateuco. Sus Senadores o sus Cortes de Justicia, etc…no tienen la autoridad para cambiar una decisión Divina. Pero –repito-, no tienen la Torah, de manera que no tienen limitaciones y pueden aprobar lo que quieran y como quieran.

Que en ésos países haya una separación entre “Iglesia y Estado”, es un problema de ésos países, Nosotros como judíos, obviamente, pensamos de diferente manera.  No puede ser una enseñanza válida, que “Legisladores, Jueces y otros funcionarios dejen  la fe, para el ámbito privado y que la vida civil sea regida independientemente de la fe. Una especie de “doble pesa”, que si los no judíos la aceptan,  ésa es su decisión. A todo lo largo de la Torah,  se habla de que el pueblo judío busque sus jueces, que los jueces son como ángeles y además, que permanentemente hay una simbiosis, espíritu-acción, donde es inconcebible que “Estado y Espiritualidad” estén separados.  En la Torah, no existe ese criterio.  En la Torah no existe aquello de “dar a Dios lo que es de Dios y al César lo que es de César.

Ahora bien, la adopción en sí, cuando una pareja (heterosexual) adopta un niño, ello es algo muy “meritorio y loable”.

A la pregunta de si una pareja homosexual tendría o no el derecho de adoptar, la Torah cita 2 veces en el Levítico (Cap. 18, v. 22 y Cap.20, v.13) y 1 vez en Deuteronomio (Cap. 23, final del v. 18) que las RELACIONES homosexuales están prohibidas. Y si están prohibidas, entonces no hay forma de que exista una “relación homosexual”.  No puede haber el “tal” matrimonio homosexual y por lo tanto –se desprende- menos pensar en adopción.

Ha habido situaciones muy especiales, en las cuales, personas y no parejas, han hecho adopciones. Ejemplos: Una mujer soltera por algunas circunstancias adopta a su sobrino/a, porque los padres de la criatura fallecieron -Ej.: Ella es la tía de su huérfano/a sobrino/a-, podemos colegir que la Sra., lleva una vida heterosexual y se mueve en ése medio. Sus padres, los abuelos de la criatura,  pero de todas maneras, no en un ambiente  “homo”. Igualmente, una abuela, viuda, podría hacerse cargo de un nieto.  Los padres de la criatura fallecieron y la abuela, –viuda-, se hace cargo de la criatura.

De manera que el hecho de que la mujer soltera o la abuela viuda, no forme parte en un determinado instante de ser “pareja”, no implica que al no existir relación “heterosexual”, ello homologue a los homosexuales para adoptar.

Es sesgar demasiado la idea, de que personas que mantenían un statu-quo heterosexual y tienen la falencia del cónyuge, puedan compararse o equivaler  a una pareja homosexual.

Otra figura que “esgrimen los torcedores  de opinión”, de amañar los argumentos de una forma cínica, es la de comparar a un matrimonio heterosexual con problemas, a una relación dispareja de cordiales homosexuales. ¿Qué tal si lo presentamos de ésta manera: ¿Dónde viviría mejor un niño: Con sus padres, (Él y Ella), que hacen una feliz pareja u otro con sus “padres” o “madres” adoptivos homosexuales o lesbianas,  que se la pasan todo el día “agarrados de las mechas” y hay violencia verbal doméstica o de género?  Es una paupérrima comparación saturada de desfachatez.

De manera que cuando los líderes, de ésos tales o cuales países, por causa de un “torcido derecho”, aprueban que una dispareja homosexual, adopte niños, están llevando a la humanidad a una verdadera tragedia y catástrofe.

Para esa criatura, no va a existir el ejemplo paterno (viril) ni el materno (femenino). El equilibrio antropológico: Hombre y Mujer, Padre y Madre, Pene y Vagina, Pecho y Busto, desparecerían de su entorno.  El comportamiento TÍPICO de los 2 sexos: El y Ella, queda transfigurado en un comportamiento Atípico: Él y Él o Ella y Ella.

Tan sólo hagamos el ejercicio de especular, de qué manera un niño o niña se levantaría en ésas condiciones. ¿Permitirían por ejemplo, los padres de sus compañeros de clase, visitar la casa de su amiguito, cuyos padres son homosexuales o Lesbianas?.   ¿Nos agradaría que nuestros hijos vieran a los padres Homosexuales o Lesbianas de éstos niños,  cuán cariñosos son entre ellos dos, como ocurre en cualquier caso normal?  ¿Desearíamos que nuestros hijos, de vuelta a casa, nos cuenten como la “madre” y el padre” de éste amiguito, -“ellos” o “ellas”, fueron cariñosos con nuestro hijo? Cuando estemos invitados al Brith Milá de ésta criatura y digamos MAZAL TOV, nos agradaría que se nos respondiera, “Meshen ba-di’er” o “Gam Lajem”.

Nadie está exento de que circunstancias de la vida, lo acerque a una situación como ésa. Es un estado que nadie desearía.  Dios no está contra el Homosexual. Él sabe que existe desde los tiempos de Sodoma y Gomorra. Dios está, es, en contra de la relación homosexual.

Y si los “padres” son bisexuales o Transexuales o cualesquier otra combinación, ¿Podrían ellos formar una verdadera y normal familia? ¿Querrían éstos padres Homosexuales o Lesbianas, que sus hijos adoptados fuesen también Homosexuales o Lesbianas o Transexuales a las edades que normalmente los niños comienzan a sentir su sexualidad?

Los colegios, en sus clases de “Educación Sexual”, deberían entonces explicar a los jóvenes, además de cómo es que funciona la sexualidad “hetero”, es decir, de ¿cómo fue que llegaron a éste mundo, explicarles también cómo es que funciona la sexualidad homosexual y la lesbiana?  Es decir, de cómo es que estas parejas “hacen el amor”.

¿El trípode de “padre”, “madre” e hijos, ambos varones (homosexuales) o ambas mujeres (lesbianas),  podría ser considerado como algo normal y natural en el desarrollo de sus personalidades?

¡Amanecerá y veremos, como dijo el ciego!