Por: Elías Fasja Tawil
Audio por Marlene Himelfarb
Se me encomendó una tarea realmente nada fácil. Reseñar brevemente un cúmulo de vivencias y experiencias que viví hace apenas unas horas.
Trataremos de hacerlo, aunque es obvio que quedaran muchas cosas en el tintero.
A enfrentar el reto.
Reuniendo a 150 participantes de 30 diferentes países, durante tres intensos días de trabajo se realizó por tercera ocasión, desde el día 25 de noviembre y hasta el 29, el Congreso de los medios de comunicación judíos 2018
Sin lugar a duda una experiencia singular fue la que se vivió y esto lo afirmo no solamente por el intercambio de ideas y experiencias que tuvimos con los colegas del todo mundo, sino también por las ponencias que escuchamos y que abarcaban diferentes temas de actualidad para las comunidades judías alrededor del mundo. Mucha “hasbara” (esclarecimiento) hubo.
La Cumbre comenzó el pasado Domingo 25 de noviembre ofreciendo una cena de gala en la misteriosa y fascinante cueva de Zitkiyahu en Yerushalaim (la cual, sea dicho de paso, me permito recomendar visitar). Nitzan Chen, director de la Oficina de Prensa Gubernamental de Israel y quien organizo este evento fue el encargado de dar la bienvenida a los participantes entre los que se encontraban muchos jóvenes periodistas frescos, nuevos, lo cual, la verdad, da mucho gusto.
Posteriormente el viceministro de la Oficina del Primer Ministro, Embajador Michel Oren, dicto una interesante ponencia refiriéndose a los grandes desafíos tanto internos como externos a los que en esta época se enfrenta Israel.
El lunes 26 desde temprano comenzó el intenso trabajo donde se abordaron temas como el moderno rostro del antisemitismo, la relación entre el Estado de Israel con la diáspora, la libertad de expresión en las redes sociales, así como el alarmante y acelerado incremento del antisemitismo.
Conviene apuntar aquí algunas de las interesantes citas que varios ponentes expresaron.
El antisemitismo es ancestral, existe desde hace miles de años, En general es el clásico, pero al pasar el tiempo va cambiando de tonos, de discurso. El mundo según se vislumbra va en camino a la polarización, a la radicalización, a los extremos, tanto de la izquierda como de la derecha y hay que entender este efecto y estar muy pendiente porque esto obviamente afecta considerablemente a Israel.
Cuando el Miércoles estuvimos en el Ministerio del Exterior, nos recibió el vicedirector General Noam Katz junto a Enmanuel Nahson, vocero del Ministerio, quienes refiriéndose a este tema expresaron que hoy día casi todos los países del mundo desean tener, de alguna forma, tratos con Israel (léase la reciente visita de diversos presidentes con los que Israel no tiene relaciones diplomáticas) y esto porque Israel es una potencia en lo que respecta a tecnología, cibernética, seguridad, el tema agropecuario, agua…etc. Así como Israel les ofrece apoyo en diferentes áreas. Sin embargo, este hecho no logra disminuir los odios de los medios de comunicación o de las redes sociales contra los judíos. “Adoran a Israel pero odian a los judíos”.
Y ya que estamos en el Miércoles, le comento que visitamos también la Knesset (el Parlamento) donde nos encontramos con el primer Ministro Binyamin Netanyahu quien contesto algunas preguntas de los periodistas expresando entre otras cosas que recientemente viajo a varios países de Latinoamérica sintiéndose “mochilero” pues visito, como los jóvenes israelíes lo hacen después del ejército, desde Sudamérica hasta México y “en todos lados a los que viaje les decía que Israel es un supermercado de la tecnología y esto puedo afirmar es un hecho que todos los países lo reconocen y a casi todo los asistimos cuando es necesario”. También expreso que lo que vemos en Gaza es una muestra en miniatura del islamismo radical que se esta expandiendo por todo el mundo incluyendo América Latina. Con respecto al BDS expreso que no solo distorsionan la verdad, sino que dicen mentira tras mentira y la única manera de combatirlos es no defenderse sino atacarlos diciendo la verdad.
En la cálida mañana (sol potente en pleno invierno) de ese mismo día, visitamos la residencia del Presidente del Estado de Israel Reuven Rivlin quien después de un cálido saludo nos expuso su proyecto de unidad para las diferentes “tribus” que pueblan Israel, idea que ya había expresado en su famoso discurso del año pasado en la Universidad de Hertzelia y que yo le reporte en su oportunidad.
Quise a propósito dejar al final lo que hicimos el martes porque visitamos Tel Aviv, donde nos reunimos con el “Centro Nacional de las Start-Up”. La impresión fue mayúscula. Israel es el país en el mundo donde existe el número más grande de start-up. Hay todo tipo de empresas que se dedican a desarrollar infinidad de temas que van desde agricultura, Big Data, Ilot, foodtech, digital, salud, agua, energía, telecomunicaciones, etc.
Debo terminar aquí por motivos de espacio, pero deseo expresar que de todas las start-ups que existen o han existido, la que logro el mayor éxito es la llamada start-up Israel. Y es que en solo 70 años de existencia se convirtió en esto que hoy vemos incrédulos pues es algo que nadie pudo siquiera soñar. Es increíble. Es un orgullo ser judío. Es un orgullo ser israelí.