Por: Rav Daniel Shmuels
La Parashá de esta semana, Tazria, continúa enseñándonos acerca de las leyes de Tumá (impureza ritual) VeTahará (y pureza ritual). Es así como nos introduce con la Mitzvá positiva que toda mujer que haya dado a luz por medio de un parto natural debe llevar a cabo un proceso de purificación, el cual incluye la inmersión ritual en la Mikve (una piscina de agua con irrigación -flujo- constante). Para finalizar su proceso de purificación, ella debe presentar una ofrenda quemada y una de pecado; por consiguiente, los animales ofrecidos dependen de sus medios económicos. Sobra decir que debido a que no tenemos Templo en servicio, esta parte no es llevada a cabo hoy en día y su proceso de purificación actualmente finaliza con la inmersión en las aguas de la Mikve.
La Torá nos enseña que el periodo de espera para poder ir a la Mikve es diferente al parir a un niño que al dar a luz a una niña. MiDeOraita (de acuerdo a la Torá), una mujer está impura por siete días después de haber parido a un niño y por dos semanas después de haber dado a luz a una niña; de cualquier forma, sólo puede ir a purificarse 33 días después de haber tenido un niño y 66 días después de haber tenido una niña. Pero, ¿por qué debe la mujer permanecer en un estado de impureza ritual más allá del primer periodo dado?
La Torá y la Halajá en su infinita sabiduría nos llevan a un aspecto más profundo que el simple conteo de días por el nacimiento de un niño o una niña. Las semanas que siguen el nacimiento de un hijo o hija para una mujer son llenas de emociones; aparte de los cambios físicos, la fatiga y los desajustes hormonales, también surgen aspectos psicológicos como los cambios de humor, la euforia, la anedonia y el infortunado extremo de posiblemente sufrir de psicosis o depresión postpartum. Todos estos aspectos son los que vienen a colación en este periodo de tiempo, proporcionado por la Torá, en donde la madre debe tener el apoyo de su familia y de su comunidad en tanto se recupera del parto para adaptarse a la feliz y satisfactoria realidad de cuidar por el recién nacido. Entonces, cuando esas necesidades y apoyo se hayan llevado a cabo es cuando la nueva madre puede específicamente dedicarse a su proceso de purificación ritual; es decir, este periodo de tiempo no sólo espera la desaparición del sangrado sino que también permite estos otros aspectos ser considerados.
Halájicamente hablando, el proceso para que una mujer sea Teorá (ritualmente pura) después de dar a luz es casi idéntico al del periodo menstrual. La diferencia yace en que el sangrado dura más tiempo, el promedio es de 28 días, y antes de que cese por completo se vuelve intermitente. Cuando finaliza por completo el sangrado, la mujer debe llevar a cabo lo que se conoce como Shiva Nekiim (los siete días limpios); es decir, el conteo de siete días adicionales en donde ella debe asegurarse de no sangrar para entonces sumergirse en la Mikve. Una mujer que tenga problemas o dudas manteniendo el conteo de estos días tiene el derecho y la obligación de preguntar a su rabino ortodoxo comunitario cuantas veces sea necesario cualquier duda que tenga al respecto.
Antes de iniciar el conteo de Shiva Nekiim, es necesario que la mujer lleve a cabo un proceso llamado Hefsek Tahará, el cual podríamos traducir al español como pañuelo limpio. Este procedimiento consta de una inspección interna llamada Bediká (búsqueda) en donde la mujer se asegura que ya no haya ningún tipo de goteo. Es el proceso como tal durante este periodo de tiempo el que se conoce como Hefsek Tahará. De hecho, el Hefsek Tahará inicia la salida de toda mujer casada del estado de Nidá (separación física íntima) para ser Tehorá. Al finalizar el conteo de Shiva Nekiim es necesario que la mujer nuevamente haga una Bediká minuciosa.
En relación con la Bediká, en el caso de una mujer postpartum la Halajá la exime de la utilización del Moj Dajuk (tela de revisión). El uso del Moj Dajuk es rutinario y obligatorio para toda mujer casada en cualquier otra circunstancia. Moj Dajuk es la tela que se utiliza para la Bediká interna. Muchos Poskim (legisladores) permiten el uso de un tampón para este fin. El uso del Moj Dajuk debe ser desde antes del anochecer hasta después de la caída del sol. La Halajá establece un mínimo de 18 minutos y un máximo de una hora.
Estos días de Shiva Nekiim también son llamados Yemei Libuná (los días de blanco) por cuanto la Halajá nos insiste en que una mujer durante este periodo de tiempo debe utilizar ropas íntimas blancas debido a que el blanco le permite darse cuenta más fácilmente de cualquier tipo de sangrado. Aparte de ello, aun cuando no obligatorio, la Halajá recomienda que una mujer durante Shiva Nekiim duerma en sábanas blancas por el mismo motivo. Si por alguna razón durante este conteo de días siguen apareciendo manchas, es necesario que la mujer se comunique con su ginecobstetra y con la autoridad rabínica local porque no necesariamente se puede tratar de sangrado.
Si bien la mayoría de especialistas consideran que una mujer que a dado a luz vía natural debe esperar mínimo seis semanas para tener relaciones maritales, en el dado caso que una mujer finalice su Shiva Nekiim antes de dicho periodo de tiempo puede sumergirse en la Mikve para que por lo menos la pareja pueda dejar de observar las leyes de Harjakot (restricciones Halájicas adicionales, durante el periodo de Nidá, en donde la pareja no puede llevar a cabo ciertos actos de afecto y cariño que pueden llevar a un acto inapropiado, tanto en privado y como en público, los cuales se suspenden después de la inmersión en la Mikve).
Dentro de la inmensa alegría que es ser una madre es factible que ella sufra de efectos psicológicos colaterales al parto que pueden ser devastadores para ella, para el recién nacido y para la familia en general. Estos aspectos psicológicos se han convertido hoy en día en un punto fundamental dentro de la ortodoxia al hablar de los días de espera postpartum para la inmersión en la Mikve. Actualmente no tenemos datos estadísticos dentro del pueblo judío específicamente; sin embargo, son números que aleatoriamente han ido incrementando o por lo menos, como pueblo, nos hemos dado cuenta de su incidencia y por ello el aumento en esos números.
Existen dos grandes desórdenes mentales postpartum que pueden surgir y en dado caso, el conteo, en cualquier etapa que se encuentre es puesto a un lado para tomar acción sobre la situación actual. El más común es la depresión post parto y aún cuando muchas veces se la puede sobre poner con la alegría de la situación permanece como una constante que requiere de intervención profesional y rabínica. Así mismo existe la psicosis post parto donde la madre pierde por completo el contacto con la realidad. En este caso es necesario actuar de inmediato con un equipo profesional de la salud mental, sin espera de tiempo alguna.
En 1997, en Israel, se creó la organización NITZA, Centro Israelí Materno de Salud, el cual no sólo provee ayuda a todas las mujeres en Israel que sufren de depresión post parto y los síndromes relacionados con esta enfermedad sino que también provee guía Halájica y apoyo profesional mental específicamente para las mujeres judías ortodoxas observantes. Esta institución es de mucha ayuda para los rabinos comunitarios que no saben cómo manejar Halájicamente estas situaciones y es un apoyo permanente para todas las mujeres que sufren de estos efectos secundarios del parto.
Esperando que Klal Israel sólo se regocije con el nacimiento de sus hijos y que las únicas preocupaciones de una madre sean las de contar los días apropiadamente para ir a la Mikve nuevamente, Shabat Shalom.