Por: Rav Daniel Shmuels
La Parashá de esta semana, de una u otra manera, está entrelazada con los trágicos eventos que tomaron lugar el Shabat anterior en la ciudad de Pittsburgh en el estado de Pensilvania, Estados Unidos, donde once judíos fueron asesinados a sangre fría dentro de su propia sinagoga. Si bien, la Parashá nos relata la muerte de nuestra primera matriarca Sarah, la de Abraham Avinu y la de Ishmael bajo circunstancias muy diferentes a las de las víctimas del sábado anterior, el común denominador es el fallecimiento de un ser querido. Y con ello, los deberes y obligaciones que surgen tanto para los dolientes como para aquellos que los rodean.
Aún sin palabras suficientes para expresar el dolor que semejante acto de odio nos produce a todos y cada uno de nosotros como judíos, a Am (Pueblo) Israel, es mi intención que este pequeño texto Halájico sea en honor y nombre de todas las víctimas de semejante tragedia.
Dentro de la enorme gama de Halajot que rigen el fallecimiento de una persona dentro del judaísmo, dada la naturaleza de los eventos sucedidos el fin de semana anterior, es pertinente puntuar en esta ocasión sobre la Mitzvá de Nijum Avelim (consolar a los dolientes).
El Talmud, Masejta Sotah 14a, nos enseña que Nijum Avelim (consolar a los dolientes) es una gran Mitzvá. De acuerdo a Rabeinu Yonah, en la Masejta de Brajot, esta Mitzvá es MiDeOraita (proveniente de la Torá); empero, el Rambam, en su Mishná Torá en Hiljot Avel 14:1, presenta la opinión que esta es una Mitzvá MiDeRabanan (provenientes de los rabinos).
La manera como consolamos a los dolientes es visitándolos en su casa después del entierro; de cualquier forma, nuestra presencia durante el entierro es una forma de apoyo y consuelo igualmente. Esto lo basamos a partir de la Masejta de Moed Katan 21b donde se nos enseña que la sola presencia es una manera de consolar al doliente.
De acuerdo al Rambam, en Hiljot Avel 14:7, es fundamental tener presente que hay dos factores presentes al visitar la casa de un doliente para consolarle. La primera yace en aliviar el dolor de los parientes vivos y la segunda es la de honrar por última vez al difunto. Estos son los lineamientos que debemos tener presente siempre al hacer Nijum Avelim; es por ello, que no debemos entregarnos a conversaciones banales y superficiales por cuanto el motivo que nos a llevado allá es el de proveer estos dos aspectos. Debido a ello, cómo nos lo enseña la Masejta de Moed Katan 28b y el Shulján Aruj en Yoreh Deah 376:1, aquellos que van a consolar al Avel (doliente) no deben iniciar ningún tipo de conversación sino responder cuando el doliente hable o necesite algo. Si no hay nada que responder, el solo hecho de estar presente y escuchar aquello que el Avel tiene que decir es una forma consuelo por cuanto le permite expresar sus emociones y aliviar un poco su dolor, tal como nos lo enseña la Masejta de Yoma 75a.
El momento para visitar al Avel es después del entierro del fallecido. El Rambam legisla en Hiljot Avel 13:2 que Nijum Avelim se debe hacer a partir de ese momento hasta la finalización de la Shive (primer periodo de duelo judío que dura siete días y literalmente significa sentado). Esto, debido a que hay varios Poskim (legisladores) que establecen la visita de consuelo como permitida sólo después de tres días del entierro. En caso de duda, lo más apropiado es preguntarle directamente al rabino comunitario cuál es el proceder.
Así mismo, está permitido que se haga Nijum Avelim en la noche por cuanto durante el día muchos miembros de la comunidad se encuentran laborando; de hecho, es preferible visitar a los Avelim (dolientes) en la noche que en Shabat. Lo importante a tener en cuenta es que no sea muy tarde para que los Avelim puedan descansar. Si la visita sólo se puede hacer en Shabat está permitido de acuerdo al Shulján Aruj 287:1; sin embargo, la Mishná Brura no está de acuerdo con este proceder. En la costumbre Sefaradí, de acuerdo a Jazón Ovadia y Guesher HaJaim, la tradición es llevar a cabo la visita en Shabat e Yom Tov (festividad bíblica).
En el caso en que el pariente de alguien fallezca en Yom Tov o Jol HaMoed (días intermedios de una festividad bíblica) el Mejaber, en Oraj Jaim 548:6 y Yoreh Deah 399:2, establece que se debe hacer Nijum Avelim en estos días dado que el entierro no se llevará a cabo sino después de Yom Tov. En el Minjag (costumbre) Ashkenazi, la tradición es no visitar al Avel en Shabat o Yom Tov pero sí hacerlo en Jol HaMoed, Rosh Jodesh (luna nueva), Jánuca y Purim.
El lugar donde se visita a los Avelim es en su casa. En muchas comunidades, si son varios los familiares, se escoge una casa donde se va a llevar a cabo la Shive; sin embargo, es igualmente apropiado que cada Avel lo haga en su casa dependiendo de las circunstancias.
Un aspecto muy importante dentro de Nijum Avelim es la Seudat Havra’ah (comida de consolación). Es un deber de toda comunidad tener una comida de consolación para los Avelim en su casa al regreso del entierro. La comida tradicionalmente debe contener por lo menos huevo duro que simboliza la naturaleza cíclica y continua de la vida; es por ello que también se acostumbra a incluir panes redondos, lentejas y garbanzos, entre otros. Es fundamental que esta comida sea servida a los Avelim por amigos cercanos y por familiares que están llevando a cabo su Mitzvá de consolarlos. En la actualidad está permitido que los visitantes también coman de esta Seudat (comida); la cual, anteriormente era sólo para los dolientes. Así mismo, nuestros Poskim actuales promueven la Mitzvá de proveer la comida de los Avelim durante los siete días de Shive, comida que también puede ser consumida por los visitantes; es más, en nuestros días, se acostumbra que los visitantes lleven comida para los Avelim.
Esperando que no tengamos que llevar a cabo Nijum Avelim bajo las dolorosas circunstancias que nuestros hermanos judíos de Pittsburgh han tenido que sobrellevar y recordando que Am Israel es uno y solo uno por siempre, !HaShem Ejad Israel ejad!