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Jesucristo con tefilín

Por: Jack Goldstein

March Chagall no solo elaboró hermosos vitrales que decoran varias sinagogas. Su temática judía la plasmó pintando rollos de Torá, la vida del shtetl, el pogrom, talitot, ángeles o pasajes bíblicos. Pero algunas de ellas tienen además una figura central muy particular y es la del Jesús crucificado, pero perfectamente judío. A Jesús lo muestra cubierto parcialmente por un talit o con tefilín.

Hasta ahí la originalidad y genialidad del gran maestro, pero cosa aparte es toparse con un Jesucristo rezando con tefilín como figura central de una iglesia. La Catedral de las Luces del Norte, en Alta, Noruega, es una formidable obra de arquitectura inaugurada en 2013. Esta iglesia luterana, casi en el extremo norte de este país y bastante arriba del círculo polar ártico, es una obra maestra hecha en hormigón y titanio representando las auroras boreales. Su fachada es magnífica. A la entrada, la torre del campanario surge de en medio del recinto, pero está vacía por dentro; mirando hacia arriba se ve únicamente la escalera de Jacob subiendo al cielo. El órgano, integrado a sus hermosas paredes, tiene 29 voces y 1.800 tubos. Y de manera sencilla y humilde, resaltado sobre un fondo de azul cielo desvanecido, está un Jesús de más de 4 metros de alto, fundido en bronce. Jesucristo está vivo y clama al cielo. Su autor, el danés Peter Brandes, quiso representarlo en su esencia: Fue un judío piadoso y por eso lo muestra agonizante rezando con sus tefilín (de mano) puestos.

Sin duda alguna, esta ha sido una de las iglesias más sencillas y hermosas que he visitado, pero la sorpresa que encontré en su interior la ha convertido en la que más impacto positivo me ha generado.