Por: Victor Zajdenberg
ND: En el diario argentino “Cadena Judía de Información Vis a Vis” se publicó la opinión de los tres dirigentes judíos más importantes de la comunidad judía argentina, entre ellos nuestro columnista Víctor Zajdenberg, sobre el tema de la nueva legislación de Israel, como Estado Judío. La posición del profesor Zajdenberg, a mi entender, es la más clara, objetiva y mejor desarrollada. Si desea ver el artículo completo puede entrar aquí. A continuación la posición de nuestro estimado amigo el profesor Víctor Zajdenberg
La tregua acordada para frenar la guerra de los terroristas del Hamas contra Israel y las contundentes respuestas del Ejército de Israel han derivado, dentro de la sociedad israelí, en la necesidad de un renovado análisis táctico de cómo continuar las negociaciones con la ANP (Autoridad Nacional Palestina) ante la negativa del Presidente Abbas de aceptar al Estado de Israel como un Estado Judío.
Las diferencias entre los objetivos finales de Gaza (Hamas) y Ramallah (ANP) en relación al futuro de Israel no son tan diferentes como el mundo global está empeñado en creer. Hamastán (Gaza) proclama directamente la destrucción de Israel y la aniquilación total de los judíos, mientras que la ANP (Ramallah) pretende, mediante negociaciones, invadirla con supuestos refugiados palestinos que terminarían con el carácter judío del Estado de Israel.
Basta con leer el Art. 7 de la Carta Fundacional del Hamas del 18 de Agosto de 1988 que dice: “No vendrá el Día del Juicio hasta que los musulmanes combatan a los judíos, hasta que los judíos se escondan tras las montañas y los árboles, los cuales gritarán: ¡Oh, musulmán! Un judío se esconde detrás de mí ¡Ven y mátalo!”, Y es suficiente con escucharlo a Abbas en sus discursos en árabe (diferentes a los que emite en inglés) cuando arenga a sus seguidores a impedir “mediante cualquier medio” la aceptación del carácter judío del Estado de Israel.
En el Medio Oriente y el norte de África existen 84 países árabes y musulmanes y solo 1 país judío, el Estado de Israel, realidad rechazada por la ANP e inaceptable para los yijadistas del Hamás.
El Estado Judío en los territorios de Eretz Israel tiene más de 3.000 años de existencia desde que el Rey David lo proclamara desde su Capital, la ciudad de Jerusalem. El primer Templo levantado en Jerusalem por el Rey Salomón y el segundo, reconstruido por los que retornaron del exilio babilónico y recuperado por los Hasmoneos en su guerra contra el usurpador griego, imprimieron definitivamente el carácter judío, ya sea desde la visión religiosa como desde el ideario nacional. El libro IV de las obras completas de Flavio Josefo se denomina “La Guerra de los Judíos” en el que se relata los sucesivos enfrentamientos de Judea (Estado Judío) contra el Imperio Romano.
Durante casi 2.000 años los judíos en el exilio anhelaron y rezaron por la restitución del Estado Judío con Jerusalem como su Capital eterna ya que, durante ese largo período de la historia, se sucedieron invasiones y ocupaciones por numerosas hordas imperiales y religiosas que convirtieron dichos territorios en meras dependencias o provincias de sus respectivas centrales gobernantes, llámense estas Roma, La Meca, Constantinopla primero y Estambul más tarde o Londres.
Teodoro Herzl, el creador del Sionismo Político, escribió en 1895 las bases fundamentales del Estado Judío (“Der Judenstaat”) donde afirma categóricamente: “La fe nos mantiene unidos, la ciencia nos hace libres”. “Gentes de otras religiones y nacionalidades tendrán protección e igualdad de derechos” (Ed. OSA, pag.91).
La Declaración Balfour de 1917, elaborada por Gran Bretaña y aceptada por las principales potencias de la época como EE.UU., Francia e Italia, reconoció el establecimiento de un “Hogar Nacional Judío” dentro de la geografía ancestral del así llamado “Eretz Israel”, o sea “La Tierra de Israel”.
En noviembre de 1947, las Naciones Unidas (ONU) decidieron la partición de Palestina, donde habitaban dos Comunidades, en 2 Estados, uno Judío y otro Árabe (no Palestino). La Palestina del Mandato Británico no era propiedad de nadie en particular ya que en ella vivían tanto judíos como árabes musulmanes y cristianos. La población judía aceptó la Resolución de la ONU; en cambio los pobladores árabes la rechazaron y junto con 6 ejércitos de países árabes vecinos atacaron al recién nacido Estado Judío con el fin de liquidarlo y echar a los judíos al mar.
Sucesivas guerras desatadas por países árabes contra Israel tenían por objetivo su destrucción y no la declaración de un Estado Árabe, tal como lo estipulaba la Resolución de la ONU.
Cuando en 1979 se firma la paz entre Egipto e Israel (Sadat-Beiguin) en uno de sus párrafos se destaca la constitución de una Autonomía Árabe en Gaza y Cisjordania mas nada se habla de un Estado Palestino.
Pasaremos por alto los polémicos Acuerdos de Oslo de 1993 y las nefastas intifadas y guerras desatadas por los que actualmente son llamados palestinos para centrarnos en las reuniones que pretenden crear, ahora sí, un todavía inexistente Estado Palestino.
El Presidente Abbas pretende el reconocimiento de su Estado Palestino pero decide vetar el reconocimiento de un Estado Judío. ¿Qué tiene en la mente Abbas para empecinarse en sostener semejante contradicción?
Abbas se ha dado cuenta, hace tiempo de ello, que sumando el regreso de los imaginarios millones de refugiados árabes con el crecimiento demográfico de sus mujeres, en pocos años habrá mayoría árabe en Israel de modo que, sin guerras de por medio, el territorio pasaría a ser un Estado Árabe mas en el Medio Oriente, desapareciendo así el único Estado Judío.
Ante semejante intransigencia por parte de los palestinos el Premier Netaniahu impulsó la necesidad de crear una nueva ley, la “Ley de las Nacionalidades”, donde se ratificaría legalmente lo que históricamente, según lo analizado más arriba, es una realidad contundente e incontrastable: El Estado de Israel es un Estado Judío, único en el Medio Oriente y en el mundo.
Los primeros escollos para aprobar esta Ley aparecieron paradójicamente dentro del propio Gabinete de Netaniahu en las figuras de Tommy Lapid y Tzipi Livni quienes arguyeron que esta Ley es antidemocrática pues puede llegar a eliminar los derechos de los que no sean judíos.
Esta gente desconsideró incluso a la propia Declaración de la Independencia de Israel donde en su art. 9 dice textualmente: “Proclamamos la creación de un Estado Judío en la Tierra de Israel: El Estado de Israel” (5 de Iyar de 5708 – 14 de Mayo de 1948).
Los injustificados temores de Lapid y Livni respecto a que peligraría la Democracia israelí solo resultaban ser pobres argumentaciones políticas que intentaban continuar con los permanentes roces que utilizaban en el Gabinete para obstaculizar la labor del Primer Ministro con el objeto de obtener más poder y continuidad en sus bancas.
Olvidan que las Instituciones republicanas y democráticas de Israel han sido forjadas sólida y vigorosamente desde la misma creación del Estado Judío y que el mismo Ben Gurión declaró en ese entonces: “Ser judío no es solo un hecho biológico, sino también un fundamento ético y moral”.
Los memoriosos recordarán para siempre el art. 13 de la mencionada Declaración de la Independencia donde está escrito: “El Estado de Israel promoverá el desarrollo del país para el bien de todos sus habitantes”. “Mantendrá una completa igualdad de derechos sociales y políticos para todos sus ciudadanos sin diferencia de credo, raza o sexo”. “Garantizará la libertad de culto, conciencia, idioma, enseñanza y cultura y salvaguardará los lugares santos de todas las religiones”.
¿Acaso alguien objetó u objeta actualmente a Polonia como antidemocrática cuando a la Constitución elaborada luego de la desintegración de la Unión Soviética (URSS) la fundamentaron en los orígenes cristianos de su historia y su gente?
Nadie olvida en Polonia que en 1683 fue el ejército cristiano polaco el que logró detener a los turcos mahometanos del Imperio Otomano en las puertas de Viena, la que estaba a punto de ser conquistada, haciéndolos retroceder hacia los Balcanes para nunca más volver.
Tampoco olvidaron el papel estratégico de la Iglesia, con el Papa polaco Juan Pablo II al frente, que junto con la creatividad logística económica y militar del Presidente Ronald Reagan de los EE.UU., pulverizaron a la Unión Soviética liberando a Polonia del yugo comunista.
Se evidencia entonces porqué el Premier Netaniahu no tuvo más remedio que despedir a los ministros disolventes que limitaban su capacidad de acción y llamar a elecciones generales para Marzo de 2015 a fin de consolidar un Gabinete más constructivo, ágil y dinámico en la toma de decisiones que considera fundamentales para la esencia, existencia y supervivencia del Estado Judío de Israel.