Por: Moshe Govrin
Alfei Menashé, Abril 18 de 2017El viernes 14 de abril, Viernes Santo, al mediodía, mientras viajaba luego de trabajar como lo hacía habitualmente y en forma voluntaria en las tareas arqueológicas de Jerusalem, Hannah Bladon, 21 años, fue acuchillada varias oportunidades por un “desequilibrado” palestino residente en la parte oriental de la ciudad.
Su asesino, Jamil Tamimi, 57 años, se dirigía desde un hospital psiquiátrico en el norte de Israel camino a su hogar en Ras al Amud, donde había intentado suicidarse tragando una cuchilla de afeitar. Había sido echado del hospital por agredir a otra persona. Al llegar a Jerusalem telefoneó a su casa y habló con uno de sus hijos, quien le dijo que su familia no quería tener ningún contacto con él, en parte porque había sido condenado anteriormente por abuso sexual sobre su hija. En 2011…
El tren ligero o tranvía estaba atiborrado de pasajeros y turistas al coincidir este año la celebración de Pesaj (la pascua judía) con la Semana Santa de los cristianos, tanto para católicos como para ortodoxos, cerca de las murallas de la Ciudad Vieja.
En esos mismos momentos se estaba desarrollando en la Vía Dolorosa el tradicional viacrucis del Viernes Santo. El tren ligero compartido a diario por judíos y palestinos se tiñó de sangre… sangre inocente como siempre.
Hannah Bladon, estudiante de la Universidad de Birmingham cursaba un semestre de intercambio en la Universidad Hebrea de Jerusalén. El atacante que vive en Ras el Amud había subido al tranvía en la parada de la Puerta de Damasco, sobre la misma Línea Verde que separaba Jerusalén hasta la guerra de 1967. Se trata de uno de los principales accesos al recinto histórico y el más utilizados por los musulmanes para acudir al rezo del viernes en la mezquita de Al Aqsa, en el cruce de lo que se supone debe ser el centro de la tolerancia religiosa…
La prensa Israeli recogiendo relato de testigos publicó que el agresor palestino apuñaló a la joven británica repetidas veces en el pecho con un gran cuchillo de cocina que llevaba en una mochila antes de ser reducido por una policía fuera de servicio que viajaba también en el mismo medio de transporte público con sus dos hijas. Una mujer de 30 años embarazada y un hombre de 50 años sufrieron heridas leves a consecuencia del ataque.
Desde el 1 de abril pasado no se habían registrado ataques palestinos en Jerusalem. En lo que va de la llamada “Infitada de los cuchillos” y a partir de octubre de 2015 han muerto en acciones violentas –acuchillados o arrollados por un vehículo, y en unos pocos casos por disparos de armas de fuego– 41 israelíes y 6 extranjeros. La violencia también se ha cobrado la vida de 260 palestinos, 162 de los cuales fueron abatidos por las fuerzas de seguridad israelíes. El gobierno decidió blindar la ciudad para facilitar el libre acceso de los 200,000 visitantes esperados. Otorgó 15,000 permisos especiales durante la Semana Santa de entrada a Jerusalem desde Judea y Samaria y a unos 500 desde Gaza.
Hannah se sentía muy segura y así lo había comentado a sus padres y amigos en varias oportunidades. En enero en respuesta a algunas de las preocupaciones por su seguridad en medio de la ola continua de ataques terroristas que habían disminuido en gran medida desde que comenzó en octubre de 2015, escribió en un mensaje de Facebook que ella estaba bien. “Gracias chicos. Estoy bien ¡gracias!”, escribió. “La seguridad es realmente fuerte en el campus, por lo que no hay preocupaciones por el momento! Me las arreglé para ver un montón de sitios antes de iniciar mis clases hoy, así que definitivamente la paso genial!”. El comentario acompañado de una imagen de la Cúpula de la Roca en el Monte del Templo en la capital de Israel, Jerusalem.
Y fue asesinada en el tranvía de Jerusalén muy cerca de los Lugares Santos que tanto le fascinaban.
Comenzó sus estudios en enero en la Universidad Hebrea y debía terminar su programa en septiembre. Había tomado cursos de estudios bíblicos, arqueología y religión en la Escuela Internacional Rothberg de la institución. Había estudiado religión en la Universidad de Birmingham. Hannah vino a Jerusalén a estudiar y fue asesinada.
Los responsables policiales calificaron al atacante como un "perturbado mental grave". El primer ministro israelí Netanyahu, dijo que Jerusalem estaba siendo víctima del "terrorismo islámico extremista", al igual que otras ciudades, y aseguró que los servicios de seguridad habían frustrado "varios intentos de atentado en los últimos días". El presidente de Israel, Reuven Rivlin, condenó el asesinato y prometió: "El terror nunca podrá ganarnos ni destruir nuestras vidas".
Hannah sucumbió a raíz de las numerosas heridas que le perpetró el agresor palestino con un cuchillo de cocina. Un policía que estaba fuera de servicio, apretó el freno de emergencia del tren y se trabó en lucha con el terrorista antes de que pudiera herir a otras personas. Dos personas sufrieron heridas leves cuando el tren se detuvo en forma brusca. Los médicos del Magen David Adom le aplicaron a Hannah resucitación cardiovascular en la escena y la trasladaron al Hospital Hadassah Monte Scopus (Har Hatzofim). Arribó en estado de coma; pero los médicos no lograron estabilizarla y falleció poco después.
Tras apuñalarla Tamimi fue reducido sin un disparo por el oficial que vestía de civil. “Estaba viajando en el tren ligero con mi familia. De repente escuché gritos, ‘¡Ataque terrorista! ¡Ataque terrorista!’. Apreté el freno de mano de emergencias, y corrí hacia la escena. Derribé al terrorista para que no pudiera seguir hiriendo a la gente inocente”, detalló el oficial.
Hannah asesinada a puñaladas en el tren ligero de Jerusalén estaba parada junto a la puerta de salida del vagón cerca del palestino asesino, porque le había dado su asiento a una mujer que llevaba un bebé en brazos.
Jamil Tamimi le dijo a sus interrogadores que atacó a la joven porque quería morir y que esperaba que el soldado que estaba parado cerca de ella en el tren le disparara y lo matara, describiendo así el ataque como un intento de suicidio. Tamimi le dijo a los investigadores que “sintió que no tenía nada que perder” compró el cuchillo de cocina en la Ciudad Vieja, abordó el tren ligero y decidió apuñalar a la joven que estaba parada cerca. “La ataqué para que el soldado me disparara”, agregó Tamimi.
Un tribunal de Jerusalén lo envió a Tamimi a una revisión psiquiátrica y ordenó prolongar su arresto. "No es la primera vez que un palestino decide cometer un acto terrorista para librarse de sus graves problemas mentales y personales", comunicó el servicio secreto interno.
En muchos casos de los atacantes palestinos abatidos o detenidos por efectivos de seguridad o civiles israelíes durante sus ataques, existe un factor relacionado con problemas personales o familiares. ¡Pero siempre buscan matar judíos! Al hacerlo así solucionan sus problemas económicos y los de su familia ya que las autoridades palestinas les pasan una mensualidad por vida.
La familia de Bladon en Gran Bretaña manifestó en un comunicado emitido al día siguiente que “está devastada por su muerte en un ataque trágico y sin sentido”. En el comunicado sus padres escribieron: “Era la hija más sensible, caritativa y gentil que podríamos haber deseado tener”. El comunicado señaló que Hannah era “una estudiante talentosa”, una “jugadora de rugby entusiasta” y “una gran partidaria del Derby County… Ella era decidida y humana. Su muerte deja tanta promesa incumplida”.
La Universidad Hebrea envió sus condolencias a la familia, diciendo en un comunicado que “condena estos actos de terrorismo que perjudican a personas inocentes, y en especial a una estudiante que vino a Jerusalem para estudiar y ampliar sus horizontes académicos”.
Ira Kirschner, Director de la Rothberg School’s Office de Student Life, dijo al Canal 10 Israeli de noticias que “Hannah era muy educada y que daba la impresión de que era tímida, cuando llegó por primera vez a la universidad. Pero no era así. Ella era aventurera y había venido aquí para tener experiencias, conocer gente, y para conocer la historia de Israel”.
El club de futbol Derby County celebró ayer un minuto de silencio antes de comenzar el partido de cuyo quipo era una ferviente aficionada. Todo el público lo respetó y al finalizar, los miles de espectadores de ambos equipos aplaudieron largamente.
El asesino de Hannah, como las decenas de asesinos terroristas que llevaron a cabo sus ataques en las estaciones del tren ligero de Jerusalem en dos años tienen dos objetivos: dañar a los judíos y perturbar el tejido de la convivencia y la normalidad en la capital. El tren ligero es la prueba de fuego para la frágil convivencia que resiste en la ciudad. Sirve a cientos de miles de judíos y árabes. Además de representar el microcosmo de los conflictos y luchas por la ciudad también une todo lo que se mantiene cuerdo en Jerusalem que lo hay y mucho.
Hannah, que no conocía a su asesino, fue parte de esa normalidad y cordura de Jerusalem a pesar del BDS y del boicot europeo. Una estudiante de estudios religiosos de la Universidad de Birmingham, que venía de trabajar en la excavación arqueológica para arrojar luz sobre la ciudad y el Muro Occidental. Sin saberlo, Hannah, británica, fue parte de una guerra diferente. Cayó en la batalla por mantener la cordura, la normalidad y la vida compartida en la ciudad.
Y la mataron porque pensaron que era judía…