Por: Hashavúa
A pesar de los constantes intentos del establecimiento Haredi por hacer de la Halajá un documento petrificado, lo que vemos en la festividad de Pesaj, específicamente con la venta del Jametz, es que la Halajá es un documento viviente y adaptativo. Esta venta, a lo largo de la historia, refleja Jidushei Torá, una constante innovación en nuestra práctica del judaísmo.
Largos son los años que han pasado cuando recordamos como se hacía la venta directa y permanente del Jametz a un no judío para que en la actualidad tengamos la cómoda posibilidad de hacer una venta virtual por medio de nuestros teléfonos inteligentes, ni siquiera tenemos que ir a sentarnos frente al computador para hacerlo; sin embargo, cabe preguntarse, ¿es esta venta virtual permitida por la Halajá?
Sin lugar a dudas, es esta Halajá la que nos demuestra que la ella es dinámica y no estática. Mejirat Jametz se ha ido adaptando a las necesidades y desarrollos sociales de nuestro pueblo. Se puede decir que esta Mitzvá ha pasado por cuatro estadios de adaptación para introducir hoy en día un posible quinto estadio.
El primer estadio fue cuando se le vendía físicamente el Jametz a un no judío; es decir, se vendía y entregaba permanentemente el Jametz. El segundo hace referencia a la venta del mismo con la posibilidad de comprarlo de vuelta después de la festividad por un precio un poco más elevado. El tercer estadio surgió cuando se permitió hacer una venta de buena fe con la posibilidad de mantener el Jametz en el hogar judío; vale decir, se reúne todo el Jametz en una alacena del hogar, se hace un listado de los elementos, se marca la alacena con un letrero anunciando que ahí se encuentra el Jametz vendido y entonces se procede a hacer la venta de buena fe al no judío, venta que después de la festividad será adquirida de regreso. El cuarto estadio aparece dentro de nuestro judaísmo cuando se permite que el rabino local haga la venta y adquisición de regreso en nombre de toda la comunidad. Hoy en día nos encontramos frente a un quinto estadio, la posibilidad de hacer esta venta de buena fe individualmente por medio del internet.
Es cierto que cada uno de estos estadios fue controversial en su momento pero cada uno de ellos se afirmó con el soporte de las autoridades Halájicas respectivas. Tal vez el estadio que más obstáculos encontró fue el cuarto, la venta comunitaria por medio de un rabino, ello se debe a que entre más lejos esté el judío de la venta como tal, el acto se convierte en una formalidad y menos en una venta verdadera. El razonamiento detrás de esto es que si no se le está vendiendo el Jametz a un no judío cabe la posibilidad que no haya un verdadero intento (léase Kavana) de vender sino sencillamente un intento de cumplir con un ritual.
Ahora bien; el motivo por el cual esta práctica fue permitida durante los últimos cien años radica en que la Halajá exige que el vendedor utilice múltiples formas de transacción, específicamente contratos con palabras puntuales, cuando hay comida que se queda en el hogar o propiedad judía. La complejidad de la transacción exige conocimiento Halájico; por consiguiente, el escoger al rabino local para la venta del Jametz de la comunidad es apropiada a pesar que esto distancie al individuo de la venta como tal, pues prevalece el beneficio de tener un vendedor experto que lleve a cabo el procedimiento tal como lo exige la Halajá. Entonces, cada individuo de la comunidad es técnicamente un vendedor por separado y el rabino local hace las veces de "agente" para todos estos judíos quien a su vez hace una venta comunitaria en nombre de aquellos que lo nombraron como agente.
Desde hace unos cuantos años hemos visto el surgimiento de venta de Jametz por medio de internet. El procedimiento es sencillo; a saber, el vendedor provee sus datos personales, el listado de lo que va a vender, la dirección donde se encuentran los elementos a vender, el precio aproximado de los mismos y el nombramiento de un rabino como agente de dicha transacción. Cabe anotar que muchas de las veces ni siquiera se especifica quién es el rabino que hará las veces de agente. Aquí nos encontramos con el principal obstáculo Halájico de este tipo de transacciones; pues, debido a que el vendedor no ha visto ni ha hablado con el rabino que ha nombrado como agente se está distanciado aún mucho más de una venta verdadera.
De acuerdo al Mejaber, en Joshen Mishpat 182:1, está permitido nombrar un "agente" con tan solo decir verbalmente que se lo está nombrando. Sin embargo; el Rambam, en su Mishná Torá, en Hiljot Mejirah 5:12-13, establece la costumbre de solidificar el nombramiento de un agente por medio de un Kinyan Sudar. Esto quiere decir que es necesario llevar a cabo un acto simbólico de adquisición que demuestra la transferencia de autoridad al agente nombrado. El Rambam nos enseña que de esta forma se asegura verdaderamente que se desea nombrar a esa persona como agente para que actúe en lugar de uno. Este procedimiento se hace hoy en día cuando se nombra al rabino local como agente, se hace frente a él utilizando un objeto como una Kipá o un Gartel el cual se eleva por encima de la cabeza y se dice: "Yo completamente de todo corazón dije y decidí esto". Ese es el Kinyan y con ello se ha nombrado legalmente al rabino como agente. Esa es la única manera que la eventual venta tiene validez. En el caso de la venta de Jametz en internet este procedimiento actualmente está ausente.
Tenemos entonces que la venta de Jametz por internet aleja todavía más al vendedor del acto como tal y aún cuando provee comodidad no presenta ningún beneficio Halájico puntual; además, esta venta no da la posibilidad de hacer un Kynian Sudar. Son estos aspectos los que hacen que este procedimiento no sea el más óptimo; sin embargo, se puede llevar a cabo como último recurso de acuerdo a la Halajá.
De cualquier forma; sigo pensando que con el devenir de los años y el avance de la tecnología, está opción se establecerá como una práctica totalmente aceptada y formalmente como el quinto estadio en la venta del Jametz; de hecho, hoy en día vemos como algunas páginas web que proveen este servicio incluyen en la designación de un rabino como agente las palabras "completamente de todo corazón", así mismo identifican quién es el rabino en cuestión que hará las veces de agente y este año, unas pocas, están introduciendo la posibilidad de hacer una video llamada con el rabino agente para poder llevar a cabo el Kynian Sudar. Entonces, ¿serán las cyber ventas de Jametz el futuro inmediato que nos espera?