Imprímeme

“Israel ha sido aniquilado y no tiene más semilla”

Por: Jack Goldstein

A menudo, muy a menudo, acudimos a la Biblia como prueba histórica de nuestra historia. Pero en realidad, pocas son las evidencias de nuestro pasado milenario. De cuando en vez se encuentran unos sellos en hebreo antiguo que datan del siglo VII AEC, a lo sumo. Nada de Moisés, nada de David o Salomón, nada de los profetas. Hay evidencias de aquellos que mencionamos en nuestros textos, nuestros enemigos, nuestros conquistadores, a veces bajo otros nombres (como en la historia de Purim), pero no de nosotros.

Acá les comparto fotos una de las piezas más relevantes que sí existe, la estela de Amenophis III donde recuenta todo lo que hizo en el templo de Amón. Corresponde a las dinastías XVII a XIX, en Tebas, época de los Ixos, pueblo que tienden los expertos a relacionar con nosotros. En la parte inferior, Menefta, hijo de Ramses II (el probable faraón de la leyenda de Pesaj) se vanagloria de sus victorias sobre los libios, sobre Askelon, Gezer y Yenoam.  Al final, la única mención en textos egipcios sobre nuestra existencia (capaz, porque a menudo la historia la escriben los victoriosos – salvo en nuestro caso-) dice que “Israel ha sido aniquilado y no tiene más semilla”. Se encuentra hoy en el Museo de El Cairo y es de las pocas piezas que genuinamente están protegidas por una lámina plástica para evitar que las manos de los curiosos la estropeen.

¡Saludos a la exquisita dulzura de la venganza! Acá seguimos para relatar nuestra historia. A los faraones toca visitarlos en el museo.