Por: Rav Daniel Shmuels
Este domingo en la noche inicia la festividad post bíblica de Jánuca. Se la conoce como la festividad de las luces y si bien implica la participación de todos los miembros de la familia, esta tiene un carácter especial para los pequeños. Ya sea por la historia misma y el milagro que conllevó a nuestros sabios a establecer esta festividad, por el encendido de las luminarias de la Janukía, por los deliciosos Sufganiot, por el Jánuca Guelt o por jugar con el Dreidel, esta festividad se caracteriza por ser muy emotiva para ellos.
En muchas comunidades ortodoxas se toma esta fecha para introducir a los pequeños en la educación judía formal, educación que lleva por nombre en hebreo Jinuj. Debido a ello resulta más que pertinente traer a colación este tema tan importante dentro de nuestro judaísmo actual donde cada vez más y más judíos se alejan de sus raíces, muchas veces por la falta de este aspecto fundamental en sus vidas.
La pregunta del millón en este caso es; a saber, ¿en qué momento se debe iniciar este proceso? El Talmud, en la Masejta de Yoma 82b, nos enseña que de hecho el proceso inicia cuando una madre queda embarazada y es por ello que, aun cuando no sea su proceder cotidiano, ella debe comer Kasher a partir de ese momento en adelante e incorporar este ejemplo permanentemente. Es bajo este concepto que Jazal nos indica la importancia de no promover comportamientos inapropiados con nuestros hijos, por más que ellos no estén sujetos aún a las Mitzvot de la Torá, desde el momento que nacen en adelante; esto incluye, no permitir que consuman comida no Kasher.
La historia y la ciencia nos han enseñado que existe la diferencia de aprendizaje en los pequeños, que existen ocho tipos de inteligencias y que cada niño tiene un desarrollo específico y particular por más que haya una media que determina una correlación entre edad y aprendizaje. Es por ello que aún dentro de nuestros Poskim (aquellos que toman decisiones Halájicas) no hay un consenso frente a una edad específica para el inicio formal de Jinuj, sino un momento en el cual cada niño logra entender un concepto. Lo que Vygotsky llamaría en su psicología evolutiva Vorstellung o representación.
Llegado el momento en que un pequeño pueda entender que existen comportamientos y cosas prohibidas, es la obligación de todo padre entrenarlo a no transgredir los Mandamientos Negativos. Es decir, se le deben enseñar las cosas prohibidas y no promover su ejecución debido a su edad. En relación con los Mandamientos Positivos, la enseñanza va a ser relativa a su ejecución; por ejemplo, escuchar atentamente al Kidush, lavarse las manos, decir Brajot (bendiciones), etcétera.
Es nuestra costumbre lavarnos las manos inmediatamente después de decir el Modé Aní en las mañanas cuando nos levantamos. Dentro de la ortodoxia este proceder es llevado a cabo por la madre después del Brit del niño y después del nombramiento de la niña. Cuando un niño empieza a hablar, lo más apropiado es que se le enseñe a decir versos de Torá como lo establece el Talmud en la Masejta de Sucá 42a.
Upsherinish es el primer corte de cabello que se le hace a un niño a los tres años de edad. Técnicamente, a esta edad un niño ya es capaz de comprender conceptos básicos y es por ello que este momento es tan especial, porque se le enseña al niño que los Peyot (las patilas) no se pueden rasurar. Por consiguiente, con su primera lección formal inicia su proceso de aprendizaje dentro del maravilloso mundo del judaísmo. Es a partir de este tercer cumpleaños que el niño empieza a encender velas de Jánuca con la asistencia y supervisión de su padre. Así mismo, en muchas comunidades ortodoxas existe la costumbre que a partir del tercer cumpleaños las niñas enciendan velas de Shabat e Yom Tov con la asistencia y supervisión de su madre. Es a partir de este momento en que se les enseña a las niñas las leyes básicas de Tzniut (recato al vestir) para cumplirlas a partir de ese momento.
A partir de los tres años tanto niños como niñas deben ser educados en decir permanentemente Brajot antes y después de comer, el Shemá en la mañana y en la noche y en el momento en que empiecen a leer educarlos en la lectura del hebreo igualmente. Cabe anotar que antes de los tres años los pequeños no tienen ninguna restricción de tiempo entre Fleshig (carne) y Miljig (leche); sin embargo, lo más apropiado es darles de comer algo Parve (neutro) entre ambas comidas. Cuando cumplen el tercer año se les debe enseñar a los hijos a esperar una hora antes de comer algo lácteo.
Es hacia los 6 años que se empieza a entrenar a los pequeños frente a los días de ayuno; vale decir, en que su comida conste de pan y agua en respeto a las calamidades que vivieron nuestros antepasados. Algunos Poskim modernos consideran que la alimentación se puede restringir a comer comidas básicas sin ningún tipo de exquisiteces adicionales. A partir de este momento los pequeños deben esperar tres horas entre comidas de carne y leche.
Cuando un niño o niña llega a la edad de nueve años debe iniciar formalmente su entrenamiento en ayunar. Esto quiere decir que deben ayunar cuanto más puedan pero no el día completo; en cambio, cuando coman durante días de ayuno deben consumir sólo pan y agua. En este momento los hijos deben ser entrenados a esperar las 6 horas exigidas por nuestra Halajá entre carne y leche. Es sólo a partir de los once años que se le permite a un niño o niña ayunar completamente todo el día. Es este momento donde inicia su aprendizaje formal para su Bar o Bat Mitzvá.
Esperando que este Jánuca nos ilumine más y Am Israel pueda traer más luz al mundo, Jánuca Sameaj!