Imprímeme

Contra todas las posibilidades

Por: Moshe Govrin

“Israel requiere el estudio de la desalinización, la utilización masiva de energía solar, la prevención del desperdicio de agua de lluvia útil y la maximización de la potencia a través de turbinas de viento…”  David Ben Gurión, Primer Ministro de Israel – 1955

En estos tiempos en los que el mundo está tan complicado como lo está en términos económicos, políticos y sociales es común escuchar dos versiones: la optimista y la pesimista. A veces nos olvidamos de la realista.

Las guerras, el terror islamista radical, los desplazamientos de refugiados (por cierto no solo en Europa como la prensa eurocéntrica los describe), el futuro de la Unión Europea, la elección de Trump y el terremoto que genera, la aparición de nuevos centros de poder, la crisis de la globalización, son solo parte de las coordenadas que nos acompañan.

¿Y en Israel?

También acá tenemos aquellos que cuando los escuchamos uno puede creer que estamos en vísperas de llegar al nivel de Mauritania o Haití (con todo el respeto). Son los eternos voceros del mal para justificar el cambio de gobierno o peor aún para no aceptar los resultados de las urnas.

Hace un par de días se publicaron dos índices y un tercero próximamente a nivel mundial:

-Informe sobre la felicidad 

-El índice de la miseria

-Índice de desarrollo humano de la ONU 2016 (El nuevo verá luz el próximo 20 de marzo).

¿Y cuál es lugar de Israel en ellos?

En el índice de felicidad 11 sobre 157 por tercer año consecutivo. Antes de Estados Unidos en el 13, Reino Unido en el 23, Francia en el 32, e Italia en el 50. Con el objetivo de “estudiar los fundamentos científicos para medir y comprender el bienestar subjetivo”, el informe abarca a 157 países por los niveles de felicidad utilizando factores como el producto interno bruto (PIB) per cápita y años saludables de la expectativa de vida. También evalúa “tener a alguien con quien contar en tiempo de angustia” y la ausencia de corrupción en el gobierno y los negocios. Agrega: “Cuando los países persiguen objetivos individuales como único propósito, tales como el desarrollo de la economía en detrimento de los objetivos sociales y medioambientales, los resultados pueden ser muy adversos para el bienestar humano, incluso peligrosos para la supervivencia”.

Bloomberg establece cada año sobre una combinación de los datos de inflación junto con los del paro el “Índice de Miseria 2017”. Sin entrar a valorar otros muchos factores que intervienen en la economía de un país, utiliza solo el incremento de precios y la evolución del desempleo de cada país. En este índice cuando más bajo en la escala está ubicado el país mejor es su situación. Ostenta el dudoso honor de encabezar el ranking Venezuela, que tanto sus problemas económicos como políticos hacen que se convierta en el país más “miserable” de esta clasificación, mientras Tailandia -“en gran parte debido a su forma única de calcular el empleo”- se convierte en la nación menos miserable de los 65 países analizados. Y nosotros estamos ubicados en el 8º lugar utilizando esta combinación de paro e inflación que nos sitúa a la cola del índice de miseria 2017.

El índice de desarrollo humano (IDH) es un indicador del desarrollo humano por país, elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) para 188 países. Es un indicador sintético de los logros medios obtenidos en las dimensiones fundamentales del desarrollo humano: tener una vida larga y saludable, adquirir conocimientos y disfrutar de un nivel de vida digno. El IDH es la media geométrica de los índices normalizados de cada una de las tres dimensiones. El máximo es 1. Israel tiene un índice de 0.8941 y está en el lugar 18 antes que Japón, Austria, Francia, Finlandia y Luxemburgo.

¿Y esto por qué?

En una presentación de la cual son coautores Dr. Adam Reuter, director ejecutivo de la empresa de gestión de riesgos Financial Immunities, y Noga Kainan, presidente del foro israelí CFO (Gerentes Financieros de grandes empresas) ofrecida el año pasado explican los motivos no solo de esto sino también como Israel contra todas las posibilidades se convirtió en “una isla de éxito”.

El Producto Interno Bruto (PIB) per cápita el año pasado alcanzó casi los $ 39,000(!!!).

En el año 2000 un pronóstico de Bank Israel dijo que si nos portamos “bien” en 15 años llegaremos a tener un PIB de $ 220,000 millones.

Pues se equivocaron. En el año 2015 el PIB fue de “solo” $ 300,000 millones. ¡El 37% más alto que su pronóstico!

¿Y cómo lo hicimos?

Lo hicimos todos aquellos que vivimos en el país. No solo los judíos aun cuando también los árabes que están apenas entendiendo que deben integrarse no solo por lo que acontece en nuestro entorno sino para poder gozar de los frutos de nuestra sociedad. No teníamos alternativa. No teníamos otro país.

Debíamos respetar el compromiso sionista de aceptar a todo judío que quisiera ser parte de esta epopeya, sin auscultar su educación, su nivel cultural, su posición social. Y por eso creció nuestra población. El sueño americano está acá. Todos somos inmigrantes y/o hijos de inmigrantes. Los tres últimos comandantes en jefe del ejército son hijos de padres que llegaron sin nada. Entre los sobrevivientes del Holocausto hay importantes empresarios. Y aquellos que no se “destacaron” levantaron familias de las cuales salieron científicos, artistas, Premios Nobel.

Somos la Start-Up Nation sin lugar a dudas.

Los chinos ya sobrepasaron a los americanos en sus inversiones en los emprendimientos de Alta tecnología. Los chinos también y a pesar aun de sus votos en los organismos internacionales son socios importantes en la construcción de nuestras infraestructuras. Nos quieren ver como parte de la OBOR (One belt, one road - Una Franja, Una Ruta) y ello ya que tenemos 4 ventajas y están en marcha 3 revoluciones que cuando maduren garantizarán el continuo crecimiento a medio y largo plazo. 

En el mundo en el que vivimos puede que nos alcance alguna crisis mañana, pero saldremos rápido.

La tasa de desempleo es da las bajas de los países de la OECD – 4.3% a fines de  2016. El índice de participación en la mano de obra se incrementa. Gracias a la incorporación de públicos que estaban afuera: jaredim, mujeres árabes, hombres árabes. El número de mujeres jarediot también crece…

El crecimiento del PIB en el último trimestre de 2016 ¡fue del 6%! El consumo privado lo lidera. Este crecimiento,o a pesar que los gastos de defensa en términos relativos, se reducen. Los israelíes comparan más. El 2016 marcó un número record en la importación de automóviles (20% más que en 2015). Israel cuenta con una economía diversificada y tecnológicamente avanzada. El sector agrícola emplea a menos de 1% de la población y las principales producciones del país son frutas y verduras, cereales, vino y cría de ganado. El país es autosuficiente en el plan alimentario, a excepción de los cereales. Israel es el único país en el cual hay más árboles que hace 100 años. Israel recicla el 90% de las aguas grises. Y agregando la desalinización solucionamos el problema de la escasez del agua. La tasa de cambio sigue fortaleciendo al Nuevo Shekel frente a las monedas fuertes. En forma continua desde 2011. 

¿Es bueno? Depende para quien. Pero como dijo Moshe Kajlon, el ministro del tesoro “una economía fuerte tiene una moneda fuerte” y para evitar que las exportaciones se perjudiquen en la guerra de monedas internacional se tomaran medidas a la mayor brevedad.

En el camino y por la intervención de Bank Israel las reservas pasaron los $ 100,000 millones. Israel es uno de los pocos países desarrollados donde la relación deuda a PIB se está contrayendo, las divisa fluyen hacia el país por las exportaciones de gas que ya comenzaron, por las inversiones en proyectos israelíes nuevos y por la compra masiva de empresas israelíes.

Describiremos nuestras ventajas y las revoluciones solo como títulos ya que cada tema merece un artículo adicional…

Nuestras ventajas son:

-La tecnológica

-La iniciativa - emprendimiento

-Insertados en la economía global

-Ventaja demográfica (Israel tiene la población más joven de la OECD). Nuestra población crece también por los Olim. En Alemania se cierran escuelas y en su lugar se abren Ancianatos. En Japón se agregan muñecos a los pocos pobladores de las aldeas para que estén más acompañados.

Las tres revoluciones en desarrollo:

-La victoria sobre el desierto

-La energética 

-La de transporte

Dos desafíos claves: Porcentaje de pobreza y desigualdad en los ingresas.

Otros desafíos: Burocracia, Costo de vida, Precios de las viviendas y grandes gastos de defensa.

Hoy día y según una investigación del ECONOMIST británico “Israel es el lugar # 20 donde vale la pena nacer". Un estudio diseñado para ver quiénes serán los mejores países para vivir como un adulto en el año 2030 en términos de salud, prosperidad y seguridad para ir a la calle (En Israel es más seguro caminar por las calles de las ciudades que en la mayoría de los países del mundo), y antes que Francia, Italia, Reino Unido y Japón incluso.

La estrategia implementada por Netanyahu de apertura hacia los mercados de China, India, Japón genera ya el cambio. El dialogo con Rusia por el tema de Siria funciona aun cuando tenemos intereses antagónicos. El cambio de administración en EEUU nos da tranquilidad.

¿Y el por qué este artículo?

Es cierto que tenemos problemas pero cuando miramos desde dónde venimos hace solo 70 años y dónde estamos y hacia dónde vamos, no tengo dudas, somos una isla de éxito a pesar de todas las probabilidades.

“Si de algo estoy orgulloso, es que me ha sido otorgado el privilegio de vivir en la tierra que Dios le prometió a nuestros Patriarcas”  Samuel Yosef Agnón escritor judío israelí premio Nobel de Literatura 1966.