Por: Bernardo Kliksberg
Se cumplen 73 años desde que terminó la Segunda Guerra Mundial, y la humanidad se vio confrontada con uno de los horrores morales mayores de su historia. Comenzó a descubrir que el discurso nazi había sido acompañado por acciones reales. La idea de la raza superior, que tenía el derecho y el deber de suprimir a los pueblos inferiores había sido ejecutada más allá aun de la finalización de la guerra. Después de que los aliados habían derrotado a los ejércitos alemanes, Eichman siguió deportando más de 400.000 judíos húngaros en el mecanismo logístico infernal de transporte a los campos de muerte que ideó cuidadosamente. En pocas horas eran genocidados. No obedeció siquiera los telegramas de sus superiores ordenándole parar sus operaciones dado que habían perdido la guerra.
Hoy, el Holocausto, el exterminio sistemático de 6 millones de judíos, entre ellos un millón y medio de niños, y junto a ellos, más de un millón de gitanos, de discapacitados, de homosexuales, es uno de los temas principales de los historiadores. ¿Cómo pudo suceder ante la indiferencia de la inmensa mayoría del género humano, y el colaboracionismo activo de algunas de las naciones ocupadas?-
Pero no son solo las preguntas inquietantes las que alarman. Una sobreviviente francesa que escapó cuando niña a Auschwitz, ha sido asesinada hace pocos días en Paris, cruelmente a puñaladas, por dos jóvenes antisemitas. En la India una editorial publicó un libro para niños con ¨héroes mundiales que según dice “dedicaron su vida al mejoramiento de sus países y de sus pueblos”. Pargamont Publisher los llama “héroes inspiradores”. Incluye entre ellos a Ghandi, Nelson Mandela, el actual primer Ministro de la India Narendra Modi, Aung Sang la líder de Mymar, a quien el Museo del Holocausto de Washington en actitud ejemplar termina de retirar la distinción que una vez le otorgó, a causa del rol nefasto que está cumpliendo en la matanza de la minoría Roshinga. Entre los héroes del libro, figura sin ambages nada menos que Adolf Hitler. La editorial contestó a las condenas diciendo que incluyó a Hitler “por sus habilidades de liderazgo y porque sus discursos inflamaron a las masas, queríamos mostrar qué líder poderoso fue”. La editorial siguió con la difusión del libro y lo presentó en una feria internacional.
En Polonia la idea de reescribir la historia ha alcanzado un clímax con la Ley al revés de su Parlamento. En lugar de penar a quienes colaboraron o prestaron ayuda al genocidio que se realizó en su tierra durante la ocupación nazi, o a quienes victimaron a los judíos que lograron volver a sus aldeas, hace todo lo contrario. Condena a la cárcel a quienes denuncien hechos de ese tipo. Si estuviera viva la célebre actriz polaca Ida Kaminzka, que hizo una excepcional película sobre la arianización de los bienes judíos, uno de los móviles del colaboracionismo, estaría en la lista de los que debieran ser juzgados.
En Francia, uno de los principales negadores del Holocausto, Jean Marie Le Pen, el fundador del Frente Nacional, termina de publicar un libro de Memorias, “Hijo de su pueblo” reiterando sus patrañas antisemitas, y su odio a los inmigrantes africanos. Cuando estalló la epidemia de Ebola en años recientes en Africa, Le pen manifestó su entusiasmo. Dijo que estaba eliminando futuros candidatos a inmigrantes. El libro de Le Pen que glorifica al Mariscal Petain el gran cómplice nazi, alcanzó el liderato de la lista de ventas de Amazon. Vendió íntegramente su edición de 50.000 ejemplares.
Montados en la xenofobia, el odio a los inmigrantes, y a las minorías, nuevos grupos neonazis proliferan en toda Europa, y avanzan electoralmente.
Actualmente, no es solo un problema de memoria sobre lo sucedido, y las preguntas inconclusas. Se trata de enfrentar y denunciar las nuevas formas de odio, discriminación, y antisemitismo. Hay que impedirles que cometan crímenes y delitos, y al mismo tiempo frenar sus intentos de reescribir la historia. Entre otros caminos debe apoyarse vigorosamente la implantación de la educación sobre que fue el Holocausto, a las generaciones jóvenes en las aulas, y a través de la gran labor de los Museos del Holocausto, y ensenar cómo los nazis aniquilaron a una niña de 15 años Anna Frank, pero no pudieron con su legado. Su diario ha sido traducido ya a 67 idiomas, llamando al género humano a reflexionar y actuar en defensa de los derechos humanos de todos.
*Doctor Honoris Causa de la Universidad Hebrea de Jerusalem. Asesor internacional.