Por: Yaacov Amar Rothstein
Recién comenzando el siglo XX, el artista judío Boris Schatz propuso crear la primera escuela de arte en Eretz Israel. Muchos de los líderes sionistas se opusieron a su idea. Opinaban que los judíos por el momento no se podían dar el lujo de ponerse a “perder el tiempo” en actividades de tan poca importancia como el arte. Había “prioridades” como absorber nuevos inmigrantes judíos en Erez Israel, mejorar la seguridad, secar pantanos, detener la malaria, reunir fondos, construir pueblos, trabajar la tierra, etc. ¿Pero ponerse a dedicarle a una escuela de arte en esos momentos?
A pesar de la ráfaga de críticas y desacuerdos a la iniciativa de Schatz, se levantó el Rav Abraham Itzhak Kook -el primer Gran Rabino de Israel- y escribió una carta en donde expresaba su apoyo a la creación de esta escuela de arte. El Rav Kook concluyó que las intenciones de Schatz serían decisivas para Israel. Para el Rav Kook, la idea de fundar una escuela de arte revelaba que la faceta cultural-nacional del espíritu judío, la cual estuvo extinta por dos mil años, estaba por fin renaciendo.
Hay ciertas actividades en el judaísmo que para nosotros es obvio que son Mitzvá. Rezar: obviamente es Mitzvá. Estudiar Tora: indiscutiblemente es Mitzvá. Comer Kosher: eventualmente Mitzvá. Servir en el ejército: también es Mitzvá (y de las más grandes). Ayudar al prójimo: sin duda alguna es Mitzvá... ¿Y qué hay con crear arte? ¿O cultura?
Lo cierto es que prácticamente no hay fuentes Halajicas que nos digan que hay Mitzvá de hacer (o santificar el) arte.
No obstante, el Rav Kook deja claro que en el arte que Boris Schatz quería instituir se escondía algo aún más trascendental. El arte es una manifestación de sentimientos, de ideas, incluso del alma. Por eso es que esta idea de Schatz (a pesar de no ser una mitzva formal) era la muestra de que este flamante movimiento llamado Sionismo no era un simple evento político pasajero en la historia, sino que el Sionismo estaba reflejando un auténtico renacer nacional del milenario pueblo judío.
Es decir, si el Sionismo hubiera sido un mero intento por crear otro Estado más en el mundo sin trasfondo cultural alguno, entonces este movimiento hubiera sido simplemente un proyecto político técnico y nada más. Pero en el momento en que junto al Sionismo también revive la cultura, es señal de que este movimiento va más allá de lo político; señal de que entre las cenizas hay una chispa con ansias de avivar e iluminar de nuevo.
Fue finalmente en 1906 cuando Boris Schatz funda La Escuela de Artes Betzalel. La hoy internacionalmente aclamada Academia de Artes lleva su nombre por el personaje bíblico Betzalel ben Uri, quien fue el artista encargado de la planeación, el diseño y la construcción del Tabernáculo (Shemot 38:22).
[Para que se den una idea de la genialidad de los jóvenes que estudian en la Academia Betzalel, les dejo un video musical del grupo británico Coldplay al final de este texto. El video fue diseñado por algunos de estos talentosos alumnos israelíes y (sin exagerar) es uno de los mejores videos que he visto en toda mi vida. Cabe recalcar que en los Video Music Awards 2016 este video fue premiado por Mejores Efectos Especiales.]
Rav Kook, que incentivó a Boris Schatz a crear la Academia de Artes Betzalel, también hizo énfasis en que cada artista debe perfeccionar su ética individual antes de proceder con su arte. Siendo que el arte manifiesta lo que el artista lleva adentro, lo ideal sería que eso que lleva adentro sea algo positivo.
Finalmente, a los varios artistas que sé que hay en nuestra comunidad porque he visto/leído/escuchado algunas de sus obras, quiero decirles: Sigan proyectando luz al mundo por medio de sus trabajos del mismo modo en el que sé que se esfuerzan por crecer como personas, Hazak Veematz.
Beezrat Hashem, que cada uno de nosotros logremos perfeccionarnos éticamente y así enfocar nuestras ideas, pensamientos, sentimientos e imaginación para finalmente plasmarlos con actos positivos en este mundo, amen.
וְעָשָׂה בְצַלְאֵל וְאָהֳלִיאָב וְכֹל אִישׁ חֲכַם לֵב אֲשֶׁר נָתַן ד׳ חָכְמָה וּתְבוּנָה בָּהֵמָּה לָדַעַת לַעֲשֹׂת אֶת כָּל מְלֶאכֶת עֲבֹדַת הַקֹּדֶשׁ לְכֹל אֲשֶׁר צִוָּה ד׳